Morpho Azul -Las crónicas de mi maestra-

Umbra. Lluvia de sangre


Esta niña solo está jugando conmigo… fue lo único que me pasaba por la cabeza….ya no podía seguir en este juego de te veo o no te veo, porque me preocupaba. Hubiera sido más sencillo olvidar todo y seguir con mi vida normal….mientras, me encerraba en mis pensamientos siento que me abrazan por la espalda... Mi piel se erizó al momento en el que escucho su tenue voz en mi oído:
-Gracias por ayudarme la otra noche-
No les mentiré, entré en pánico, inmóvil y sin saber qué hacer en una situación como ésta, mi cuerpo terminó reaccionando automáticamente girando la cabeza, lo que resultó en que termine besándola. Luego de un par de segundos nuestras miradas se conectaron. En ese momento pude ver y sentir por primera vez, esa chispa que me tenía atado a ella, poco a poco cerré los ojos y ella me siguió…. Coloqué mi mano en su mejilla y de un momento a otro ella ya estaba sentada en mis piernas. Luego de unos minutos, en ese beso que dijo más que mil palabras… ella comenzó a levantarse y lentamente nos separamos al abrir los ojos. La veo frente a mí con lágrimas en los ojos… Ella no era la única que estaba llorando, cuando siento que cae una gota por mi mejilla… Levanto mi mano y limpio su rostro y ella hace lo mismo con mí cara pasándome sus pequeñas manos… luego me dice:
-“Hasta mañana”-
Abre la puerta y con una señal salgo y regreso a casa….muchos días transcurrieron de esta manera, las visitas a su casa eran más seguidas y especiales. La verdad ya no me importaba la cacería, ni los estudios y mucho menos mis obligaciones. Habían sido totalmente suprimidas por mi deseo de ir donde Narux y pasar tiempo con ella….
No faltó mucho tiempo para que alguien se diera cuenta de que el Príncipe no estaba en sintonía con sus obligaciones. No supe cuándo, pero me siguieron, y la información llego hasta el Rey… Obviamente me llamaron a la Sala Real y mi padre, con su mejor amargura me dice: 
-Te tengo una buena noticia, te casarás con la princesa Tinit, en dos días-
Mi reacción fue de sorpresa total… mi padre casi es un dios de la guerra ¿buscando la paz? Esto era demasiado sospechoso… de manera lógica le dije que no me iba a casar con nadie… a lo que el respondió de manera irónica y con una sonrisa muy llena de maldad:
-¿y qué piensas hacer, acaso casarte con la chica del bosque?-
Mientras reía a carcajadas… lleno de valor, le respondo:
-Sí, eso voy a hacer-
Su rostro cambio drásticamente. Un aura oscura lo cubrió y en su mirada sólo reflejaba desprecio…
-Si la vuelves a ver, la mataré y te mataré a ti también, ¿entendiste Umbra?-
Tieso como una estatua, no tuve el valor para decir una palabra, así que me di la vuelta y me fui de la sala…. Sabía que su amenaza no era un juego, pero también sabía que él lo iba a hacer de todas maneras, la mataría sin importarle si yo cumplía o no… sólo me quedaba advertirle, así que esa noche a riesgo de que me mataran fui a su casa. Cuando comienzo a adentrarme en el bosque, llega a mí un olor a humo que se hace cada vez más fuerte. Corrí. Por mi mente mil pensamientos atormentaban mi cabeza. En ese momento me percaté de que no quería perderla, realmente la amaba y nunca se lo había dicho… de un momento a otro ya no estaba en el bosque… estaba frente a aquella cueva y encima de ella su cabaña envuelta en llamas. Desesperado subí y entré como pude a aquella tormenta de fuego, donde yacía su cuerpo tirado en el suelo. La saqué de aquel lugar. Coloqué mi oído en su pecho, pero ya no latía… hubiera dado todo por verla frente a mí una vez más....
Se acercaron unos caballos a toda prisa. Era mi padre con los guardias… 
-Te dije que la mataría. Sabes que cumplo mis promesas y tú no eres la excepción.-
Ira, venganza, tristeza, dolor, impotencia, eran demasiados los sentimientos encontrados en mí. La sangre me hirvió, y mi cara cambió… mi rostro era el de un lunático asesino serial… ya no era yo…. Solo quería matarlo... Mi sed se sangre me hizo actuar como una bestia… siempre lo había odiado pero esto era imperdonable… volteé y con mi navaja arremetí contra el rey, pero antes de siquiera acercarme, los guardias me agarraron, y clavaron una lanza en mi costado. Literalmente me llevaron a rastras hasta la prisión donde me dejaron por tres días sin agua ni comida… luego de eso me llevaron al patio de ejecución donde fui azotado por el mismo Rey casi hasta el desmayo… al finalizar me dijo: 
-Si te arrepientes y te casas con la princesa Tinit, olvidaré tu traición y te perdonaré la vida-
Hasta este punto ya no quería vivir… mi vida no tenía sentido... Siempre había sido infeliz…mi única felicidad ya no estaba….indiferente a sus palabras decidí la muerte ante todo lo demás…Una voz grita: 
-¡Alto Padre!--
Por lo que el Rey se detiene y de reojo logro ver que era mi hermana la Princesa Kyra…. Nunca nos habíamos llevado bien así que seguramente ella querría matarme. El Rey y ella fueron a hablar en privado, al volver me colocaron una venda y me cubrieron la cabeza, como un perro amarrado del cuello con unas cadenas y apenas vestido me ponen a caminar…. Luego de un rato escucho un caballo y la voz de mi hermana que les dice a los guardias:
-¡Largaos, desde aquí me haré cargo!- 
Se baja del caballo y me quita las cadenas y la venda de los ojos. Al verla noto su cara de tristeza; me abraza y besa mi frente, me toma del cabello y lo corta se sube al caballo y me dice: 
-Ve corre te he salvado la vida, no vuelvas más-
Luego se marcha cabalgando en su caballo… ¿Quién diría? que mi hermana terminaría dándome la libertad que siempre quise y la vida que no merecía según el Rey...
Luego de eso vagué durante mucho tiempo por el bosque tratando de sobrevivir y planeando la forma de al fin obtener mi venganza. Años después me enteré de que el Rey había muerto. Un día de cacería encontraron un dragón y este terminó matándolo… ya no tenía por qué luchar, sin ninguna motivación por primera vez entendí lo que aquellas palabras me dijeron una vez “Estoy muerta y sola”.




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