Mørk Arv

Capitulo XV

—Demasiado —respondió, sintiendo la emoción apoderarse de él—. Necesito hablar contigo. Hay cosas que no he podido decirte, cosas que... que aún me duelen.

Clara respiró hondo, y Lucas pudo percibir la mezcla de emociones en su voz.

—Está bien. ¿Dónde podemos vernos?

—Te enviaré un mensaje con mi dirección. Por favor, ven.

Después de colgar, Lucas sintió una mezcla de alivio y ansiedad. Sabía que la conversación que estaban a punto de tener podría ser la más importante de sus vidas, una oportunidad para sanar las viejas heridas y liberar el peso de las sombras que los habían seguido durante tanto tiempo.

Cuando Clara llegó, Lucas la recibió con el corazón en la garganta. Se veían diferentes, pero sus ojos aún reflejaban la misma luz que recordaba. Al ver a su hermana, sintió que las sombras que lo habían perseguido comenzaban a disiparse, como si el aire se despejara por primera vez en años.

—Gracias por venir —dijo Lucas, su voz temblorosa.

Clara asintió, sus ojos llenos de emoción.

—Siempre estaré aquí para ti, Lucas. ¿De qué querías hablar?

Lucas respiró hondo, preparándose para abrir la puerta a su pasado, listo para enfrentar lo que había estado oculto durante tanto tiempo. Era el momento de revelar la verdad y, tal vez, encontrar la paz que ambos merecían.

Lucas se sentó en el pequeño sofá de su apartamento, su mente dando vueltas mientras Clara tomaba asiento frente a él. El aire estaba cargado de tensión, una mezcla de nostalgia y temor. No sabía cómo empezar, cómo abordar los recuerdos que habían quedado atrapados en su mente.

—Clara, hay algo que necesito contarte —comenzó, su voz temblando ligeramente—. Hay un recuerdo que he estado evitando, y creo que es hora de que lo enfrentemos juntos.

Ella lo miró con atención, su expresión seria pero comprensiva.

—¿Recuerdas aquella tormenta hace tantos años? —preguntó Lucas, intentando anclar su relato en un momento específico.

Clara frunció el ceño, intentando recordar. Finalmente, asintió.

—Sí, claro. Era una noche horrible. El trueno y la lluvia parecían no tener fin.

—Después de eso... todo cambió —continuó Lucas, su voz quebrándose—. Me siento tan culpable por lo que pasó, por no haber podido protegerte.

Las lágrimas comenzaron a llenar los ojos de Clara, y Lucas sintió que su corazón se encogía. Sabía que sus palabras abrirían viejas heridas, pero también sabía que era necesario.

—Lucas, yo... no sé qué pasó esa noche. Solo recuerdo el miedo y el dolor.

Con cada palabra, la tormenta emocional que había mantenido a raya comenzó a desatarse. Lucas cerró los ojos, recordando el caos de aquella noche. La voz de su padre, las discusiones, la angustia de Clara.

—Papá… estaba furioso. Nunca supe exactamente por qué, pero esa noche se volvió violento. Y tú estabas allí, asustada. Yo... no sabía qué hacer. Cuando él… cuando ocurrió lo que ocurrió, me sentí tan impotente.

Clara lo miró intensamente, y Lucas vio cómo su dolor se reflejaba en su rostro.




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