Búscame en todas las palabras que no dijiste.
Encuentrame, y encontrarás tus anhelos.
Pero no me revivas, porque soy la reina del infierno.
Ni lucifer llegó a amar tanto, como para crear un infierno en donde poder esconder sus sentimientos.
El frío predomina en aquel lugar, en el pavimento están escritas las últimas palabras de la oscuridad, no hay calor, no hay fuego, solo una nieve infinita que cae desde el cielo.
Hay casas abandonadas pero por dentro están llenas, en la playa la arena es roja y el mar es negro.
Los callejones llevan al mismo lugar, un palacio oscuro y sin color, allí fue donde ella vivió.
En la pared del salón quedó de adorno la espada que la mató,
La sangre todavía pancha el suelo, una sangre negra, una sangre que cuenta su dolor.
Pero detrás de los muros de duro pavimento, se esconde ella con lo poco que le quedó de su supuesta muerte, escondiéndose de mantener su reino, sabiendo que no puede mantenerse a sí misma.
Deja detrás de aquellos muros la poca luz y el poco amor, pensando que su esperanza huyó.
La soledad no se compara con la compañía, y hasta ahora prefiere ocultar la luz y enseñar la oscuridad, porque cualquier persona que tenga poco honor, podrá volverla a lastimar.
Como primavera entre corta, ella se quedó a la mitad.
Se quedo en la mitad, enseñando lo poco y aprendiendo a sobrevivir en ella misma.
Se quedo en la mitad de su tormenta personal.
Se quedo con la mitad de su interior y nunca la puedo encontrar.
Se quedo con la mitad de lo que tenia porque la otra sufre una muerte cerebral.