Mortum: El Palacio De Los Vampiros (libro 1)

Cap. 12. Conociendo el Otro Mundo (Parte 1)

UN MES DESPUÉS

-Despierta, despierta! ¡Es hoy, es hoy! ¡Vamos de excursión a las montañas! ¡Vamos a Vermont! ¡¿No es divertido?!

Él despertó, los golpes de las almohadas lo obligaron a abrir los ojos y a sentarse sobre la cama.

—No, no lo es, y ¿sabes qué otra cosa no es divertido, Stephanie? ¡Que te metas a mi recámara por la ventana! Deja de hacer eso, podría haber estado en calzoncillos.

—Eso sí hubiera sido una tragedia —ahí también estaba ella. Bonita, sensual y soberbia como solo ella podía serlo.

—¡Danisha! —Niar la vio con fastidio.

Era sábado por la mañana, un mes se había pasado y ahora una nueva aventura los esperaba con los brazos abiertos. El instituto de Balefia había decidido emprender una educativa excursión, y como si se tratase de una cruel burla del destino, el lugar en el que se llevaría a cabo dicha excursión era en las montañas de Vermont.

—Date prisa a vestirte, Niar, o el autobús nos dejará —Danisha le regaló una cruel sonrisa desde la puerta en donde estaba recargada.

—Niar, nosotras iremos por Alexa y después regresaremos por ti.

—Salgan por la puert… —el viento revolvió las cortinas de la ventana.

***

Ella se levantó, tenía ojeras, su enorme maraña de cabello rojo revuelto y un colorido camisón de dormir con figuras de gatos y brujas.

—¡¿Qué hacen aquí?! ¡Para la otra vez que entren sin avisar, las bañaré con ajo! ¡¿Entendieron?!

—Querida Alexa —Stephanie se burló de ella—, tú misma dijiste que el ajo no puede lastimarnos.

—A ti no te importaría que te bañara con ajo, pero no podemos decir lo mismo de la Vampiresa de París.

Desde la puerta, Danisha agitaba la pequeña barita de incienso con la que amortiguaban el olor.

—Inténtalo, y no querrás ver a dónde termina ese bonito cabello tuyo.

—Calma —Stephanie intervino—. Alexa, solo veníamos a ver si ya estabas lista, recuerda que hoy iremos a Vermont.

—Desde la última vez que fuimos a Vermont, tengo horribles recuerdos —Alexa volvió a sentir la filosa voz de Scott sobre sus oídos.

—¿No les parece ilógico que los profesores eligieran el bosque para realizar el viaje? Recuerden todo lo que se dice de él. Incluso he escuchado rumores que lo hacen llamar El bosque del Otro Mundo—Danisha se sentó en la cama.

—Tal vez ahora lo consideren un viejo mito.

—Nosotras somos un encantador mito.

—¡Basta! ¡Fuera de mi casa, ahora! ¿No pueden esperar como gente civilizada, o por lo menos llamar a la puerta?

—¡Oigan, trio de brujas! ¡Vámonos, ya es hora! —desde el otro lado de la calle, Steve esperaba por ellas.

—¡Steve, ni se te ocurra entrar!

—¡No te preocupes, no lo pensaba hacer!

Un par de minutos más tarde, finalmente los cinco pudieron reunirse en la plazuela del instituto. El resto de estudiantes estaban alistándose con sus mochilas, linternas y provisiones, incluso había quienes llevaban cañas de pescar como si en Vermont fuesen a encontrar algún lago.

—¿Qué es esto? ¿En dónde están sus cosas? —Niar se cruzó de brazos.

—Recuerda que somos vampiros. No necesitamos nada para sobrevivir. Solo los inciensos de Alexa para dispersar nuestro olor.

Stephanie se acercó, atraída por todas las maletas que Niar cargaba en el hombro.

—¿Enserio piensas viajar con todo eso?

—Preguntas eso, cuando la verdadera pregunta está en: ¿cómo se aguanta semejante peso? —añadió Steve.

Un par de segundos más tarde, Edwin y Derek también se acercaron a ellos.

—Oh, genial, compañía —Dani entornó los ojos.

—Mi preciosa criatura excéntrica y aterradora de la noche —Edwin se arrodilló para entregarle una rosa, pero Danisha de inmediato le propició un golpe sobre la cabeza, gritándole que se alejara de ella.

—Ahí están los autobuses. Vamos antes de que se llenen —Alexa fue la primera en tomar su mochila y correr hacia ellos.

Pero apenas salieron del instituto, las discusiones a bordo del vehículo comenzaron.

—No me empujes.

—No te muevas.

—Alexa, me estás pisando.

—Danisha, tu boca te apesta.

—Niar, voy a matarte.

—Mátame a mí, mi preciosa criatura excéntrica y aterradora de la noche.

—¡Edwin, aléjate de mí!

Finalmente cada uno de ellos logró acomodarse sobre un asiento; Steve y Stephanie se sentaron juntos, Edwin quiso arriesgarse y se fue con Danisha, Alexa tomó a Niar y lo sentó a su lado, mientras que Derek terminó solo, acostado entre dos de los asientos y todas las maletas que Niar había llevado consigo.

—Espero que lleves los inciensos necesarios —Niar se atrevió a picarle las costillas a Alexa, quien reaccionó ruborizándose casi de inmediato.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.