Mr. Love

Capítulo 11

Capítulo 11: La voz de Suzy

La mañana siguiente amaneció con un cielo despejado, como si el universo quisiera ofrecer una tregua. Pero en el interior de Dulce Suzy, la tensión seguía latente. Jackson dormía en el sofá del pequeño cuarto de descanso, exhausto por la noche anterior. Suzy, en cambio, estaba despierta desde antes del amanecer, sentada frente a su laptop con una taza de café frío entre las manos.

La carta anónima, la llamada de la madre de Jackson, los titulares que no cesaban… todo se acumulaba como capas de ruido. Y Suzy, que siempre había preferido hablar con pasteles y gestos, sabía que esta vez no bastaba.

Tenía que decir algo. No por ella. Por él.

Abrió su cuenta de Instagram. Tenía más seguidores que nunca, pero no por sus recetas. Por el escándalo. Por ser “la chica de Jackson”. Por estar en el ojo del huracán.

Respiró hondo. Comenzó a escribir.

“Hola. Soy Suzy Ahn. Y esta es la primera vez que hablo públicamente sobre lo que está pasando.”

Borró. Reescribió.

“Hola. Soy Suzy. No soy famosa. No soy experta en redes. Soy pastelera. Y soy amiga de Jackson Hall desde que ambos nacimos, el mismo día, a la misma hora.”

Siguió escribiendo. Con calma. Con verdad.

“En los últimos días, he recibido mensajes de odio, amenazas, y acusaciones que no tienen fundamento. Me han llamado manipuladora, cómplice, víctima. Pero lo que soy, realmente, es alguien que conoce a Jackson más allá de los titulares.

He visto cómo lo juzgan por fotos sacadas de contexto, por videos filtrados sin consentimiento, por rumores que se multiplican sin pruebas. Y hoy quiero decir algo que nadie parece estar diciendo: Jackson es humano.

Comete errores. Ha tomado decisiones impulsivas. Ha confiado en personas que no lo merecían. Pero también es alguien que canta para niños en fiestas, que lava platos en mi cocina, que llora cuando su madre lo rechaza.

La acusación sobre una menor de edad es falsa. Lo sé porque conozco a Jackson. Porque he visto su dolor, su miedo, su desesperación. Porque he estado a su lado cuando nadie más quiso estarlo.

No estoy aquí para limpiar su imagen. Estoy aquí para defender su verdad. Y para decir que no voy a desaparecer solo porque el mundo quiere que lo haga.

Si eso me convierte en blanco de críticas, lo acepto. Pero no voy a quedarme callada mientras destruyen a alguien que merece ser escuchado.”

Suzy leyó el texto tres veces. Luego lo publicó.

El silencio que siguió fue extraño. Como si el mundo contuviera el aliento.

Minutos después, comenzaron las reacciones.

Comentarios. Compartidos. Mensajes privados.

Algunos la apoyaban. Otros la atacaban. Pero lo que más la sorprendió fue la cantidad de personas que decían cosas como:

“Gracias por humanizarlo.”
“Tu voz era necesaria"
“Ahora quiero escuchar su versión.”

Jackson se despertó poco después. Entró a la cocina con el cabello revuelto y los ojos aún hinchados.

—¿Qué hiciste? —preguntó, viendo su celular.

Suzy lo miró, sin miedo.

—Hablé.

Jackson leyó el texto. Lo leyó dos veces. Luego se sentó frente a ella, sin decir nada.

—¿Estás enojado? —preguntó Suzy.

—No. Estoy… abrumado.

—¿Por qué?

—Porque nunca nadie me ha defendido así. Nunca alguien ha dicho que soy humano. Siempre soy el ídolo. El producto. El escándalo.

Suzy se acercó, le tomó la mano.

—Yo te veo. Siempre lo he hecho.

Jackson tragó saliva.

—¿Y si esto empeora las cosas?

—Entonces las enfrentamos juntos.

El celular de Jackson vibró. Esta vez, no era Alan. Era un mensaje de una periodista: “¿Jackson Hall quiere dar su versión? Estamos listos para escucharlo.”

Jackson miró a Suzy.

—¿Crees que debería hablar?

Suzy asintió.

—Pero no con ellos. Con tus fans. Con tu gente. Con tu música.

Jackson se levantó, fue al rincón donde guardaba su guitarra, y comenzó a tocar. No una canción antigua. Una nueva. Las palabras salían como si hubieran estado esperando.

“No soy perfecto, ni lo intento ser,
me caí tantas veces que aprendí a ver.
No en los flashes, no en los gritos,
sino en los ojos de quien nunca se fue.”

Suzy lo escuchaba, con lágrimas silenciosas.

“Si me juzgas, que sea por lo que canto,
no por lo que otros dicen que soy.
Porque si me pierdo, sé que hay una voz,
que me llama desde la cocina, con olor a pastel y amor.”

Jackson terminó. Suzy se acercó, lo abrazó.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.