Capítulo 20: La historia completa
Bryan Becker estaba más relajado de lo habitual, lo cual era sospechoso. Jackson lo observaba desde el sofá de la pastelería mientras Alan revisaba su tablet con una sonrisa contenida.
—¿Qué estás tramando? —preguntó Jackson, con una ceja levantada.
Alan levantó la vista.
—Una entrevista. Pero no cualquier entrevista. Una que puede cambiarlo todo.
Suzy entró con dos cafés y se sentó junto a Jackson.
—¿Con quién?
—Con Lía Moreno, periodista cultural, conocida por sus entrevistas humanas, sin morbo. El formato será íntimo, sin público, sin presión. Solo ustedes dos, contando su historia.
Jackson dudó.
—¿Y qué ganamos?
Alan lo miró con seriedad.
—Perspectiva. La gente conoce los escándalos. Pero no conoce a Jackson el niño que nació a la misma hora que Suzy. El que comía galletas en su cocina. El que cantaba en la azotea.
Suzy lo miró.
—¿Y si no funciona?
Bryan sonrió.
—Entonces al menos habrán dicho su verdad. Y eso ya es ganar.
La entrevista se grabó en un estudio cálido, con luz natural, plantas en las esquinas, y una mesa de madera entre los tres. Lía Moreno era una mujer de voz suave, mirada inteligente, y una sonrisa que inspiraba confianza.
—Gracias por estar aquí —dijo, acomodando sus notas—. Hoy no quiero hablar de escándalos. Quiero hablar de ustedes. De su historia.
Jackson y Suzy se miraron. Luego asintieron.
—Empecemos por el principio —dijo Lía—. ¿Es cierto que nacieron el mismo día, a la misma hora?
Suzy sonrió.
—Sí. En el mismo hospital. Nuestras madres compartieron habitación. Nos pusieron en cunas contiguas.
Jackson agregó:
—Y desde entonces, no nos hemos soltado.
Lía se inclinó.
—¿Cómo era crecer juntos?
Suzy respondió:
—Como tener un espejo que no te juzga. Sabíamos todo el uno del otro. Lo bueno, lo malo, lo ridículo.
Jackson rió.
—Ella me empujó desde una azotea una vez.
Lía parpadeó.
—¿Qué?
Suzy explicó la historia. El estrés, el inflable, el salto. Lía escuchaba con los ojos brillantes.
—¿Y cuándo se dieron cuenta de que había algo más?
Jackson miró a Suzy.
—Yo lo supe desde que escribió una receta en una enciclopedia solo para que yo la leyera.
Suzy se sonrojó.
—Yo lo supe cuando me cantó una canción horrible sobre pasteles.
Lía rió.
—¿Y ahora?
Jackson tomó la mano de Suzy.
—Ahora estamos aquí. No porque sea fácil. Sino porque es real.
Lía se volvió seria.
—¿Qué les dirían a quienes aún dudan de ustedes?
Suzy respondió:
—Que no somos una estrategia. Somos una historia. Y si quieren conocerla, que escuchen. No que griten.
Jackson agregó:
—Y que todos merecen una segunda mirada. Porque detrás de cada titular hay una persona. Y detrás de cada persona, una historia que vale la pena contar.
La entrevista terminó con una foto de ambos, sonriendo, tomados de la mano.
Horas después, el video se publicó. En menos de un día, superó los cinco millones de vistas. Comentarios como:
“Nunca los vi así. Ahora los entiendo.”
“Esto es amor verdadero.”
“Gracias por compartir su historia.”
Bryan llamó a Jackson.
—Lo logramos. La narrativa cambió. Ahora eres más que un escándalo. Eres humano.
Jackson colgó y miró a Suzy.
—¿Y tú? ¿Qué ves?
Suzy lo abrazó.
—Veo al chico que cantaba en mi cocina. Y al hombre que no se dejó romper.