Capítulo 16

Capítulo 16: Cara a cara

El despacho de Marina Ortega estaba más silencioso que de costumbre. Jackson y Suzy estaban sentados frente a ella, esperando. Marina cerró su laptop con un gesto firme.

—Lo tenemos —dijo.

Jackson se inclinó.

—¿Qué?

Marina sacó una carpeta y la deslizó por la mesa.

—Una filtración interna de Vanguard PR. Un correo electrónico enviado desde la cuenta de Clara Montiel a un empleado de la agencia, fechado tres días antes de que el video íntimo se hiciera público.

Suzy lo leyó. El asunto decía: “Material sensible – estrategia de impacto”. El cuerpo del mensaje era breve, pero claro:

“Adjunto el archivo. Quiero que se publique en el momento adecuado. Que se vea espontáneo. Que parezca filtración. No quiero que se me vincule directamente.”

Jackson se quedó en silencio. Suzy lo miró, esperando su reacción.

—¿Esto es suficiente para demandarla? —preguntó él.

—Es suficiente para iniciar el proceso. Pero también para confrontarla. Y hay una oportunidad.

Marina giró la pantalla de su laptop. Mostró una invitación digital.

Evento benéfico “Voces por la verdad” – organizado por Vanguard PR. Invitados: artistas, influencers, prensa. Clara Montiel: panelista principal.

Jackson se rió sin humor.

—¿Voces por la verdad? ¿En serio?

—Exacto. Y tú estás invitado. Oficialmente. Aunque no lo sepas.

Suzy frunció el ceño.

—¿Y qué ganamos yendo?

—Visibilidad. Control de narrativa. Y la oportunidad de mirarla a los ojos.

Jackson se quedó pensativo.

—¿Y si nos atacan?

Marina lo miró con seriedad.

—Entonces que te vean de pie. No escondido.

Suzy tomó su mano.

—Vamos.

***

El evento se celebró en un auditorio elegante, con luces tenues y alfombra roja. Jackson y Suzy llegaron juntos, vestidos con sobriedad. Las cámaras se encendieron al instante. Los flashes eran como relámpagos. Los murmullos, como truenos.

—¿Es él?”

—“¿Vinieron juntos?”

—“¿Se atreverán a hablar?”

Clara estaba en el escenario, rodeada de periodistas. Llevaba un vestido blanco, el cabello recogido, y una expresión serena. Cuando vio a Jackson, su rostro se tensó apenas.

Jackson y Suzy se sentaron en la segunda fila. Marina estaba detrás, observando todo.

El panel comenzó. Clara tomó el micrófono.

—La verdad es incómoda. Pero necesaria. Y yo estoy aquí para contar la mía.

Jackson se inclinó hacia Suzy.

—¿Puedo hablar?

Suzy lo miró.

—Hazlo. Pero hazlo como tú. No como ellos.

Jackson se levantó. Caminó hacia el escenario. Los murmullos se convirtieron en silencio.

—¿Puedo decir algo? —preguntó al moderador.

El hombre dudó, luego asintió.

Jackson tomó el micrófono.

—La verdad no es un espectáculo. No es una estrategia. No es una lágrima bien colocada. La verdad es lo que queda cuando todo lo demás se cae.

Clara lo miraba, sin expresión.

—Hace días, se publicó un video íntimo mío con Clara. Ella dijo que fue sin su consentimiento. Pero hoy, tengo pruebas de que ella lo envió a una agencia para que lo filtraran. Que lo planeó. Que lo usó.

El público murmuró. Clara se levantó.

—¡Eso es mentira!

Jackson sacó la carpeta. La colocó sobre el atril.

—Aquí está el correo. Aquí está tu firma. Aquí está tu verdad.

Clara palideció. El moderador intervino.

—Por favor, mantengamos la calma…

Pero entonces, un hombre del público se levantó. Joven, con gorra, mirada furiosa.

—¡Eres un abusador! ¡Un manipulador! ¡Deberías estar muerto!

Corrió hacia el escenario. Jackson se tensó. Suzy gritó.

Seguridad lo detuvo a medio camino. El hombre forcejeó, gritando insultos.

Jackson se quedó quieto. Luego bajó del escenario, caminó hacia Suzy, y la abrazó.

—Ya no hay vuelta atrás —murmuró.

Suzy lo sostuvo.

—Entonces avancemos.