Capítulo 2
- ¡Hola, Merlín! –dijo Morgana entre toses.
- ¡Morgana, tienes que llegar puntual a tus clases de magia… siempre llegas tarde! –la reprendió- ¡Y aún no terminas de dominar el hechizo para viajar por las chimeneas! –el hombre la observó con el ceño fruncido- ¡Y se supone que es uno de los más sencillos…!
- ¡Más sencillos que existen en el mundo mágico! –culminó Morgana, mientras hacía una mueca de fastidio- eso ya lo sé. Siempre me lo estás recordando.
- ¡Bien, entonces deja de perder el tiempo y acércate a la mesa! –le animó, mientras hacía aparecer una hermosa varita de caoba en una de sus manos- ¡Aparis mandis! –pronunció.
De la varita emanó un sutil destello de color azul claro, que danzó en el aire como una delgada llama de fuego antes de desvanecerse por completo. En su lugar, apareció una cesta rebosante de relucientes manzanas que brillaban con un rojo intenso. Morgana, maravillada, observó la escena con ojos desbordantes, sintiendo como la adrenalina recorría todo su cuerpo mientras se acercaba.
- Hoy aprenderemos el hechizo para hacer que los objetos, animales y personas leviten. Y lo practicaremos con estas manzanas –le informó Merlín- este hechizo es sencillo. El secreto está en el correcto movimiento de la varita. Al mismo tiempo debemos visualizar que la manzana se eleva por el aire como una pluma. La concentración es clave –Merlín levantó su mano y con delicadeza ejecutó un veloz movimiento- ¡Elévicus! -De inmediato, la manzana se elevó hasta rozar el techo- ¡Inténtalo!
- -¡evicus! –pronunció la mujer.
- ¡No… no… no… lo estas pronunciando mal! –le dijo Merlín- ¡Y es… Elévicus!
- ¡Elvicus! –Pronunció. La manzana salió volando a toda velocidad en dirección a la cabeza de Merlín, quien logró esquivarla justo a tiempo.
- ¡Elévicus! –le recordó en tono furioso- ¡Morgana… es Elévicus!
La bruja respiró profundamente, sintiendo como el aire llenaba sus pulmones y la calma invadía todo su ser. Con una mirada intensa, centró sus ojos sobre la brillante manzana que reposaba sobre la mesa. Un símbolo de tentación y magia. Dejó que su varita se moviera a toda velocidad, trazando patrones en el aire como si danzara al compás de un antiguo hechizo. La energía vibrante alrededor de ella creció, y en ese instante, todo parecía posible.
- ¡Elivicus! –exclamó con confianza.
Esta vez, una de las manzanas, en un estallido de magia incontrolable, se estremeció hasta explotar, esparciendo pequeños residuos rojos que cayeron sobre el castaño cabello y la barba de Merlín. Él, momentáneamente sorprendido, cerró los ojos para respirar profundamente, intentando mantener su compostura. Y, al abrirlos, depositó una profunda mirada sobre el rostro de Morgana, quien le devolvió una extraña expresión entre la angustia y picardía.
- ¡Es suficiente por hoy, no quiero terminar con mi cabello en llamas! –se quejó, mientras limpiaba su cabello. Las sonoras carcajadas de Morgana resonaron en la habitación.
- ¿Qué es eso? –se preguntó la bruja.
A lo lejos, el sonido de un montón de cascos resonaba en el bosque. Un eco rítmico que parecía danzar entre los árboles. La hermosa mujer, atraída por ese inconfundible estruendo, sintió como su corazón se estremecía con fuerza. Sin pensarlo dos veces, corrió velozmente en dirección a la ventana. Sus cabellos ondeando como banderas al viento. Con la mirada fija en dirección a la pradera, esperó con emoción y curiosidad.
- ¡Son ciervos! –exclamó con emoción- ¡Son realmente hermosos! –suspiró- ¡Debo ir con ellos!
- ¡Morgana! –Merlín pronunció su nombre con desesperación pero, la bruja ya había invocado su escoba mágica que brillaba con un fulgor resplandeciente. Con un ágil movimiento se lanzó por la ventana y, en un instante, desapareció en el horizonte, surcando los cielos a toda velocidad. Merlín, sintiendo como la adrenalina recorría su cuerpo, corrió con todas sus fuerzas para intentar detenerla. Sus pies golpeaban el suelo con una urgencia desesperada. Sin embargo, al mirar hacia arriba, ya era demasiado tarde- ¡Morgana, detente… detente… es temporada de caza! –gritó- ¡Hay cazadores por todas partes!