Epílogo: Dos opciones
Era una mañana cualquiera en la pastelería. Suzy estaba decorando una tanda de cupcakes de lavanda y limón, pero algo en su cuerpo no cooperaba. Se sentía mareada, con náuseas suaves, y una extraña sensibilidad en el pecho que no podía ignorar.
Jackson entró con una caja de ingredientes y la miró con el ceño fruncido.
—¿Estás bien? Tienes cara de “me comí algo raro”.
Suzy se apoyó en el mostrador, respirando hondo.
—No sé. Me siento… rara. Cansada. Como si el azúcar me pesara.
Jackson se acercó, preocupado.
—¿Te duele algo?
Suzy lo miró, seria.
—Tengo dos opciones. O estoy muy estresada por el trabajo… o estoy embarazada.
Jackson parpadeó.
—¿Qué?
Suzy se encogió de hombros.
—No lo sé. Pero no quiero especular. Me hice análisis de sangre esta mañana. Los resultados llegan en una hora.
Jackson se quedó en silencio. Luego se sentó en la silla más cercana.
—¿Y si es verdad?
Suzy lo miró.
—¿Te asusta?
Jackson pensó un momento.
—Me asusta… pero me emociona más.
Suzy sonrió.
—Entonces esperemos juntos.
Una hora después, estaban en casa, sentados frente a la laptop. El correo con los resultados había llegado. Suzy temblaba ligeramente. Jackson sostenía su mano.
—¿Lo abres tú o yo? —preguntó él.
—Tú. Yo no puedo.
Jackson respiró hondo. Hizo clic.
El archivo se abrió. Leyó en voz baja.
“Beta hCG: positivo. Niveles compatibles con embarazo temprano.”
Jackson se quedó quieto. Luego se levantó. Caminó en círculos. Se detuvo. Se volvió a sentar.
—¿Estás en shock? —preguntó Suzy, con una mezcla de risa y nervios.
—Estoy… procesando. ¿Vamos a tener un bebé?
Suzy asintió, con lágrimas en los ojos.
—Sí. Vamos a ser padres.
Jackson se acercó. La abrazó. La besó. La sostuvo como si el mundo acabara de cambiar.
—Te juro que voy a aprender a cocinar algo salado. Aunque sea por el bebé.
Suzy rió.
—Y yo voy a aprender a dormir más de cinco horas.
Jackson la miró.
—¿Crees que podamos hacerlo?
Suzy lo besó en la frente.
—Si sobrevivimos a todo lo anterior… esto será lo más dulce.