Mr. Love

Capítulo 5

Capítulo 5: ¿Estás dormida?

La habitación de Jackson estaba en penumbra, iluminada solo por la luz tenue que se filtraba desde la calle. Afuera, la ciudad seguía viva, pero dentro de esas cuatro paredes, el mundo parecía haberse detenido.

Suzy estaba acostada en el lado izquierdo de la cama, con el brazo vendado apoyado sobre una almohada extra. Jackson estaba a su derecha, con una camiseta vieja y el cabello aún húmedo por la ducha. Ambos miraban al techo, en silencio.

Habían dicho “buenas noches” hacía más de una hora. Pero ninguno había logrado dormir.

El aire estaba cargado. No de tensión, sino de recuerdos.

—¿Estás dormida? —preguntó Jackson en voz baja.

—No —respondió Suzy, sin girarse.

—Yo tampoco.

Silencio. Jackson se lambio los labios mientras que en su cabeza pasaban recuerdos como si fueran fragmentos de una pelicula sin fin.

—¿Te acuerdas de cuando nos escapamos del campamento de verano? —preguntó él.

Suzy sonrió.

—¿La vez que querías ver las estrellas sin los otros niños gritando?

—Exacto. Caminamos como una hora por el bosque. Yo estaba convencido de que sabía el camino.

—Y terminamos en el estacionamiento de una gasolinera.

Jackson rió.

—Pero vimos las estrellas. Desde el techo del auto abandonado.

—Y tú me cantaste esa canción que escribiste. La primera que me mostraste.

—“Cielo de papel”.

—Sí. Era horrible.

Jackson se giró hacia ella, fingiendo indignación.

—¡Oye!

—Lo era. Pero tenía corazón. Y eso lo hacía especial.

Jackson volvió a mirar al techo.

—¿Sabes que nunca se la mostré a nadie más?

—Lo sé.

Silencio.

—¿Te acuerdas de la vez que fingimos estar enfermos para no ir a clase?

—¿La vez que nos escondimos en la biblioteca?

—Sí. Leíste un libro de repostería y yo escribí letras en los márgenes de una enciclopedia.

—Todavía tengo esa receta. Era de un pastel de limón con lavanda.

—¿El mismo que tienes en tu vitrina?

—El mismo.

Jackson sonrió.

—Siempre pensé que ese día fue perfecto. Como si el mundo se hubiera detenido solo para nosotros.

Suzy giró la cabeza hacia él.

—¿Y ahora? ¿Crees que el mundo puede detenerse otra vez?

Jackson la miró.

—No. Pero creo que podemos crear momentos que lo hagan parecer así.

Silencio.

—¿Te acuerdas de la azotea?

—Siempre.

—¿Te molestó que te empujara?

Suzy rió.

—No. Tenía miedo.

—¿De qué?

—De que si saltaba, todo cambiara. De que si confiaba, perdiera el control.

Suzy lo miró.

—Y ahora, ¿tienes miedo?

Jackson pensó un momento.

—Sí. Pero no de ti. De lo que el mundo puede hacernos.

Suzy se acercó un poco, sin tocarlo.

—Entonces que el mundo espere. Esta noche, somos solo nosotros.

Jackson asintió.

—Solo nosotros.

Ambos se quedaron en silencio, mirando el techo, compartiendo el mismo aire, el mismo recuerdo, el mismo latido.

Y aunque no durmieron, descansaron.

Jackson podria perder la memoria, pero jamas olvidaria que Suzy lo haya empujado de una azotea sin ningun remordimientos. JAJAJAJA




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