Mr. Love

Capítulo 17

Capítulo 17: El giro

El correo electrónico filtrado por Marina Ortega se convirtió en tendencia global en menos de tres horas. Los medios que antes atacaban a Jackson ahora comenzaban a matizar sus titulares:

“¿Clara Montiel manipuló la filtración del video íntimo?”
“Nueva evidencia pone en duda la versión de Clara.”
“Jackson Hall podría demandar por difamación.”

Suzy estaba en la pastelería, decorando una tarta de frutos rojos cuando vio el cambio en tiempo real. Las notificaciones ya no eran amenazas. Ahora eran mensajes de disculpa, de apoyo, de sorpresa.

Jackson entró con una bolsa de café y una expresión más relajada.

—¿Lo estás viendo? —preguntó.

Suzy asintió.

—Están empezando a creer.

Jackson se acercó, se apoyó en el mostrador.

—No sé si me importa que me crean. Me importa que tú sigas aquí.

Suzy lo miró. Sus ojos estaban cansados, pero más vivos que en días.

—Siempre voy a estar aquí. Aunque el mundo se caiga.

Jackson sonrió. Luego se sentó en la mesa del rincón, donde solía escribir letras en servilletas.

—¿Sabes qué me dan ganas de hacer?

—¿Qué?

—Cerrar todo. Irnos. Tú y yo. A algún lugar donde nadie sepa quiénes somos.

Suzy se acercó, con una espátula en la mano.

—¿Y qué haríamos?

—Tú harías pasteles. Yo cantaría en bares pequeños. Y por las noches, hablaríamos de cosas tontas hasta quedarnos dormidos.

Suzy rió.

—Suena perfecto. Pero no podemos huir.

Jackson la miró.

—¿Y si no es huir? ¿Y si es empezar?

Suzy se quedó en silencio. Luego se sentó frente a él.

—¿Estás diciendo que quieres dejar todo?

Jackson pensó un momento.

—No. Pero quiero que lo que venga después sea real. No fama. No escándalo. Solo tú. Solo nosotros.

Suzy sintió cómo algo dentro de ella se abría. Como una puerta que había estado cerrada por miedo.

—Entonces empecemos aquí.

Jackson se inclinó, tomó su mano.

—¿Aquí?

—Sí. En esta pastelería. En esta mesa. En este momento.

El silencio se volvió íntimo. Jackson se acercó más. Suzy no se movió.

—¿Puedo besarte? —preguntó él, en voz baja.

Suzy asintió.

El beso fue lento, dulce, como una canción sin prisa. Como un pastel recién salido del horno. Como una promesa.

Cuando se separaron, Jackson apoyó su frente contra la de ella.

—Esto sí es verdad.

Suzy sonrió.

—Esto sí es amor.




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