Mosaico

12. Bicicleta

Orlando pedaleaba su bicicleta con la fuerza de un bebé y luchando contra las gotas de sudor que por su frente resbalaban; las llantas de su bici hervían y eran víctimas de la vereda empolvada. Añoraba encontrar un árbol de características frondosas para descansar un rato de tan largo camino, veinte kilómetros más o menos eran los que separaban el campo del que venía hasta su pueblo.
Por si poco fuera eso, unos años atrás se había deshidratado en su trabajo, por lo que cualquier calor un poco elevado podía mandarlo al hospital, pues el clima infernal del desierto de Sonora rebasaba los cuarenta grados centígrados en agosto, ¡un verdadero horno sofocante a mas no poder!
Hay que agregar el hecho de que Orlando estaba viejo, tenía ya sus cincuenta años, era alto y de barba canosa y de peso normal, ni gordo ni flaco. Le gustaba pedalear casi todas las mañanas hasta ese campo y venirse en las tardes con un costal lleno de nueces que recogía en la huerta de nogales. En esa costa llena de campos por doquier, los maleantes del pueblo que no trabajaban se dedicaban a ir a robar nuez en sus bicicletas con parrilla a donde pudieran, pues estaba bien pagada. Pero ese día no juntó nada, le surgió un percance y se tuvo que devolver temprano.
Descansó un par de veces en algunos arbolitos que se encontraba en el trayecto y tal vez por eso pudo llegar al monte que separaba la carretera principal de tan deseoso poblado. Pero antes de llegar a la carretera, miró a los metros, detrás de un local abandonado y bandalizado, un mezquite de buen tamaño y con demasiado follaje, perfecto para recostarse un momento antes de desfallecer, antes de llegar a su casa.
Pero se quedó dormido con la bicicleta a un lado.

Estaba soñando que se quemaba, más bien, que su cara se estaba quemando.

Cuando despertó eran como las cuatro de la tarde aproximadamente y su cachete derecho estaba pegado al suelo hirviente pues la sombra ya había cambiado. Se sentó como pudo y estaba un poco aturdido, también sentía que le iba a explotar la cabeza del dolor. Se tocó y pudo notar que tenía sangre alrededor del cuello y estaba descalabrado, por eso y por el calor su dolor de cabeza. A un lado de él había un bloque con sangre partido en dos partes y su preciada bicicleta no estaba. Para su suerte, no se habían llevado su cartera. Milagrosamente pudo sobrevivir a eso, pero casi no la contaba.

Pasó un mes y un día fue a la ferretería a comprar cemento. El dueño del negocio era conocido de él así que se llevaban bien.

- ¡Orlando!, qué milagro verte por estos lados.- Le dijo su amigo en cuanto lo vió entrar.

- Buenos días, viejo. Vengo a comprar un poco de cemento para enjarrar una de las habitaciones.

- Claro que si, mi amigo, ¿cuánto va querer?

Pero Orlando no respondió porque vió algo al final del pasillo que llamó su atención y lo dejó sin palabras.

- ¿Ocurre algo?- le preguntó el ferretero al ver que no reaccionaba.

- Esa bicicleta, ¿dónde la conseguiste?

- Ah, un drogadicto me la empeñó hace como cuatro o cinco semanas pero ya no regresó por ella. ¿Por qué lo preguntas?

- Porque es mía, me la robaron hace poco.

- ¿Qué? ¿en serio?, amigo, no te preocupes. Si es tuya, ahí está.- Le ofreció, pues no quería problemas ni quedar mal con su amigo.

- ¿Cuánto diste por ella?

- Cuatrocientos pesos (20 usd)- le contestó.

- Guárdamela, por favor. Vendré por ella la semana entrante.

Así quedaron y a la semana siguiente volvió como había prometido.

- Oye, Ernesto, ¿cómo era el tipo que te la trajo?- le preguntó con curiosidad.

- Bueno, era un tipo flaco y no muy alto que a veces ronda por estos lados, tiene mala fama entre la gente. Es moreno y tiene un tatuaje de una lágrima bajo su ojo izquierdo.

- ¿Sabes cómo se llama?

- La verdad no. Pero si sé como le dicen, - Orlando paró oreja- le dicen 'el Negro'.

Se marchó de la tienda pedaleando su recién recuperada amiga y anduvo merodeando en ese barrio preguntando por el negro, pero nadie le decía nada.
Finalmente, se encontró con un joven indigente que no estaba bien de la cabeza y que era un drogodependiente.

- Ey, amigo. - Le dijo, pero aquel se limitó a ignorarlo.

- Bien, entonces me voy, está claro que no quieres esto- le chantajeó mostrándole una bolsita que contenía el único motivo por el cual hablaría.

- ¿Qué quieres?- le preguntó a Orlando ahora con interés.

- Sé que conoces al Negro, quiero saber dónde puedo encontrarlo.- Se bajó de su bici.

- Si lo conozco, pero no se dónde está.- La voz del joven era apenas audible y se veía que no tenía fuerza.- Dame la bolsa, por favor.

- ¿Que te la dé? ¿cómo voy a dártela si no me has dicho nada, idiota.

El joven drogadicto se rascó la cabeza con desesperación y volteaba hacia todas partes pero sus ojos siempre regresaban a donde mismo.

- Está bien. Te diré lo que sé. El Negro va a juntar nuez al campo que está por la carretera trece, se va todas las tardes como a las cinco y regresa casi a la medianoche aquí al barrio. Eso es todo. Dámela, por favor.

- Su bicicleta, ¿¡de qué color es!?- Le gritó.

- Mmmm, creo que amarilla con negro, no recuerdo.

Orlando se subió encabronado y empezó a pedalear hacia esa carretera con tanta fuerza como sus piernas le permitían.

- ¡Oye, olvidaste darme la droga!- Gritaba el informante, aunque esta vez su voz era fuerte.

Pero esa droga fue la gasolina que le dió a Orlando el coraje para poder llegar a su destino. Para poder consumar su venganza.

Al llegar a ese campo, buscó unos matorrales para esconderse bien en lo que llegaba su ansiado "amigo". Esperaba con ansias hasta que lo vió pasar; obviamente no lo conocía pero los colores de la bicicleta eran exactamente los mismos que le había dicho el indigente de la esquina. 
El sol casi se metía pero todavía no era hora, debía esperar hasta la medianoche, cuando él ya viniera de regreso. Estuvo pacientemente por horas y parpadeaba menos de lo normal; no quería perderlo.
Eran casi las once de la noche cuando el esperado salió del campo ya de regreso con un costal grande amarrado a la parrilla.



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En el texto hay: reflexion, drama accion, amistad amigos

Editado: 19.11.2022

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