De hecho estaba en lo cierto, Geyller voltea y nos dice;
-En este lugar los atenderán-.
Una especie de casa muy grande, hecha de bloques de piedra blanca y con puertas ornamentadas imposibles de mover por un humano. Entramos a una gran habitación. Al fondo, con dos puertas, una de las cuales se abre y sale un fauno.
-¡Oh!, ¡Las visitas!, no las esperaba tan pronto. ¡Gracias Comandante! Todo está listo. Yo me encargo apartir ahora-
Con voz alegre y gentil se refiere al Centauro que nos escoltaba, éste hace un gesto con la cabeza y se retira...
-¡Hola!, ¡Bienvenidos! ¡Ah!... ¿Dónde están mis modales? -haciendo una reverencia- Soy Yahme, su humilde servidor-.
Luego levanta la cara y enfoca la mirada y ve que Umbra está sangrando un poco…
-¿Qué es esto?-
Se acerca y antes de que coloque su mano en Umbra éste con una actitud agresiva hace un gesto y repele su mano.
-¡No me toques!- gruñendo como perro salvaje.
-Yahme: -¿Y cómo vamos a curarte si no te dejas revisar?-
Umbra desvía la mirada y lo ignora…
Gracias por ayudarnos Yahme… -¿Tienes algunas plantas medicinales, agua y comida?- Me dirijo a aquel simpático fauno.
-¡Claro! ¡Claro! todo está listo,- por acá. Al final está el baño, donde encontraran ropas nuevas. Ya les traigo comida, -¿Oye tú eres Spero, cierto?-.
Dirigiéndose a ella, a lo que le contesta -Sí-
-Ven, acompáñame. Hay que curar a este muchacho gruñón-.
Mientras Spero ayuda a curar a Umbra, voy al baño, donde consigo ropas muy interesantes. Me meto en la bañera de madera, muy hermosa, con hierbas aromáticas y con agua tibia… Lo más relajante que había sentido en mucho tiempo. Comencé a divagar sobre la situación por la que estábamos pasando, lo que me hizo notar que algo no estaba del todo bien, a pesar de que Pacem siempre fue especial… El oráculo de la Luna nunca dijo que era una reencarnación de diosa ni nada por el estilo… no nos podíamos ir sin ella y estoy segura de que mi hermana piensa lo mismo… Me visto y trato de concentrarme. Ya habrá tiempo para seguir reflexionando…
Salgo del baño y mi primera reacción es una carcajada. Spero estaba tratando de aguantar a Umbra de todas formas, no dejaba que le aplicaran la medicina, Umbra parecía un niño malcriado...
-Voy a traer algo de comer- … Spero me ve y se queda impresionada. El vestido es realmente hermoso, de color blanco y azul. Le sonreí y fui a la cocina, un bufet era poco decir para lo que había preparado el fauno… bandeja a bandeja voy llevando al cuarto donde estaban ellos, Yahme me mira con ojos de agradecimiento mientras termina de aplicarle la medicina a Umbra, la cual lo cura al momento, a excepción del brazo que le falta. Ellos se retiran a bañarse y cambiarse. Mientras los espero para comer, me dispongo a hablar con nuestro anfitrión cuando Spero con un vestido rojo deslumbra por la habitación, y de la otra habitación sale Umbra con un pantalón negro y una camisa con botones y detalles en dorado, al momento, ambos voltean y se miran sonríendose, él le extiende su brazo y la lleva a la mesa, Yahme eleva una oración y comenzamos a comer… el resto de la noche fue charla con un poco de diversión entre tragos…
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Editado: 05.06.2018