Morpho Azul -Las crónicas de mi maestra-

Preparación


Mientras Umbra sigue revisando, Vis se sienta con sus hermanas.
-Umbra: -¡listo!, tengan chicas…
Él, con las manos llenas, coloca las armas sobre la mesa, en esta se encontraba tres espadas un par de dagas, un arco, flechas y un escudo mágico.
-Pacem: -Pero ¿qué es esto? Nosotras no sabemos usar ninguna de estas cosas-. 
-Umbra: -Pues...si quieren llegar a su destino les convendría aprender. No se preocupen, yo les daré algunas lecciones, mañana-.
-Spero: -¡Un momento olvidamos al duende en el bosque!- 
-Vis: -cuando despertamos él ya se había marchado, lo que no se sabe es si habrá dejado en paz a la ninfa-
Pacem mira su mano derecha y en la palma nota que tiene una mancha negra, casi parece tinta, se lava pero no se quita, así que se la venda para no preocupar a nadie.
Umbra mira a las chicas.
-Umbra: -Deberían dormir. No podrán retomar su camino hasta que se puedan defender sin necesidad de la magia-.
Al pasar la noche no transcurrió ningún cambio, a diferencia de Pacem que no logra conciliar el sueño. Le dolía la mano terriblemente. Era un dolor punzante....llegada la mañana Vis se despierta.
-Vis: -¿cómo puede haber tanta luz si estamos bajo tierra?-
-Umbra: -ya verás por qué...-
Umbra camina hacia una pared y mueve un gran escudo con un símbolo que parece celta, y comienza a dar golpes a la pared, en ese momento cae un gran trozo de barro seco mostrando otra puerta, se da la vuelta y revisa un cofre, saca un péndulo verde, lo introduce en la puerta y logra abrirla, las chicas no podían creer lo que veían, era un gran campo abierto lleno de flores de todos los colores, al frente de una cascada muy iluminada.
-Umbra: -Pacem. Deberías tomar algo de agua, ¿no crees? Te ves algo cansada. Ustedes también chicas. Además, aquí el agua tiene propiedades-.
Pacem: -mmm... ¿cuál tipo de propiedad posee?-
Umbra sonríe, camina unos pasos y se coloca al frente de ella, la ve fijamente y toma su mano vendada, poco a poco quita el vendaje y se revela la mancha, Pacem quita su mano y la coloca frente a su pecho como abrazándola, Umbra la vuelve tomar con más fuerza y mete su mano al rio.
-Umbra: -Vez, a este tipo de cosas me refiero, Este bosque las va a matar, no es un chiste, por eso las traje acá, esta agua las ayudará mucho. ¡Vamos, beban!...-
Las hermanas se acercan y beben del río, Pacem ve su mano y ya no tenía la mancha, se había curado, ella camina y se coloca al frente de Umbra.

-Pacem: -¿cómo supiste?-
-Umbra: -siempre estoy alerta. Bueno, ahora necesito enseñarles a usar una espada, luego iremos a las catacumbas.
Luego de una semana practicando, se abastecen y dan marcha a su destino. Una por una van saliendo por donde entraron. Una vez más Umbra mueve la roca enorme, y las ayuda a salir, extendiéndoles la mano para que se apoyen. La última en salir es Spero, la cual apoyó mal el pie y termina resbalándose, antes de caer, Umbra la sostiene con las dos manos por la cadera, haciendo que queden frente a frente, Él la mira directo a los ojos y susurrándole al oído le dice: 
-Cuidado, no quiero que te lastimes-. 
Ella, algo turbada baja la mirada y contesta con un "gracias por ayudarme".
Umbra reacciona y la suelta de golpe. 
-Umbra: -¡BUENO, BUENO!, ¿en qué estábamos?, ¡ah, sí!, el camino es éste. -señalando al norte con el dedo-¡no se separen de mí!
Las chicas caminan a buen paso. Luego de recorrer más de la mitad del bosque y aún no había anochecido, Umbra se detiene, coloca su mano en la oreja y aguza el oído.
-Umbra: -¡algo se acerca!, ¡Rápido, suban al árbol! 
Mientras suben al árbol se dan cuenta de que la “cosa” está acercándose poco a poco mientras la oscuridad del bosque los invade. Se observan varios puntos blancos que salen entre los árboles. Son unas hadas muy peculiares, que ríen como niñas que juegan. A pesar de que la piel de Umbra es negra comienza a ponerse pálido del miedo. Se queda inmóvil en el árbol y hace una señal a las chicas para que no hagan ruido.
Después de un rato se bajan, Spero no entendía muy bien lo ocurrido.
-Spero: -¿Umbra, qué pasó?, ¡Sólo eran hadas!
-Umbra: -jajajá... no sabes de qué estás hablando. En este bosque no hay nada bueno, esas no son cualquier tipo de hadas. Estas son las criaturas más perversas que hay en este bosque... Son tan crueles que no merecen ese nombre... esas son de las hadas Vilis, comen carne, y no solo eso sino que llevan a las mujeres y niños con su líder convirtiéndolas en una más de esas asquerosas criaturas. Torturan a los hombres y juegan con ellos antes de comérselos...
Las chicas, impactadas, palidecieron sin saber qué hacer.
-Vis: -y ¿ahora qué? Ya está oscuro, ¿acampamos?
-Umbra: ¡¿Estás loca?! Esa cosa puede volver. Será mejor que sigamos. Ya no falta mucho de todos modos. 
En cuclillas siguen su camino. A pesar de ya estar muy cansadas, no se quedan atrás por temor a las criaturas que habitan el bosque, hasta que por fin llegan a un claro. Al fin habían llegado al lugar correcto, una terrorífica catacumba hecha de roca y tallada a mano.




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