Capítulo 6

Capítulo 6: Entre vitrinas y miradas

La mañana en Dulce Suzy comenzó antes del amanecer. Suzy se levantó con el cabello revuelto y los ojos aún pesados, pero con una determinación que no había sentido en días. Jackson estaba en la cocina, preparando café como si llevara años haciéndolo. Llevaba una camiseta blanca, jeans sencillos y una gorra que apenas ocultaba su rostro.

—¿Estás seguro de esto? —preguntó Suzy mientras revisaba los pedidos del día.

—Más que nunca —respondió él, sirviendo dos tazas.

—No tienes que demostrarle nada a nadie.

—No lo hago por ellos. Lo hago por ti.

Suzy lo miró, y por un momento, el ruido del refrigerador y el zumbido de la cafetera se desvanecieron.

A las ocho en punto, abrieron las puertas.

La primera hora fue tranquila. Algunos clientes habituales entraron con cautela, saludaron a Suzy con una mezcla de curiosidad y respeto, y fingieron no notar al hombre detrás del mostrador que les ofrecía café con una sonrisa tímida.

Pero a las nueve y media, comenzaron a llegar los curiosos.

Una mujer con gafas grandes pidió tres cupcakes y se quedó más tiempo del necesario, observando cada movimiento de Jackson. Un adolescente pidió un café solo para grabar un video y subirlo a alguna red social para ganar seguidores. Una pareja se sentó en la esquina, murmurando mientras miraban sus teléfonos.

Suzy se mantuvo firme. Atendía con amabilidad, decoraba con precisión, y respondía con calma. Jackson, por su parte, se movía como si el lugar fuera suyo. Lavaba platos, organizaba cajas, y saludaba a los clientes con una naturalidad que sorprendía.

—¿Siempre es así de intenso? —preguntó él en voz baja.

—No. Hoy es especial.

—¿Especial como en “día de locura”?

—Especial como en “día en que todo puede cambiar”.

A las diez y cuarto, la campanita sonó.

Entró una mujer alta, de cabello castaño claro, con un vestido elegante y gafas de sol. Caminó con paso seguro hasta el mostrador, ignorando las miradas.

Suzy la reconoció de inmediato.

Clara Montiel.

Exnovia de Jackson. Modelo. Influencer. Parte del escándalo.

Jackson la vio y se tensó.

—Clara —dijo, sin moverse.

Clara se quitó las gafas. Sus ojos eran fríos, calculadores.

—Necesitamos hablar.

Suzy se mantuvo detrás del mostrador, en silencio.

—No aquí —respondió Jackson.

—Entonces afuera.

Jackson dudó. Miró a Suzy, que le sostuvo la mirada.

—Ve —dijo ella. Su voz era firme, pero suave.

Jackson salió con Clara. Los clientes fingieron no mirar, pero todos lo hacían.

Suzy se quedó sola, atendiendo, decorando, respondiendo preguntas. Pero su mente estaba afuera, con ellos.

Veinte minutos después, Jackson volvió. Su expresión era tensa, pero decidida.

—¿Todo bien? —preguntó Suzy.

—Sí. Clara solo quería aclarar que no fue parte de las acusaciones. Que la prensa la involucró sin permiso.

—¿Y tú le crees?

Jackson dudó.

—No lo sé. Pero no importa. Lo que importa es que estoy aquí.

Suzy asintió.

—Entonces quédate.

Jackson se acercó, tomó una manga pastelera, y comenzó a decorar galletas junto a ella.

Los murmullos continuaron. Las cámaras también. Pero entre vitrinas y miradas, Suzy y Jackson construían algo más fuerte que la especulación: una alianza. Una promesa silenciosa.

Y aunque el mundo los observaba, ellos solo se miraban a sí mismos.