'Cause baby, now we're got bad blood.
You know it used to be mad love.
So take a look what you've done.
'Cause baby, now we're got bad blood.
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—¡No puedes hacerlo, Heesoo! —Gritaba un rubio a su mejor amigo, quien se encontraba debajo de una mesa, con tijera en mano.
—¡Cállate! Tú lo harías en mi lugar.
Kyungsoo negó con la cabeza y dio un paso hacia atrás.
El beta más delgado, estiró su brazo hasta alcanzar un cable, lo acercó a su cuerpo y cortó sin piedad.
El celular que se hallaba conectado al cable recientemente cortado, encendió su pantalla, avisando que había sido desconectado.
—¡Sí! —Cantó victoria el pelirrosa.
—¡Vámonos, Heesoo! —Kyungsoo agarró a su amigo del brazo y tiró de él, al ver cómo Dojin se dirigía hacia ellos.
—¡Mierda! —Heesoo empezó a correr mientras reía. Definitivamente este año sería otro más en que Dojin y él representarán al perro y al gato.
—Aun no entiendo tu afán de ir y hacerle la vida imposible a Park Dojin. Es de último año, Heesoo. —Reprendió Kyungsoo, una vez que habían desaparecido del campo de visión de aquel alfa.
El pelirrosa se recargó sobre la mesa que tenía a su costado. Estaban en la cafetería y el olor a café y dulces de chocolate hacían que sus tripas reclamen por el hambre.
—Él sabe por qué hago las cosas y si vuelve a decir una estupidez como la del año pasado, debe tener en cuenta que yo no dejo pasar nada sin importar cuánto demore. Me lo hacen y yo cobro. Así de fácil. —Soltó Heesoo.
"No sabes toda la historia" —Fue lo único que pensó el beta antes de enderezarse y caminar hasta el mesón de compras. Necesitaba un café urgente. Madrugar viendo videos hasta las cuatro de la mañana y tener que despertar a las cinco y media para tener casi dos horas de viaje a su universidad, era un infierno.
—"Jóvenes, maestras y maestros, deben ir al salón principal para el cambio de mando que este año tendremos en nuestra rectoría. Esperando con su presencia e interés, que tengan un buen día".
Aquel anuncio se escuchó por cada centímetro de aquella costosa universidad, por lo que los alumnos y docentes empezaron a dirigirse al lugar indicado.
"Arrastrados" —Pensó Heesoo, aún esperando hacer el pago.
—Heesoo, debemos ir.
El más delgado rodó los ojos, recibió su café, mientras hacía el pago y caminó junto a Kyungsoo.
—Ni siendo el primer día, dejan de molestar. Sólo quiero tomar mi desayuno en paz, pero no. Estos quieren que hagamos lo que a ellos les plazca. —Empezó a reclamar, mientras daba pequeños sorbos a su café.
—No te vas a morir por tener que ir a ver el cambio de mando. Es algo muy importante, al menos para la universidad. —Kyungsoo se alzó de hombros, mientras una sonrisa escapaba de sus labios.
—Ver cómo un padre le pasa su trabajo en bandeja a su hijo no es la gran cosa, en unos años Dojin será el siguiente y sabes que pienso sobre eso.
Kyungsoo rio al ver la cara de disgusto que tenía su amigo. Heesoo era algo retorcido, pero agradable.
Sabía casi toda la historia. Antes de llegar a la vida de Heesoo, Dojin y él habían sido amigos, o algo así le había contado aquel chico tan vengativo. La razón de su alejamiento aún no la sabe, y a pesar de que podría pedirle al pelirrosa que le cuente, quieso respetar su tiempo. Recién llevaban un año como amigos, y esperaría más años si era necesario, para ganarse la confianza de aquel chico.
Heesoo cedió ante la buena conducta de su rubio amigo, así que lo siguió. Llegaron al salón principal y caminaron hasta un rincón. El más delgado dejó caer su cuerpo sobre una silla, mientras Kyungsoo y todos los demás se mantenían de pie, ya que la secretaria del director Park había empezado a hablar frente a todos.
—Es un gusto ver la gran multitud que se dio el tiempo de venir a presenciar el cambio de mando que se dará el día de hoy. —La mujer acomodó un mechón de su pelo y prosiguió. —El directorio de la universidad quiere brindarle una conmemoración al director Park, por sus años de trabajos en estás instalaciones. El esfuerzo y gratitud…
Heesoo dejó de escuchar en algún momento del discurso, ya que sus ojos empezaron a cerrarse lentamente. De reojo miro su café e hizo una mueca. Tendría que buscar algo que le hiciera efecto.
—Idiota, despierta. —Kyungsoo sacudió al pelirrosa hasta que este, por fin, se dignó a abrir los ojos. La ceremonia ya había terminado y lo unció que quería ahcer aqule rubio, era irse de aquel lugar. —Mierda, creí que estabas muerto, ¿tan mal están tus noches?
—No son tan malas, son divertidas. —Respondió al recordar todos los videos que vio entre las dos y cuatro de la mañana.
—¿Qué haces en las noches? —Kyungsoo miró fijamente a Heesoo, hasta que un click sonó en su cabeza. —No, ¿sabes qué? No quiero saber las porquerías que haces bajo tus sábanas.
El más delgado lo miró ofendido, se levantó de la silla y le dio un pequeño empujón al rubio, mientras reía.
—No hago ninguna mierda asquerosa, idiota.
Ambos rieron y salieron del salón, que estaba siendo desalojado por todos.
—El nuevo director da algo de miedo. Ni una sonrisa mostró. —Comentó el rubio, moviendo sus brazos, simulando temblores.
—Interesante.
—Hablo en serio. No hizo ningún gesto, nii cuando su padre le pasó el cargo. Es de hielo o qué sé yo, quizás…
—Mierda… —Murmuró el pelirosa.
Kyungsoo dejó de hablar y dirigió su mirada hacia donde Heesoo tenía la suya.
—Mierda —Ahora fue el turno de Kyungsoo.
—¡Heesoo! —Gritó aquel peliazul, como si una bestia estuviese saliendo de todo su ser.