Moscas y Larvas

Paranoia

Moscas y Larvas 



Me acerco con cautela; no debo hacer ruido ni movimientos bruscos. No quiero que me escuchen. Paso junto a la mesa; mi corazón late fuertemente, el sudor baja por mi frente. Lo veo; no se ha dado cuenta de que estoy detrás de él. Levanto el arma que tengo en la mano y… aplasto la mosca. 

¡Por fin mato la  mosca! Dejo el matamoscas en la mesa, limpio el desastre y comienzo a revisar los papeles de mi escritorio. Pronto serán las 5 de la tarde; estoy exhausta, quiero irme a descansar a mi cama, pero debo terminar mi trabajo. En eso, Kathy  se asoma por mi escritorio y me pregunta si quiero ir a una fiesta esa misma noche. Me niego, ya que quiero ir a descansar a mi departamento. Ella acepta y me dice que tal vez vaya a verme más noche. 

Observo el reloj, escucho el clic clac, el sonido resuena en mi mente, miro el reloj que está puesto de manera que nos miramos al mismo tiempo, como si él supiera las ansias que tengo de irme a mi casa. Me quedo esperando que sean las 5 para salir. 

Finalmente llega la hora deseada, salgo de la redacción y me dirijo a la salida. Escucho unos pasos detrás de mí. Kathy aparece y me toca el hombro, preguntándome de nuevo si estoy segura de no ir. Le vuelvo a decir que sí. Ella se sube a un taxi y se retira. El sol se esconde poco a poco en el horizonte. Espero el bus, pero no llega, así que decido irme caminando así también aprovecho y paso por el supermercado. Reviso que tengo mi laptop y tomo rumbo a mi departamento. 

Caminando, veo pasar los carros; el parque está tranquilo a estas horas, con algunas personas caminando, charlando con normalidad. Recuerdo que tengo algunas cosas que comprar del supermercado, así para llegar mas rápido tomo un rumbo diferente al habitual. 

Entro por un callejón donde un olor a putrefacción impregnaba el ambiente. El olor hace que haga caras de desagrado Y lleve mis manos hacia mi nariz. En un contendor veo un enjambre de moscas, por curiosidad me acerco al origen del olor. Entre más cerca estoy más fuerte es el olor, escucho los zumbidos de las moscas, levanto la cabeza y miro a lado del contendor y  descubro que es un gato en condiciones desagradables; en su estómago sobresalía pequeñas larvas. Parecen comerse al gato, no puedo dejar de mirar, tiene una mirada de desesperación como si estuviera consciente de lo que está sucediendo. El asco es tan intenso que termino vomitando. Me limpio con un trapo y salgo de allí apresurada, con la imagen del gato grabada en mi mente. 

Camino con pesadez, no puedo dejar de pensar en el gato y como las larvas sobresalían de su estomago, pienso en eso y recuerdo que tengo que ir al supermercado, me dirijo con deprisa y llego. Paso por los pasillos y llego a la sección de carne y el olor llega a mi cabeza y ciento nauseas. Apresuro mi paso y me dirijo a la caja. Salgo con bolsas en mano y tomo dirección a mi departamento 

