Capítulo 19: La aparición
El mensaje de Bryan llegó temprano, directo y sin adornos:
“El evento benéfico sigue en pie. Estás en la lista. Si no vas, será interpretado como debilidad. Si vas, hazlo con fuerza. Y si vas con Suzy, prepárate para que todo cambie.”
Jackson leyó el mensaje en voz alta mientras Suzy decoraba una bandeja de mini tartas de limón.
—¿Quieres ir? —preguntó ella, sin levantar la vista.
Jackson se acercó, apoyando las manos en el mostrador.
—Quiero que nos vean. Que sepan que no nos escondemos. Que esto es real.
Suzy lo miró. Sus ojos eran firmes, pero dulces.
—Entonces vamos. Pero con estilo.
***
La noche del evento, el salón estaba lleno de luces cálidas, mesas decoradas con flores blancas, y una alfombra roja que parecía más una pasarela que una entrada. Cámaras, reporteros, influencers. Todos esperando.
Jackson llegó en un traje negro impecable. Suzy, con un vestido azul oscuro que caía como terciopelo sobre su figura. El cabello recogido, los labios suaves, la mirada decidida.
Cuando bajaron del auto, los flashes se encendieron como fuegos artificiales.
—¡Jackson! ¡Suzy! ¿Están juntos oficialmente?
—¿Qué opinan del audio de Clara?
—¿Van a hablar esta noche?
Bryan los esperaba en la entrada, con cara de estrés contenido.
—No hagan declaraciones. Solo sonrían. Y si pueden, bailen. Eso siempre suaviza las cosas.
Jackson le dio una palmada en el hombro.
—Relájate. Esta vez, lo hacemos a nuestra manera.
Entraron tomados de la mano. Las miradas se clavaban en ellos como agujas. Algunos con admiración. Otros con juicio. Pero ninguno con indiferencia.
La música era suave. El ambiente elegante. Jackson saludó a algunos colegas. Suzy se mantuvo cerca, observando, absorbiendo.
Entonces, la vio.
Clara.
Estaba en una mesa cercana, rodeada de gente. Vestido blanco, sonrisa perfecta, como si nada hubiera pasado. Cuando vio a Jackson y Suzy, su expresión cambió apenas. Luego se levantó y caminó hacia ellos.
—¿Podemos hablar? —preguntó, dirigiéndose a Jackson.
Suzy se tensó. Jackson la miró.
—¿Aquí?
—En privado.
Alan se acercó, nervioso.
—No es buena idea…
Jackson levantó una mano.
—Está bien. Cinco minutos.
Suzy lo miró. Él le tomó la mano.
—No me voy a romper.
Fueron a un rincón del salón, lejos de los oídos curiosos.
Clara lo miró con una mezcla de rabia y vulnerabilidad.
—¿Por qué lo publicaron?
—Porque era la verdad.
—¿Y no pensaste en lo que me haría?
Jackson la miró, sin titubear.
—¿Pensaste tú en lo que me haría a mí?
Clara bajó la mirada.
—Yo solo quería que sintieras lo que yo sentí.
—Entonces lo lograste. Pero ahora, basta.
Clara lo miró, con los ojos brillantes.
—¿La amas?
Jackson no dudó.
—Sí.
Clara asintió. Luego se giró y se fue.
Jackson volvió con Suzy. Ella lo miró, sin preguntar.
—¿Todo bien?
—Sí. Ya no hay máscaras.
bryan se acercó.
—¿Quieres cantar? El escenario está listo.
Jackson miró a Suzy.
—¿Me acompañas?
—Siempre.
Subieron al escenario. El público se volvió hacia ellos. Jackson tomó el micrófono. La música comenzó.
“No fue el ruido lo que me rompió,
fue el silencio que dejaste.
Pero en medio del caos,
encontré una voz que me abrazó.”
Suzy lo miraba desde el borde del escenario. La canción era nueva. Suya. De ellos.
“No soy perfecto, ni lo intento ser,
pero si me pierdo, sé que ella me encuentra.
En una cocina, entre pasteles,
en una mirada que no me juzga.”
Cuando terminó, el salón quedó en silencio. Luego, aplausos. Largos. Sinceros.
Jackson bajó del escenario. Suzy lo abrazó.
—Ahora sí, nos vieron.
Jackson sonrió.
—Y no pueden mirar hacia otro lado.