Sentada frente a una ventana se encontraba ella mirando mientras llovía, se escuchaba como el piano del primer piso sonaba con su voz melodiosa, sentía que su cuerpo bailaba bajo la lluvia como en aquella época pasada lo hacía, con sus delicadas manos frotaba suavemente su vientre, aunque el acogedor calor de su cómodo hogar la hacía sentir cálida, quería salir para sentir la fría brisa que la lluvia traía bajo sus faldas, su espíritu de libertad la obliga a pararse y seguir el sonido de los aplausos de la lluvia, baja para sentir como el conjunto perfecto hace juego con el tiempo, su amado tocaba el piano como si de abrir las puertas del cielo se tratasen, con lentitud avanza hacia la puerta, al abrir se sentía el cambio en su piel, erizada pero cómoda era la brisa, extiende su mano para que las pequeñas gotas de agua se deslicen en su juego de alcanzar el suelo , y al cerrar sus ojos, puede sentir el aroma de la humedad, que invade su alma forzando la tranquilidad en su cuerpo…
-vas a resfriarte querida, no será bueno para él bebe, - has parado de tocar, - ¿te ha gustado? –ha sido una melodía muy bella –la he compuesto yo mismo, -ha, ¿sí?, y ¿cómo piensas llamarla? – Elena and the rain, -es un lindo nombre para una bella melodía, - no me preguntaras el ¿por qué le puesto tu nombre? – ¿Por qué le has puesto mi nombre? –porque eres mi bella y hermosa esposa, que muy pronto me hará un feliz padre, ella sonríe con tanto orgullo y una fuerte tos invade su calma –que sucede querida, ven aquí descansa un poco, oye Carmen, Carmen! - sí señor, - prepara un poco de té para mi esposa, -enseguida señor, - oye Carmen mi esposa tendrá un bebe, mi hijo y eso significa que tendrás que cuidar de ambos aun que tu vida depende de ello escuchaste negra, -sí señor, discúlpeme – que no vuelva a suceder, se más pendiente en tu trabajo, si señor lo lamento, - no me gusta cuando tratas a Carmen así, -que tiene de malo los demás son peor que yo, - tú no eres como los demás, el, la mira en silencio, mientras ella mira el piano – fue de eso de lo que me enamore, él toma su mano y le da un tierno beso, mientras se agacha a escuchar los movimientos de su hijo, la noche cae, como la lluvia cumple con su deber con la gravedad, esa misma noche un bebe vendría en camino, a conocer a su madre Elena, podrían escucharse afuera de la habitación los gemidos de dolor que provocaba su esposa, mientras que afuera de la misma estaba un preocupado y nervioso esposo, quien esperaba que el doctor, ayudara a su esposa a traer al bebe sano y salvo, el doctor sale un momento de la aviación, - ¿qué sucede doctor? dígame, responda, -por favor señor Matías tranquilícese un poco , tome asiento, - ¿qué sucede doctor?, - no podremos sacar al bebe por ahora, esperaremos que no suceda nada mientras esperamos que el cordón umbilical se desenrolle de su cuello, Matías se levanta tomando de la camisa al doctor y gritándole en la cara le dice, -QUE DEMONIOS ME ESTA DICIENDO, MIENTRAS HABLAMOS, MI HIJO SE ESTA AHOGANDO ALLI ADENTRO,- cálmese por favor señor Matías, Carmen esta en estos momentos con su esposa, ella aprendió lo básico de la medicina, QUE ESTA! DICIENDO QUE UNA NEGRA ESTA AYUDANDO A PARIR A MI ESPOSA, - señor Matías no quise decir eso, mientras lo hace a un lado, Matías suelta al doctor, y furioso abre la puerta de su habitación, para encontrarse con la imagen de Carmen sosteniendo al bebe, Matías no puede creerlo, no del hecho de una persona sin experiencia profesional en la medicina trajera su bebe al mundo sano y salvo, si no por el simple hecho de que fue una mujer negra quien ayudo a su mujer y su hijo, y a el mismo, y en vez de agradecerlo, Carmen fue recompensada con un aumento en su salario, a la mañana siguiente Elena dormía, con su nuevo bebe a su lado, su esposo estuvo toda la noche cuidando de ellos al igual que Carmen, - señor, - ¿qué quieres? – su desayuno está listo, - dáselo al perro, - señor debe descansar, - tu no vas a decirme que hacer, Carmen se acerca mientras toca el hombro del señor Matías, - sé que no soy nadie para tocarle de este modo, pero como su sirvienta, le suplico que tome el desayuno y descanse, yo me hare cargo de la señora aunque luego me quede pendiente de la casa, debo protegerlos como mi familia, levantando su mano izquierda, lanza a un lado la mano de Carmen,- un negro nunca formara parte de mi familia, Carmen da un par de pasos hacia tras, -solo eres una simple sirvienta a quien le subiere el sueldo por ayudar a mi mujer a tener a mi hijo, eso no quiere decir que por ser amable con tigo, no voy a aceptarte como persona, be abajo y as los deberes de la casa como lo haces a diario y desaparece de mi vista, - yo.. yo lamento, señor, pero no puedo hacerlo, - ¿quieres ser despedida? ,- no señor,- entonces has lo que te digo, Carmen miro hacia abajo y salió de la habitación, - negras… se hacen llamar buenas sirvientas, decía Matías mientras caía acostado del cansancio en el suelo, para luego despertar 4 horas después en el sofá de la sala con una manta sobre él y un café caliente esperándolo frente a él en una pequeña mesa de salón, -¿cómo llegue aquí?, ha de haber si do esa sirvienta, Matías se levanta mientras bebe su café, luego se acerca a la ventana y mira los niños del vecindario correr hacia el parque, - en algunos años mi hijo estará allí con sus amigos, luego mira como uno de los niños choca con una persona negra, Matías suelta el café y sale de repente de la casa, el niño está llorando por que se golpeó la nariz, y la persona negra intenta animarlo haciéndole mimos a una distancia de un metro, - oye ¿qué le has hecho al niño?, era un joven vendedor que pan, de unos 19 años, - lo siento señor fue un accidente, -accidente? , toma tu cesto de pan, tu mugrienta venta y lárgate de aquí a vender tu quemado pan a otro lado, - lo siento señor, solo voy a disculparme con el niño, el chico toma un pan de su venta y se lo da al pequeño, mientras le dice,- perdona por ponerme en tu camino, ya no volverá a pasar, el joven se retira de inmediato del lugar, - oye tú, vete a tu casa y cuéntales a tus padres lo que te sucedió hoy, Matías regresa dentro de la casa y se dirige a su cuarto donde está su mujer y su hijo, abre la puerta para encontrar a Carmen sosteniendo él bebe, que el aun no puede sostener, - ¿qué crees que hacer? – señor, yo … - lárgate del cuarto y ve a hacer tus tareas, Carmen entrega él bebe a Elena, y se dirige abajo, - es así como le das tu primera impresión a tu hijo, Matías se acerca a su esposa y por fin toma a su hijo en sus brazos y al hacerlos él bebe comienza a llorar,- no lo aprietes, - no lo hice, el comenzó a llorar no más lo cargue, - quizá ha de tener hambre, - ¿cómo lo llamaremos?, que tal Matías, - suena bien, pero yo soy Matías sexto, - ja ja ja es cierto ya hay muchos Matías en tu familia, - si, a mí me gustaría que llevara un nombre que su madre quisiera, - Christopher, - ¿disculpa querida? – ¿no te gusta?, - me encanta, mi pequeño Christopher.