Estoy fuera del edificio y me dirijo a mi habitación dejo las bolsas en el suelo y abro la puesta. Entro cansada, dejo las llaves en la mesa al lado de la puerta, entro en mi cocina y dejo mi cartera y laptop en la mesa, ordeno los productos del supermercado y, mientras lo hago, escucho un maullido. Giro mi cabeza y veo en la ventana un gato con apariencia maltratada. Ver ese gato me trae recuerdo. No puedo sacarme de la cabeza aquella escena tan asquerosa. Preparo mi cena con regularidad. Me siento a comer, agarro el celular y veo YouTube mientras ceno. Veo en recomendados para mí un video que llama mi atención. Le doy clic al video y se trata de un enjambre de moscas alrededor de lo que parece un cadáver de una vaca. Cierro el video y me quedo asqueada; se me quita el hambre. Decido mejor tomar una ducha y me recuesto en mi cama. Me cuesta dormir por todo lo sucedido esta noche. Siento un fuerte dolor de estómago y me posiciono en posición fetal. Después de horas, finalmente logro dormirme.. 
Me levanto con algo de dolor estomacal, con ganas de vomitar. Me dirijo al baño, me echo agua en la cara, me meto a bañar. Termino y estoy alistando mis cosas para irme a trabajar. Guardo mi laptop y me dirijo a mi trabajo. Veo una multitud de gente, por curiosidad me acerco y entre las personas y los ruidos veo a un vagabundo en un pequeño charco de sangre y observo su pierna abierta de rodilla hasta talones. Todos quedan asqueados por la escena y otro lo intentan ayudar. Se puede observar como sobresale el hueso y la carne al rojo vivo, y entre eso hay larvas moviéndose y moscas en toda su pierna, excavando su piel. El vagabundo llorar del dolor y llaman a una ambulancia. Decido irme de aquí y apresuro el paso con ganas de vomitar y  me subo a un bus para llega a la oficina. Llego con  la mente en el vagabundo entro a la sala de prensa y veo a todos sumergidos en sus computadoras. Me dirijo a mi escritorio y veo a Kathy, que parece tener una gran resaca. 

—Ay, Clara, no te puedes imaginar —dice con entusiasmo—. Encontré a un chico muy guapo, lo invité a bailar conmigo y lo llevé a mi departamento. No te puedes imaginar lo que pasó… 

Sigue hablando, pero no le presto mucha atención. Miro los periódicos y veo una nota que me llama la atención: 
Aparece un nido de larvas de moscas en el estómago de un joven. 
Los Ángeles, 19 de julio de 2008. 

Las autoridades encontraron a un joven muerto con un perturbador hallazgo en su cuerpo. El joven, identificado como Mark L…, fue descubierto sin vida el viernes por la noche cerca de su hogar, dejando perplejas a las autoridades sanitarias. 
Según los informes preliminares, no hay indicios de que el joven haya sido víctima de violencia. Sin embargo, se descubrió que su cuerpo albergaba un nido de larvas que eclosionaron tras su fallecimiento. Este descubrimiento ha dejado a los científicos desconcertados ante tal aberración…” 

Quedo en blanco con tal noticia. Solo pienso en el aquel gato. Interrumpo a Kathy y le pregunto qué ha pasado con el caso. Ella me dice que no se ha sabido nada por el momento. Me quedo sin palabras.  

Quedo con la duda y me dirijo donde mi supervisor y le comento el caso. Me dice que no hay nada que preocuparse y que mejor siga con mi trabajo.  Salgo de la oficina decepcionada 

Leo el reporte de nuevo. Me quedo congelada frente a la puerta y en ese momento llega Kathy preguntándome cómo estoy. Le digo que algo mal, y me viene a la mente la escena tan grotesca del gato y del vagabundo. Me llega un dolor de estómago muy fuerte y corro hacia el baño. Kathy me acompaña, llegamos al baño y comienzo a vomitar. 

— ¿Qué te pasa, amiga? —Dice con tono de preocupación—. ¿Por qué saliste corriendo hacia la oficina de Víctor y sales de ahí y te veo vomitando? ¿Qué pasó entre ustedes? 

— No me vengas con esas tonterías, Kathy. Entre el Sr. Víctor y yo no hay nada. 

— Sr. —lo dice con un tono burlesco—. No entiendo por qué lo sigues llamando señor después de cómo te ha tratado. 

— Por respeto, y no estoy así por él. Desde ayer estoy así. 

— ¿Qué pasó? 

— Ayer, cuando me dirigía al supermercado, pasé por un callejón y me encontré un gato con larvas. Me dio tanto asco, y hoy por la mañana pasé por donde siempre tomo el bus y vi un vagabundo con la pierna derecha toda mordida y llena de larvas. 

— Ay, qué desagradable. ¿Por qué no le dices a Víctor que te deje ir? Necesitas descansar. 

— No, estoy bie… —vomito. 

— Sí… claro. Ven, vamos a la oficina de Víctor. 

