Tener un corazón de hielo, es como llevar un hermoso cristal, brillante y fascinante, pero distante. Aunque protege las heridas, en su interior guarda emociones anhelantes. Con la ternura y paciencia de alguien especial, ese hielo puede derretirse, rebelando una calidez brillante y llena de vida. El amor tiene el poder de convertir lo frío en calor humano, recordándonos que siempre hay belleza escondida esperando a ser descubierta.