—¡Despierta!.
—¿Qué?.
—¡Despierta!.
—Pero; ¿Porque?.
—Solo...Despierta.
—No puedo.
—Vamos; Despierta.
—Mis ojos me pesan. No.
—¡Despierta!
—Me duele recordar. No.
Hizo silencio al escuchar aquella confesión; "Me duele recordar".
Sus labios fueron apretados en una fina línea, sus lágrimas comenzaron a desbordarse, sus manos temblorosas escribían estás palabras.
— ¿Despertarás alguna vez?.
— No
Corta fue la respuesta, dolorosa para ella, pero había tenido suficiente, necesitaba descansar.
A veces solo se necesita voluntad para apagar la conciencia y recurrir al bloqueo emocional.
Pero... ¿ Será bueno para nuestro organismo?.
Lo único que se... es que no quiero volver a despertar.
— ¡Despierta!
—No, mejor cierra los ojos; son la ventana del alma.