Nos dirigimos a la oficina y le digo a Kathy que no insista, pero ella me presiona. Toca la puerta de Víctor y él sale y me ve pálida, despeinada y con una silueta desagradable. Kathy le comenta que estuve vomitando y que sería mejor que me fuera a casa. Yo le digo a Víctor que no es necesario, que me siento bien. Víctor ve la situación y decide que sería mejor que me fuera a mi casa a descansar. A regañadientes acepto. Me dirijo a mi escritorio y recojo mis pertenencias, y Kathy me dice que cuando termine su turno me irá a visitar. Fuera de la redacción espero al autobús y me subo a él. Ya dentro del bus, me siento en la segunda fila y  una señora ya casi de la tercera edad me acompaña. La saludo y ella me devuelve el saludo. Miro la ventana y veo los carros pasar. Escucho un zumbido. Es una mosca. Intento espantarla, pero mis intentos son en vano. Parece que la mosca se acerca más a mí hasta que llega a mi brazo derecho y siento un leve mordisco. En ese momento mato la mosca, saco un trapo de mi cartera y me limpio la sangre. Al ver mi mano, veo mucha sangre, más de lo común para una mosca muy pequeña. Me da asco y me apresuro a limpiarme. La picadura se me inflama y se enrojece. El recorrido es algo lento, pero llego a mi departamento y por la entrada veo moscas, una cantidad desagradable de moscas, y veo que se están amontonando alrededor de una rata. Intento en vano no ver y apresuro el paso. 

Entro agitada a mi departamento,  asqueada, me dirijo rápido al baño y vomito. No sé por cuánto tiempo vomité; me ensucié toda y el suelo está manchado de vómito. No puedo dejar de pensar en esas larvas y cómo se comieron al gato y la pierna del vagabundo. Veo la picadura y comienzo a curarme. Mi corazón late muy fuerte. Tengo una dificultad para respirar. Me voy al lavabo y me limpio la cara y remojo mis manos a ver si así puedo tranquilizarme. Me rasco mi brazo, tengo muy irritada esa parte, entonces decido en bañarme para quitarme la suciedad .Me quito la ropa y entro en la ducha. Abro la llave y comienzo a restregarme, siento mucho asco, no deja de venir en mi cabeza la imagen de aquel gato. Me restriego con mucha fuerza y me termino lastimando. Por accidente lastimo mi muslo con mi uña. Veo la sangre bajando con el agua; el suelo se tiñe de un rojo claro. Salgo del baño y me visto. Comienzo a asear el baño y en eso suena el teléfono. Es Kathy. 

— ¿Cómo estás, amiga? —Dice detrás del teléfono—. El malhumorado de Víctor me dio permiso de salir temprano para irme donde ti. 

— ¿En serio, Kathy? Pero no es necesario que vengas, ya me siento mejor. 
— ¡Nah! Iré a cuidarte, en este momento necesitas una buena enfermera, y así de paso te cuento algunos chismes. 

— Está bien, Kathy. Te lo agradezco mucho. 

Para eso están las amigas —cuelga. 

Termino de asear el baño, guardo todos los productos de limpieza, cuando termino me dirijo a la cocina y saco mi laptop y comienzo a investigar sobre las moscas. Entre toda la red de información encuentro un artículo que llama mi atención: 
"Una nueva enfermedad en Sudamérica   
2008   
En un descubrimiento alarmante, científicos han identificado una misteriosa enfermedad entre los insectos sarcofágidos, conocidos comúnmente como moscas de la carne. Esta enfermedad mortal se transmite a través de sus picaduras y presenta síntomas devastadores: intensa hambre y sed, irritación cutánea severa, fiebre persistente, picazón intensa y ardor corporal. Estos síntomas conducen a una muerte lenta y dolorosa, mientras que las moscas pueden incluso depositar sus huevos dentro de los seres vivos afectados. Es crucial extremar las precauciones de higiene para prevenir la propagación. Esta situación plantea un desafío crítico tanto para la comunidad científica como para la salud pública.…" 
Siento un temor en mi ser, me comienzo a rascar el brazo. En eso que sigo leyendo tocan la puerta y me asusto. Voy a ver quién es; es Kathy. Abro la puerta y con ella trae unas bolsas , las pone encima de la mesa y comienza a sacar algunas pastillas y un termómetro. 

