Capítulo 13: La reunión
El despacho de Marina Ortega estaba en el piso 14 de un edificio moderno en el centro de Los Ángeles. Cristales polarizados, muebles minimalistas, y una atmósfera que olía a precisión. Jackson y Suzy llegaron juntos, con ropa discreta y rostros tensos. Era la primera vez que enfrentaban el escándalo desde el lado legal.
Marina los recibió con una sonrisa profesional. Era una mujer de unos cuarenta años, cabello corto, traje oscuro, mirada aguda.
—Gracias por venir —dijo, estrechando sus manos—. Ya revisé todo lo que me enviaron. Y tengo noticias.
Jackson se sentó, con Suzy a su lado. Marina abrió su laptop y proyectó en una pantalla varias capturas.
—Esta es la cuenta que publicó los mensajes con la supuesta menor. Fue creada el 3 de julio. Tiene solo tres seguidores. Y todos son cuentas falsas.
Suzy frunció el ceño.
—¿Cómo lo sabes?
—Porque tienen patrones de actividad idénticos. Publicaciones sin interacción, nombres generados por bots, y ubicaciones que no coinciden con los datos del GPS.
Jackson se inclinó.
—¿Y los mensajes?
Marina cambió de pantalla.
—Fueron editados. Los metadatos muestran que las capturas fueron manipuladas con software de edición. Además, la foto de perfil de la supuesta menor fue tomada de una cuenta real de una chica canadiense que no tiene idea de lo que está pasando.
Suzy se llevó una mano a la boca.
—Entonces… ¿alguien creó todo esto?
—Sí. Y no fue al azar. Fue dirigido. Calculado.
Jackson se tensó.
—¿Quién haría algo así?
Marina cerró la laptop.
—Eso es lo que estamos investigando. Pero hay algo más.
Sacó una carpeta y la colocó sobre la mesa.
—Las fotos tuyas saliendo de hoteles, los videos, incluso el material íntimo con Clara… todo fue filtrado desde una misma IP. Y esa IP está vinculada a una agencia de relaciones públicas que trabajó contigo hace dos años.
Jackson palideció.
—¿La de…?
—Sí. Vanguard PR. La misma que Clara contrató después de su ruptura contigo.
Suzy se quedó helada.
—¿Crees que Clara está detrás de esto?
Marina no respondió de inmediato.
—No puedo afirmarlo aún. Pero hay conexiones. Y hay motivaciones.
Jackson se levantó, comenzó a caminar por la sala.
—¿Por qué haría algo así?
—Venganza. Control. O simplemente porque alguien le ofreció algo a cambio.
Suzy se acercó.
—¿Qué hacemos ahora?
Marina los miró con firmeza.
—Yo me encargo de la parte legal. Pero ustedes tienen que mantenerse unidos. No reaccionen impulsivamente. No respondan a provocaciones. Y sobre todo, no se separen.
Jackson asintió.
—¿Cuánto tiempo tomará limpiar mi nombre?
—Semanas. Tal vez meses. Pero ya tenemos pruebas. Y eso es más de lo que muchos tienen.
La reunión terminó. Al salir del edificio, Jackson se detuvo en la acera, mirando el cielo.
—¿Crees que Clara nos odia tanto?
Suzy lo miró.
—No sé si es odio. Pero sí sé que hay gente que no soporta vernos juntos.
Jackson tomó su mano.
—Entonces que nos vean. Que sepan que no vamos a rompernos.
Suzy apretó su mano.
—Que sepan que no vamos a rendirnos.