Debatiendo para ver si hablaba con mi hermana no pude contener la ira que sentía y decidí salir a correr, mientras corría todo lo que había pasado pasaba por mi mente como cortos de películas.
Lo que me dijo el lo que me dijo ella, para mí no tenía sentido alguno, por dios santo es mi hermana él código es claro: ni con los ex de tus amigas ni con lo que sea de tus hermanas.
No me sentía capaz de perdonar a ninguno de los dos, no quería enfrentar la verdad nunca me sentí peor.
No pude correr más y mi camino a mi casa fue silencioso y lleno de ira, quería llamar a mi hermana pero prefería tomar una ducha y confrontarla en persona.
Me vestí tome coraje y salí para casa de mi mamá, tarde menos de 20 minutos.
Esperaba que mi hermana al verme me pidiera disculpas o algo similar, pero fue todo lo contrario me recibió con soberbia y prepotencia. No podía creer que mis padres apoyarán lo que hacía, por qué por supuesto ya lo conocían.