— ¿Por qué trajiste todo esto? —río. 

— Quiero velar por la salud de mi amiga. ¿Hay algo malo en eso? Mejor recuéstate y te tomo la temperatura. 

— No te preocupes, Kathy, estoy bien. Solo fueron náuseas, nada más. 

— Espero que me estés diciendo la verdad. ¿En qué estás trabajando? “Una nueva enfermedad en Sudamérica” —con tono bajo lo dice—. ¿Y esto? Ten cuidado, recuerda que el Internet no es de fiar 

— Kathy, esto es serio. Aquí dice que en Sudamérica se ha descubierto una enfermedad contagiosa transmitida por las moscas. 

— Clara, ¿qué te asegura a ti que no te están mintiendo? Recuerda que el Internet es peligroso 

— Es una fuente confiable. 

— ¿Como sabes que es confiable? 

Quedo en silencio y después de un rato contesto  

— En estos días he visto cosas referente a esto 

— Ay, ya vas con tus paranoias. Solo deben ser una exageración —agarra la computadora y la apaga—. Tú deberías descansar, así que recuéstate en el sillón o en tu cama, donde te sientas segura, y yo te atenderé. 

Entramos en mi habitación. Kathy, con delicadeza, me recuesta en la cama. Insisto en que no es necesario que se quede conmigo, pero ella quiere quedarse. Le digo que, al menos, me traiga la computadora. Ella me dice que no y que deje de pensar en trabajo. Ella ve mi brazo y lo ve lastimado. 

— ¿¡Que te paso!? 

— Nada, solo una mosca me pico 

— Eso no parece picadura de mosca 

Miro la roncha y comienzo a pensar, pero es interrumpido por un comentario de Kathy 

— Te prepararé la cena ¿o quieres comida de la calle? 

— Me encanta ti comida Kathy, me gustarí comer algo tuyo 

Ella asiente y se dirige a la cocina. Mientas se encuentra ahí veo mi brazo y lo veo rojo, siento que algo no va bien, me rasco el brazo, a un punto que duele. 

Llega Kathy a mi habitación y trae una deliciosa cena. Ella se sienta en la cama y comenzamos a hablar. 

— Clara, ¿recuerdas cuando Mateo engaño a sophia? 

— Kathy, eso fue en secundaria. 

— ¿Y eso que? Me sorprendió el engaño, ya que parecían hacer una buena pareja 

— Recuerda que Mateo era bien mujeriego. Antes de andar con Sophia, intentó algo contigo. 

— Sí, lo sé, pero no me gustaba como novio —se tira en la cama moviéndome—. Yo era más del tipo de Alex. 

— Bueno, Alex sí estaba guapo. 

— ¿Guapo? ¡Guapísimo, ese bombón! ¿Será que sigue igual de lindo? 

— No creo, fue hace mucho tiempo. Hace dos años que nos graduamos de reporteras, tres años de bachiller. Bueno, pensándolo bien, sí debe estar igual. 

— Pues sí, boba. 

Nos reímos, el celular de Kathy interrumpió el momento. Kathy contesta y se retira de la habitación. Termino mi cena, me bajo de la cama y me dirijo a la cocina a lavar los trastes. Ya es de noche, me siento cansada. Entro en la sala y veo a Kathy hablando por teléfono, entonces me dirijo a mi cama y me acuesto. Siento el calor recorrer mi cuerpo, siento escalofríos y esa maldita imagen me viene a la mente. Me siento asqueada e intento dormir. 

Pronto, me encontré en la oficina, trabajando como un día normal. Veo entre notas de periódico un caso de un joven, pero mientras lo leo siento un cosquilleo en mi mano. Me intento rascar, pero la picazón no cesa. Sigo rascándome hasta el punto donde brota sangre, y poco a poco de las heridas salen pequeñas larvas. Siento las mismas sensaciones en las piernas. Intento rascarme y no cesa la picazón. Poco a poco emergen larvas. Me voy corriendo al baño y me veo en el espejo. Veo que algo se mueve en mi párpado, y cuando lo saco es una mosca. Poco a poco salen moscas de mis ojos. 

