Mr. Park

Prologo

En su mayoría, ser latinos nos identifica por dos razones: La primera podría decirse que es algo cultural, ese sabor latino en cuanto a gastronomía, música, y estilo de vida no se iguala; y la segunda es que, aunque el latino ame su tierra, su mayor sueño es salir corriendo de ella.

 

No me mal entiendan, son dos perspectivas debatientes entre quedarse e irse, porque ambas partes pierden y ganan muchas cosas, pero, el impulso de ir a por un mejor futuro es imprescindible.

 

Hace unos meses estaba en crisis por no saber que hacer para salir del país, pensaba en mi familia, en mi casa, en mis amigos, no podía dejar a un lado todo eso que estructuraba mi día a día, pero por otra parte la ansiedad de no saber que hacer para conseguir mis metas, conocer nuevas personas y experimentar nuevas cosas no me dejaba en paz.

 

Absolutamente nadie está obligado a irse, pero si estás obligado a buscar eso que te permita realizarte como persona.

 

Mi nacionalidad no le agrada a mucha gente, y entiendo el por qué, pero yo no tengo la culpa de lo que otras personas en un pasado hayan hecho para manchar el nombre de mi país.

 

Antes de llegar a los Estados Unidos visité otros países, porque si, finalmente decidí salir corriendo con los pocos ahorros que tenia para poder brindarle a mis padres una mejor salud y cumplir mis sueños profesionales, porque si yo no lo hago ¿Entonces quién?

 

Estuve cuatro meses de país en país, caminando de noche sola por calles, pidiendo aventones a desconocidos, sufriendo de xenofobia en muchos lugares solo por mi acento, pero también conocí muchas personas increíbles en cada uno de esos países y estoy muy agradecida con cada una de esas culturas.

 

Trabajé en lugares diferentes, me estafaron en varias oportunidades, pero no fue hasta que llegué a México que supe que debía detenerme a mirar hacia atrás, y tragar grueso sabiendo que lo que estaba a punto de hacer podía costarme la vida.

 

Sin embargo, luego de todo lo que pasé en la frontera soy partidaria de decirle a las personas que las leyes están por algo, y ni por obra y gracia del espíritu santo cruzar ilegalmente brindará ese futuro que deseamos, de hecho, más son las personas que vi morir que las que logramos cruzar y no sé si es el trauma de lo vivido, pero me arrepiento de haberlo hecho, pero, al sol de hoy necesito ingeniármelas para que la policía no me atrape.

 

Recibí una oferta que a simple vista suena algo tentadora considerando mi estatus legal actualmente, pero, a este punto y considerando también la persona que ofreció el trato, no puedo decir que sea menos peligroso aceptarlo que ser deportada.

 

Venderle el alma al diablo es menos peligroso que aceptar un trato con ese hombre, pero tampoco tengo muchas opciones, puedo morir en la cárcel como también en manos de él. 




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