Sigo sin saber nada de vos, desde aquel día que te fuiste sentí que todo mi mundo cambio, estoy aquí sentado bajo la luz tenue de la luna, algunas estrellas se dejan ver y la pequeña brisa acaricia mi rostro que al pensarte deja rodar por mi mejilla una pequeña lágrima que brotó del solo recordarte, después de un instante una pequeña mueca de felicidad se forma en mi rostro.
Recordarte me genera un sinfín de emociones, y así donde Mirando al cielo recuerdo cuando te conocí. Esa tarde de domingo donde me hablaste, no lo esperaba, pero despertaste en mí una curiosidad de poder verte, pasaron unos días que llevábamos hablando la ansiedad y algo de miedo se apoderaban de mi ser.
Cuando por fin dijiste cuando nos vemos, se me ilumino la mirada, rápidamente conteste, el sábado ya que faltaban dos días aún.
Tenía muchas expectativas quedamos en ir tomar un café aquel día. Hablábamos por mensajes todo el tiempo y ambos ya sabíamos muchas cosas del otro.
Finalmente, el día llego, salí una hora antes así llegar a tiempo a la hora pactada en el lugar acordado, llegué con algo de tiempo esperé en la esquina, los nervios se apoderaban de mí, miraba el teléfono a cada rato, ya paso un rato y no llegabas, en eso suena el celular, era un mensaje que decía que ya estabas cerca, eso me puso más nervioso.
Pasaron unos minutos y te vi venir, estabas a unos pasos de mí, no podía si quiera decir algo, estabas ahí parado, me saludaste muy cordialmente y entramos a Bar.
De apoco me fui soltando y la charla se fue haciendo más fluida, reíamos mucho, verte con esa sonrisa ahí a unos centímetros de mí, tenía ganas de besarte, pero no lo iba hacer, quedaría en ridículo o responderías, saque de inmediato esa idea de mi cabeza, nos contamos partes de nuestras vidas, proyectos, las horas pasaron muy rápido y lo estaba pasando tan lindo con vos
Llegó el momento de irnos, fuimos caminando por un largo rato, seguíamos hablando mucho como que ya nos conocíamos de toda la vida, me sentía tan libre tan feliz. Al llegar a la parada del colectivo, me tomaste la mano me miraste a los ojos y pude ver un brillo especial, me diste un abrazo, en ese momento me dijiste al odio la pase muy bien, esperó que se repita.
El colectivo llego, subí y te miraba mientras el colectivo inicio su marcha, tenía una linda sensación.
No fue la única salida desde ese día empezamos a salir más seguido, íbamos al cine, a cenar, eras muy atento y romántico, recuerdo el primer beso que nos dimos, fue tan pasional. Llevábamos varios meses saliendo, aunque nunca pusimos fecha de inicio o al menos ninguno dijo desde tal día comenzamos a salir, pero estábamos bien la relación cada vez crecía más.
Pero de a poco todo comenzó a diluirse, de momentos discutir se volvió rutina y cada comentario era suficiente para que un par de gritos fluya entre las paredes de la habitación, a veces me sentía culpable quizás estaba mal yo, pero no era así, la relación se había desgastado ya no daba para más, pero te quería tanto, pero no sé si lo suficiente como para seguir soportando todo eso.
Una mañana tome el coraje suficiente, te mande un mensaje para vernos, me habías dicho que si, fuimos a desayunar. Estando ahí hacías de cuenta que todo estaba bien, era tu costumbre hacer de cuenta que no pasaba nada, pero en realidad estaban pasando muchas cosas que ya no las toleraría. Comenzamos hablar te planteé mi postura ante diversos temas y pude notar como tu cambio de humor fue pasando por distintos niveles, de repente tu tono de voz fue en aumento, lo cual me hizo preocupar solo te miré sin decir nada, pude darme cuenta que no serviría. Fue incómodo toda esa situación. Me levanté me despedí y me fui, se había terminado, mientras caminaba sentía como un nudo en la garganta, de apoco mis ojos se llenaron de lágrimas las cuales empezaron a caer por mis mejillas, sentía tristeza, pero a la vez alivió porque sabía que tome una buena decisión.
Al llegar a mi casa, me tire a mi cama no podía parar de llorar, necesitaba consuelo, pero no tenía a nadie, hasta mis amigas se habían alejado. Mi hermano estaba en otra ciudad, mis padres ya habían fallecidos y todo eso me generaba más angustia al no tener a nadie cerca. Aposté mucho a esa relación, ver como todo de apoco se derrumbó no puedo soportarlo, pero es lo que yo elegí, es mejor esto que seguir aguantando discusiones, desplantes innecesarios, gritos, insultos. De igual forma no puedo evitar extrañar los lindos momentos. Seguía ahí en la cama sin Ganas de levantarme, de repente sonó mi teléfono era un mensaje tuyo pensé que sería algo lindo, pero no fue así, nada más fue un mensaje lleno de insultos, bajezas hacia a mí persona, me preguntaba si era necesario todo eso, porque tanta maldad si lo único que hice fue salir de la situación tan incomoda donde estaba.
No lo tolere más, tenía tantas emociones encontradas, tantos pensamientos y en todos solo abunda un estado de soledad, desesperación, tristeza, desamor, sentía angustia, no aguante más quizás fue una decisión apresurada, fuera de mí.
Pero ahora ya es tarde, las horas posteriores a aquel día fueron desesperantes lo último que recuerdo es que estaba en la clínica, tenía tubos y cables conectados, la única figura que logré ver fue a mi hermano con lágrimas en los ojos, de repente sentí que todo se apagó y sabía que ese era el fin.
Es tan lindo recordarte, pero también es tan triste, pero aquí Mirando las estrellas sigo pensado si la decisión que tome fue o no la mejor, no buscó culpables por qué no lo hay. La vida es todo un misterio, tomar decisiones A veces se torna difícil. Desde aquí siento tranquilidad, es inexplicable el amor que sentí que hasta hoy vive en mí. Te extraño y esperó verte nuevamente.