Me despierto gritando. Solo era un mal sueño. Kathy, a mi lado, se levanta asustada y me pregunta qué me pasó. Le digo que tuve una pesadilla. Ella me dice que es mejor volver a dormir. Esa noche no pude conciliar el sueño. 

Pasaron algunos días y los sueños son más comunes, siento que me pica el brazo y me rasco, pero cuando lo hago me duele y miro el estado de mi brazo, esta rayado y lleno de cicatrices. Me lo cubro con una venda para que no se me note tanto. Salgo de mi departamento rumbo a mi trabajo.  Llego a la oficina y veo a Kathy algo molesta 

- Que pasa clara, hoy Víctor no está de buen humor y es mejor evitar que se enoje 

Yo asiento la cabeza y me sigo rascando el brazo 

- Clara que te está pasando en ese brazo, lo tienes llenos de heridas, ¿Qué pasa? Eso no está bien, te noto muy extraña 
Le digo que no pasa nada, que estoy bien solo que los últimos días he sentido mucha picazón, en eso llega Víctor a las oficinas y pregunta quién tiene el caso de Dorian W. Le digo que yo y él se dirige hacia mí. Cuando le entrego el documento , se da cuenta de que tengo el brazo derecho muy lastimado. Y me pregunta que me paso, le digo que nada. Le pido disculpas y escondo la mano. 

Despues de un dia arduo trabajo, termina la jornada en la oficina y quiero ir directamente a mi departamento. Kathy me pregunta si se puede quedar ahí, le digo que esta noche no, ya que quiero descansar, pero ella insiste y al final termino aceptando. Nos dirigimos a mi departamento y en el camino vemos a un vagabundo caminando, de manera cansada como si estuviera borracho, el señor se cae y me dirijo a auxiliarlo pero cuando me acerco lo veo vomitando sangre y de su boca salen larvas. Pego un grito y le digo a Kathy que es mejor apresurarnos ella queda son dudas y me exige que le cuente que paso, yo le cuento lo ocurrido y ella no me cree y se dirige donde el vagabundo y lo ayuda a levantarse, regresa y me cuenta que en ningún momento vio larvas, pero yo le insisto que si las vi, ella no me cree y pedimos un taxi. 

Llegamos al departamento. Ella trae una película, yo tiro las llaves en la mesa. Kathy pone la película y nos recostamos en la sala. Ella se posiciona encima de mí y vemos la película agarro palomitas que Kathy hizo y me entra un hambre voraz. Siento picazón por todo mi cuerpo, solo me quiero rascar, pero al tener a Kathy encima no puedo. Un ardor recorre mi cuerpo y es irresistible. Le pido permiso a Kathy y ella se mueve, pausa la película y me pregunta qué me pasa. Le digo que nada, que solo voy al baño. 

Entro al baño y me rasco todo el cuerpo, siento una comezón intensa. Me echo una crema para calmarla. Kathy toca la puerta 

- ¿Clara, estas bien? ¿Qué te pasa? Te veo muy rara, ¿estás bien? 

- Si, -digo con una mentira- estoy bien solo algo nerviosa 


- Bueno, te espero en la sala. 

Me lavo las manos rápido, siento que mi corazón palpita rápido y un ardor fuerte llena mi cuerpo. Salgo del baño y me dirijo a la sala, seguimos viendo la película. 

Kathy se quedo a dormir en mi casa y me dijo que me invitaba esa misma noche a comer en un restaurante, yo alegre acepte. Terminamos la jornada y nos dirigimos a nuestras respectivas casas a cambiarnos. Llego a mi departamento y me dirijo a mi cuarto. Mientras me estoy cambiando siento que en mi brazo se mueve algo, miro con detenimiento y veo como entre las heridas sale un larva, me cierro los ojos con fuerza y dejo de sentir eso. Vuelvo abrir los ojos y no hay nada. Me dirijo al baño y me echo agua en mi cara preguntando que paso. Kathy llega a mi casa y se queda esperándome le digo que ya voy a salir, que solo me faltan algunas cosas, me miro al espejo veo que mi parpado se mueve me acerco mas al espejo y sale una mosca, asusta grito. Kathy toca la puerta distrayendome y me pregunta si ya voy a salir del baño para irnos al restaurante. Vuelvo Me asuste y no le di interés la situación. Me veo de nuevo en el espejo y no veo nada, reviso toda la habitación y no hay rastro de ninguna mosca. Salgo del baño preparada y Kathy me dice lo hermosa que me veo, me abraza, pone la mano en mi cintura y nos dirigimos al restaurante. 

