Morir en tu arte

Morir en tu arte

Miro mi hoja mancharse de pintura, delineando y marcando todos los límites de los colores mientras te pienso. En tu forma de romper la monotonía de mi vida, de aferrarme a la oscuridad y llevarme a todos los colores por conocer.

Te conocí en amarillo, pues llegaste con tanto brillo que encendiste todo mi oscuro mundo. Como un sol cálido en día de invierno. Fui sacudido por tus mejillas carmesí y tus ojos café.

Conociendo cada color tuyo fui, de tu torpe sonrisa blanca a tu roja cara enojada, la locura de tus tirabuzones negros. Que ese día me invitaron a tomar un café por haber tirado el mío sin querer.

Ibas tan distraída, me pregunto qué estabas pensando, pareciera que ibas en tu propio mundo sin nadie más allí adentro. Pues yo lo creería, vos sos un mundo aparte, un lugar lleno de paz. Acepte tu invitación, no pude negarme a tu sonrisa torpe y avergonzada, tus mejillas que a ratos se volvían rojas eran adorables.

Cuando te fuiste me sentí mal, ya tuve miedo de no volverte a ver, esos pocos momentos contigo cambió muchas cosas pero al irte volvía a ser lo que era, todo blanco y negro.

Pasaron una semana y yo extrañaba tu luz, la extrañaba desde mi oscuridad, no paraba de pensar en ti ni en lo tonto que fui que en todo el tiempo en que estuvimos no te pregunte tu nombre.

Uno a veces se queda en silencio contemplando una obra de arte, eso fue lo que me pasó contigo, yo te escuchaba y decía un -Sí- debes en cuando.

Paso un mes y yo seguía yendo a esa cafetería, con la esperanza de volverte a encontrar por allí.En uno de mis intentos más, estaba sentado en la misma mesa en donde estuve contigo, con mi taza de café, mi cuaderno, y mi lápiz. Trazando dibujos al azar, de las cosas más insignificantes que veía alrededor. De eso se trata de plasmar hasta lo más simple y contemplar su belleza.

Estaba concentrado dibujando, las hojas de un árbol cercano, cuidando las líneas, para que se vean iguales. En lo que sentí alguien sentarse en la silla de en frente. Levante la vista de mi hoja para saber de quien se trataba. Y se trataba de vos.

-Hola un gusto volver a encontrarte, ¿no te molesta que me siente contigo?- dijiste. Y realmente mi conciencia se puso a reír a carcajadas de tu pregunta, me moría por verte ya.

-Hola, lo mismo digo, claro que puedes- Te contesté con una pequeña sonrisa que escondían mis ganas de celebrar.

No quería parecer atrevido y mirarte como un idiota, así que seguí dibujando, mientras tu pedías un capuchino con una torta de chocolate.A minutos rápidos pasaba mi vista por vos, y volvía a mi hoja. Llego tu pedido, y te oí decir un:

-Ummm- al probar tu pastel, parecías una pequeña niña, y ya deduje que el chocolate te gustaba mucho.

Te reíste al descubrirme mirándote, me sentí algo apenado, pero te devolví una sonrisa tímida.

-¿Que haces?- me preguntaste con mucha curiosidad.

-Estoy dibujando- hable bajo.

-¡Oh sos artista!, eso es genial- dijiste emocionada.

-Supongo, vos sos de las pocas que me llaman artista, lo que más seguido me dicen es vago- dije riendo.

-Pues ya debemos de estar acostumbrados que muchas personas no sepan apreciar todo lo que el arte ofrece-dijiste seria.

-Tienes razón- dije tomando un sorbo de mi café.

-¿Puedo ver?- me dijiste a lo que yo me había sorprendido-Solo si estas cómodo con ello no te preocupes- hablaste rápido.

-No, no pasa nada solo es que nunca tuve interés de otros en lo que hago-

-Pues bueno, ahora tienes a una interesada, aprovecha- dijiste y miles de cosas se movieron dentro de mí.

-Esta interesada en tus dibujos y pinturas no seas tonto, calma- Hablo mi conciencia haciéndome despertar.

-Gracias- dije de forma sincera-pues lo que ahora estoy haciendo no es nada, solo estaba dibujando cualquier cosa para pasar el tiempo- te pase mi cuaderno.

La mirabas tan atentamente, hasta que tocaste la hoja, querías revisarla más, me pedías permiso con los ojos.

-Hazlo- te dije, se que no ibas a preguntar, pero querías revisarlo.

Fue tan linda la imagen de ti concentrada analizando, y que luego sonrías, era como morir pero de la forma más hermosa posible.

Me pasaste mi cuaderno para luego decirme.

-Dibujas hermoso, sos un artista muy talentoso.

-Y vos un arte muy bonito- te pusiste roja, mierda había pensado en voz alta.

-Perdón, yo no quería..- no pude terminar la oración.

-No te preocupes, muchas gracias eres muy lindo eh...-

-Dante Leone- respondí rápidamente.

-Ada Celeste Sabina, llámame como quieras la mayoría me llama Ada- dijiste sonriendo.

-Pues entonces es un gusto Celeste Sabina- estrecho su mano.

- Lo mismo digo, te has inclinado por mi segundo nombre, interesante-

-Bueno, no me culpes los colores me llaman bastante- bromee.

Esos momentos fueron realmente largos, hasta que miraste tu teléfono y tuviste que irte luego de largo rato de hablar de tonterías. Te ibas a ir de nuevo, ¿que ibas a hacer no? Era obvio que no te quedarías conmigo. Esos fueron los pensamientos que pasaron por mi cabeza en aquellos momentos. Hasta que diste un giro inesperado a ellos.

-Dante, ¿puedo pedirte algo?- dijiste algo tímida.

-Claro que si, te escucho- me dispuse a vos.

-No sería mucha molestia si me das tu numero- mi corazón se agitó como si lo que me pidió fuera matrimonio-es que me gustaría mostrarte un lugar, y bueno me has parecido un chico muy agradable-balbuceabas.

-Sí- te respondí tratando de no mostrar mucho mi emoción.

Intercambiamos números, te despediste con dos besos en las mejillas y yo quedé tan contento.

Fui a casa como si hubiera ganado la lotería, pero no, me llevaba a casa una satisfacción de un buen día.

Pensé tanto esa noche en mandarte un WhatsApp o no, daba vueltas y vueltas para enviar unas oraciones. Me veía totalmente ridículo de esa forma. Hasta que no pude hacerlo.



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En el texto hay: melancolia, amor eterno, añoranza

Editado: 19.01.2024

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