Mortum: El Palacio De Los Vampiros (libro 1)

Cap. 26. El cultivo de inquietud fue sembrado (Parte 2)

—Entonces, entenderás porqué quiero que seas tú quien vaya en busca de esa sucesora mía.

El príncipe mortuanio se levantó. Y seguramente se estarán preguntando: ¿por qué príncipe? Supongo y me atreveré a decir que fue porque al ser hijo de la tercera Mandata, alguien le habría colocado el sobrenombre pensando que él se convertiría en el sucesor definitivo. Lamentablemente para su madre, las cosas eran diferentes. Stephanie, todavía sin haber nacido, se había adelantado para dicho puesto; porque un poder desmedidamente grande y mortificador se estaba gestando dentro del vientre de su progenitora; un poder con la misma energía mítica que proyectaban los ojos de Zacarías Carpathia.

—Scott, ¿sí sabes por qué te he escogido a ti y no a tu hermano para este trabajo?

—Creo que me estoy haciendo una posible idea, madre.

—Scott —ella lo obligó a mirarla—. Te he elegido a ti, porque sé que tendrás la paciencia y la seriedad necesarias para enfrentar todo lo que está a punto de sobrevenirnos. ¿Escuchas eso? Son las trompetas de un futuro Nombramiento.

—Siempre he venerado tu forma tan sutil, docta, directa y frívola de decir las cosas que piensas, así como todos tus innumerables aciertos en este lado de la vida, madre. Pero debo decirte que te equivocaste en algo. No quiero…, no puedo hacer esto solo.

—¿Eso quiere decir que planeas llevar a Kerry contigo?

—No lo sé todavía. Dices que ella está ahí afuera, y que aún no ha nacido. Necesito verla, conocerla y saber cómo marchará su vida antes de interferir.

—Entonces lo harás, y para ello, deberás internarte en el mundo de los gernardos desde ahora.

—¿Comportarme como ellos?

—No solo eso. Deberás cambiar tu ropa y buscaré la manera de proporcionarte un objeto en el que tú y Kerry se puedan mover. Recuerda que utilizar sus dotes vampíricos pondría en riesgo a nuestro pueblo. Scott, ¿sabes lo que te podrían hacer los gernardos si se llegasen a enterar de lo que eres?

—Me casarían como a todos esos vampiros y brujas que han tenido la desdicha de caer en sus manos. ¿No es algo insensato que nos llamen monstruos cuando ellos disfrutan al torturarnos?

—No discutiré eso contigo.

—Perdonad mi innecesaria alteración, madre.

No hace falta que retome toda la historia antes contada, pues lo que pasó a continuación, fue lo poco que Stephanie mencionó sobre su vida. Desde que creció, desde que su madre la abandonó, desde que conoció a sus amigos, desde que su padre murió y desde que entró al instituto. Pues si aún no lo han notado; esa importante sucesora de la que tanto se ha estado hablando, era Stephanie.

Desde el primer encuentro con Scott en los callejones baldíos, la merienda en la cafetería donde más tarde Alejandro comenzaría a trabajar, el primer contacto con su aliento, el primer paseo y la primera conversación, el príncipe comenzaría a desviarse de su objetivo, y quizá… ya estaba desviándose desde mucho antes de que Stephanie diera sus primeros pasos de vida.

—Estás enfurecida, madre, y no te culpamos. Nosotros también lo estaríamos —Kerry trató de aplacar su ira con una seña directa, y muy burlona, a su mal carácter.

Märah le lanzó una mirada sardónica, pero a la misma vez dudosa.

—¿Qué han estado haciendo todo este tiempo que han viajado al mundo de los gernardos?

—Siguiendo el plan que nos has dado.

Märah se levantó de su trono, dio unos cuantos pasos y reposó en el alfeizar de su enorme ventana de cristal.

—En ese caso, creo que ya ha pasado el tiempo suficiente para que la transformación se lleve a cabo. ¿Están seguros de poder con esto?

—Lo hemos hecho bien hasta ahora, ¿no? La sucesora sigue con vida.

Ahora bien, ¿recuerdan cuando Scott mordió a Stephanie, y desafortunadamente falló al intentar que ella bebiera sangre para convertirse en una vampira completa? Un hecho que sucedió justo antes de que Steve se convirtiera en vampiro. Bueno, pues ahora ¿recuerdan que esa noche no solo Stephanie se convirtió en mítrida?

Desgraciadamente Danisha estaba en un lugar y en una situación que no era la adecuada para ella. Esa misma noche, cuando los hermanos acordaron que era el momento perfecto para convertir a la sucesora, Dani tenía la intención de visitar a Steph.

Kerry se cruzó en su camino, trató de persuadirla para que desistiera de aquella idea, pero en contra de todas las objeciones que el muchacho trató de imponerle, Danisha no dejaba de caminar y avanzar cada vez más lejos de su casa. Kerry se sintió presionado, Scott seguramente ya se encontraría en casa de Steph, y si su mejor amiga llegaba antes de que el príncipe mortuanio pudiera morderla, las cosas terminarían realmente mal.

El vampiro la mordió, llevó de regreso y esperó a que el anequio comenzara su fuerza de transformación. Un segundo después, Steph entró corriendo, histérica mientras gritaba que Scott se había vuelto loco y que había intentado asesinarla.

La transformación no pudo completarse aquella misma noche, lo que indiscutiblemente ocasionó la furia de la emperatriz del sexto reino.

El palacio pronto se pondría de cabeza, y a Scott le tocaría vivir uno de los peores acontecimientos de toda su existencia. El sacrificio de su amado hermano.




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