Estando en el restaurante, en una mesa muy bien decorada y en las luz de las vela veo ha Kathy con una belleza encantadora. pedimos de comer algo ligero pero que nos sacie el deseo de esta noche. Solo ver la comida de los otros sucursales me llena de un hambre voraz. Cuando agarro el primer mordisco, siento aquella energía en todo mi cuerpo. Otro, otro, otro, otro. Mi boca está llena, pero quiero seguir comiendo. Kathy se preocupa por mí y me pregunta si estoy bien. Trago y le digo que sí, y vuelvo a comer. Cuando termino el plato, le digo al mesero que me sirva otro. Cuando acabamos, la cuenta salió demasiado alta, más de lo previsto. 

— Clara, ¿qué te pasa? Nunca te he visto comer tan vorazmente – dice molesta –, te comiste cinco platos de comida, ¿qué pasa contigo? 

— ¿Lo dices por el dinero? —digo con tono tímido—. Lo siento, yo te lo puedo pagar, perdóname, Kathy. 

— No lo digo por eso, me preocupa tu salud. Ve a un médico.  

— Estoy bien 

— No es así Clara, para que te sientas mas segura, te acompañare a pedir cita con el doctor. 

Salimos de restaurante y nos dirigimos  a nuestras casa, y nos despedimos de beso. Pienso en todo lo que pase hoy, me encierro en mi cuarto, ¿me pregunto como he llegado a este punto? ¿me acuesto a mi cama y me acuesto de posición fetal y lloro toda la noche. 

El día siguiente, sacamos cita con el doctor Dr. Jekyll para que me hiciera un chequeo completo. Llegamos al hospital y nos quedamo en recepción donde la señorita de recepción nos dice que esperemos. Esperando a que nos llamaran Kathy recibe una llamada, me pide permiso y se retira. En el asiento esperando a mi llamada escucho un ruido familiar, una mosca revolotea en toda la sala. Escucho su sonido, siento que mi corazón late con mas fuerza, mi respiración se acelera, la ropa me comienza a incomodar me rasco el brazo, comienzo a sangrar pero me sigo rascando, una señora que esta lado a mi me intente detener; cuando sostiene mi brazo me siento con ira y golpeo a la señora. Todos me quedan viendo  quedo en un estado de shock, la sangre de mi brazo caen al suelo y seguridad viene hacia mi, en ese momento llega Kathy y los detiene, pido disculpas por lo sucedido, el guardia me da una segunda oportunidad.  

— ¿Que carajos te esta pasando? —dice ella visiblemente alterada— 

— No lo sé… — Me rasco con más dureza mi brazo  

— Clara, Para!! — Me detiene el brazo — 

— Ya sé, deben ser las moscas, aquí – señalando mi brazo derecho – me mordió una, debo estar infectada, eso debe ser  

Me tiro al suelo a llorar desesperadamente Kathy intenta consolarme y me dice que todo estará bien 

Miro la esquina de la habitación y siento una brisa en mis pies, escucho el clic clac de un reloj. El medico me hace una pregunta sobre mi cuerpo, preguntas de rutina. Kathy explica que estoy así hace 2 semanas y cada dia me estoy poniendo peor, yo argumento que son las moscas que me pico una y estoy infectada de una enfermedad . El doctor toma apuntes y le dice a Kathy que se retire, ella lo hace y el doctor me hace preguntas mas íntimas. 

— ¿Usted toma? –dice el viendo su cuaderno– 

— No, no tomo 

— ¿Ha tomado un tipo de drogas? 

— No, no tomo 

— Bueno, Sr Clara le voy hacer algunos exámenes de sangre para comprobar que todo va bien así que siéntese ahí -señalando una silla con una mesa a su lado- 

Me dirijo ahí, me siento y el doctor me comienza a sacar sangre. Me siento mareada, el doctor me dice que me llamara para poder darme mi diagnostico.  

