Mounstros En Cacería

​Capítulo 4: Fragmentos del pasado

​El silencio en la sala era tan denso que podía oír mi propia respiración. Fue entonces cuando una mano se alzó con timidez.

Me fijé en ella. Era una chica de piel muy blanca y rasgos delicados. Tenía el cabello castaño, ondulado y corto, que le enmarcaba un rostro que transmitía una extraña mezcla de vulnerabilidad y valentía. Sus ojos verdes eran brillantes, inteligentes, y contrastaban con la rigidez militar de los demás. Parecía la más joven de todos, o al menos la más humana.

—Yo... yo tengo una duda —dijo con una voz dulce pero firme.

Igna asintió levemente, dándole permiso para hablar.

—Me llamo Alba Kamora, Experimento B-02 —se presentó, aunque su nombre parecía pesarle en la lengua—. Directora Quirova, ¿por qué no recordamos nada? Mi mente está en blanco, solo sé mi nombre y... tengo la sensación de que me falta una vida entera. ¿Cuánto tiempo ha pasado en el mundo real desde que entramos en esas cápsulas?

La pregunta de Alba fue como un tajo en el aire. A mi lado, la chica pelirroja, tensó la mandíbula y miró al suelo. El chico de la paleta dejó de moverla. Todos queríamos la respuesta.

Igna caminó hacia Alba con pasos lentos y rítmicos. Se detuvo a pocos centímetros de ella y le dedicó una sonrisa que pretendía ser reconfortante, aunque a mí me pareció una máscara de porcelana.

​—Es una reacción secundaria del proceso de estabilización celular, Alba —respondió Igna con calma—. Sus cuerpos fueron sometidos a cambios drásticos para poder albergar sus dones. La memoria episódica es frágil y, lamentablemente, se perdió durante la hibernación para proteger su salud mental del trauma de la transformación.

Hizo una pausa dramática, mirando a todo el grupo antes de soltar la cifra.

​—Han pasado diez años.

Un jadeo colectivo llenó la sala. Diez años. Habíamos perdido una década de nuestras vidas suspendidos en líquido, siendo moldeados como arcilla.

—No lloren por lo que no recuerdan —continuó Igna, retomando su tono autoritario—. El mundo exterior ha cambiado, y ustedes ya no pertenecen a esa vieja realidad. Ahora son la vanguardia de la humanidad. Sus familias... bueno, ellos aceptaron que este era el mejor camino para ustedes. Ahora, su única familia es este equipo y su único hogar es la OHM.

​Alba bajó la mano, pero vi cómo una lágrima solitaria rodaba por su mejilla. De repente, sentí un leve hormigueo en la base de mi cráneo, una calidez extraña.

“No le creas del todo”, resonó una voz en mi mente. Miré a Alba rápidamente, pero ella tenía la vista fija en sus manos.

​¿Había sido ella? ¿Era ese su poder? Estaba segura de que era su voz.

​—No más preguntas por hoy —sentenció Igna—. El entrenamiento comienza mañana al amanecer. Zack, tú guiarás a Odette a las áreas comunes. Retírense.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.