Morpho Azul -Las crónicas de mi maestra-

El Templo


Al despertar el alba, sabía muy bien que ya era hora de ir alistándonos. Pero no podía soportar el hambre, así que salí de la cabaña. Probablemente Vis también tendría hambre una vez se despertara. En el recorrido logré cazar un conejo. -Soy muy hábil aun sin una mano-… De vuelta a casa veo que Vis aún sigue dormida… me siento al borde de ésta y la miro fijamente… la pobre está temblando. Así que le quito el vestido y poco a poco veo su cuerpo desnudo. Un nudo se me hace en la garganta, trago fuerte y continuo. Tenía varias heridas como pequeños cortes por todo el cuerpo. Revisé entre mis cosas y encontré un ungüento de hierbas; con una toalla húmeda y caliente comencé a limpiar sus heridas, las cuales curaba con la medicina para que no se infectaran, una vez terminado tomé el otro vestido y la vestí…ya habiéndola ayudado me dediqué preparar el conejillo que había capturado. Soy un experto cocinero… -Definitivamente soy el paquete completo, jajaja-. Entre carcajadas y hablando conmigo mismo -¡no, no estoy loco!-… Vis despierta:
-Umbra ¿qué hacemos aquí? ¿Dónde estamos?-
Confundida ya que no estaba muy consciente, cuando la trajimos aquí… me tomé mí tiempo para explicarle lo que había ocurrido, y el plan que ya estaba en marcha. Ella me miró y con una expresión muy rara, debo decir, parecía una especie de cachorrito, me dijo:
-Gracias por no abandonarme ahí y ayudarme-
Yo solo volteé la mirada a lo que estaba haciendo ya que estuve a punto de quemarme con el conejo y le dije:
-No tienes que agradecerme, nada, yo ya te debía una, así que estamos a mano-
Una vez lista la comida, aprovechamos para comer. Es increíble pero no quedó nada… luego de unos minutos me equipé con mis armas, de verdad que las extrañaba, mis dagas y mi par de espadas estaban pulidas y limpias, pero al no tener mi otro brazo no podría realizar bien mis ataques, así que las uní haciendo una sola espada, veo a Vis y le digo: 
-En marcha ya es hora-
Faltaba poco para que el Sol estuviera en su máximo punto, así que nos dimos prisa corriendo por el bosque. Encapuchados llegamos al pueblo. De manera milagrosa los guardias no estaban, así que nos aventuramos por una ventana del recinto donde estaba Spero y la farsante de Raava. Primero Umbra me ayudó a subir, luego con una cuerda lo ayudé para que él subiera. Ya no faltaba mucho para que comenzara la hora de las ofrendas. Una vez adentro, caminábamos en puntilla; el templo estaba completamente lleno de guardias, así que tuvimos que escondernos detrás de estatuas y puertas, para que no nos vieran… Al fin logramos entrar a la habitación contigua a la sala de la Diosa. Escondidos y entre las ranuras de las puertas me asomé y logré ver como llegaban las ofrendas una a una… el templo estaba lleno de muchas especies distintas, desde enanos, faunos, minotauros, hadas, y ninfas. Debíamos hacer algo para que ellos no salieran lastimados en caso de que algo saliera mal. Al fin llega el collar en una almohada hasta Pacem, ella se levanta, y lo mira como confundida y comienza a moverse de una manera errática como si algo por dentro se estuviera retorciendo… en ese momento un guardia pasa por dónde estamos y nos ve.
-Oigan ustedes dos, esta área está prohibida- 
Luego de haberse fijado bien nos termina reconociendo
-¡Oh son ustedes!-
Este arremete contra nosotros con su lanza pero Umbra lo detiene con su espada… El ruido ocasionado hace que Maava en el cuerpo de Pacem se volteara y cuando lo hace Spero le coloca el collar…. Esta grita como si la estuvieran quemando, los guardias se dirigen a matar a Spero cuando Geyller sale a la delantera galopando con su voz autoritaria
-¡ALTO!-
La guardia de centauros se detiene a pocos centímetros de Geyller, hasta el que estaba peleando con Umbra, se detiene. Todos fijan su mirada en Pacem, ya que ésta empezó a brillar, la luz era tan fuerte que de no taparnos los ojos quedaríamos ciegos… las criaturas que estaban en el salón comienzan a salir despavoridas del templo, cuando una especie de luz negra tornasolada comienza a salir del cuerpo de Pacem, se logra ver una especie de cara saliendo de la nuca de ella como sombra negra, poco a poco se despega hasta que se encuentra fuera gritando y jadeando… la mancha negra cae al suelo y comienza a materializarse. Por otra parte Pacem cae, pero antes de que ella toque el suelo Geyller la recoge y la carga.




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