Salgo del consultorio y me voy con Kathy. 

— Que bueno que el doctor te puso esas vendas –tocando mi brazo derecho– quiero que te recuperes Clara, no me gusta verte asi, me duele -sostiene mi cara entre sus mano y me besa en la frente- 
Caminando a casa, vi a una mujer en un callejón comiendo lo que parecía ser una rata. Sentí que iba a vomitar. La mujer tenía larvas sobresaliendo por el oído, se la estaban comiendo viva y ella no hacía nada. Kathy no parece darse cuenta de lo sucedido y cuando se lo hago ver la mujer ya no esta. 
Dejé a Kathy en su casa y me insiste en que me acompañe y yo le digo que estaré bien que no hay que preocuparse. Me dirijo a mi casa.. Me pica mucho el brazo, pero con esta venda no puedo rascarme, siento que mi estómago rugía así que decidí ir a un restaurante cerca de mi departamento. Llegué a al restaurante y me sente en una mesa con mirada a la calle, le pedí un bistec con ensaladas y un jugo al mesero, él con cortesía me toma la orden. Espero con ansias mi comida y, cuando por fin la tengo alfrente, comienzo a cortarla y saborearla. Llego a un punto donde no puedo resistir y agarro el bistec con mi mano,  lo comienzo a devorar y todos los del restaurante me quedan mirando. Le digo al mesero, que con cara de desagrado me escucha, “denme dos bistecs más”. Termino de comer y me traen a mi mesa los dos bistecs. Comienzo a comer salvajemente, todos se quedan perplejos viéndome devorar cada parte de mi comida sin dejar ni migajas. 

Recapacito por lo que hice y corro y pago la cuenta, no sé si di de mas o de menos, pero sé que ellos no me querían ahí, asi que les debio dsr igual con tal que me fuera. Corro hacia me departamento y entro al baño, me miro al espejo y veo en lo que me he convertido. Siento asco y vomito. No sé en qué me he convertido, en una bestia que solo sigue sus instintos. Cuando termino de vomitar, siento hambre y veo el vómito en el inodoro. No pude resistirme. Comienzo a comer del inodoro con la mano izquierda agarro un poco y siento que eso sacia mi hambre, comencé a disfrutar de la comida. Metí mi cabeza por el hueco y comencé a tragar el líquido y lamer las orillas disfrutando cada momento. Por fin dejé de sentir hambre. Me doy cuenta de lo que hice, y me doy asco comienzo a lavarme la cara y me tiro al suelo llorando por lo que hice. 

Lloro por un largo tiempo , siento una picazón irresistible siento que en mi se esta desarrollando una guerra. Comienzo a desenvolver las vendas y poco a poco veo mi brazo, se ha juntado con la venda y es difícil de quitar y siento gran dolor al jalar, y veo como larvas salen de mi brazo, grito de la desesperación,  comienzo a quitarme todas las larvas, pero se han incrustado en mi carne, voy a la cocina y agarro un cuchillo y comienzo apuñalar mi brazo para poderme sacar las larvas,  uso de distintas maneras el cuchillo, hasta que en mi muslo izquierdo, siento la misma sensación. Corto un pedazo de carne y veo como salen larvas y me comienzo a cortar en todo mi cuerpo. 

Tirada en el suelo de la cocina en un charco de mi propia sangre escucho a alguien abriendo la puerta; es Kathy, ella viene corriendo hacia mí y me sostiene entre sus brazo y me pregunta por qué lo hice 

— Clara ¿Que hiciste? –dice llorando– 

— Mataba a las larvas…  –digo con un tono cada vez menos vivo – 

— No, Clara, no te mueras por favor, quédate conmigo ¿si? Yo te cuidare, ya vienen los paramédicos… 

Vi su rostro cubierto en lágrimas, sentí una gran tristeza hasta que Kathy dijo algo que me dejó fría 

—¿Cuáles larvas, Clara? –Dice entre sollozos– aquí no hay ninguna larva.




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