Muerte En El Bosque

12. EL LUGAR DE LOS CADÁVERES

Aparecemos en un nuevo lugar, está lleno de cadáveres de personas que murieron, sólo hay huesos, cráneos, todo el lugar está repleto de huesos, bajo mis pies también se encuentran, y eso me da un poco de terror.

—¿Qué es éste lugar?—pregunto a Anik.

—Este lugar, es “El lugar de los cadáveres", aquí se encuentran los cadáveres de cada persona que fue sacrificada, o asesinada, son nuestros cuerpos, lo que queda o quedó de ellos.

—No, no lo puedo creer. ¿Y sabes dónde están los restos de tu cuerpo? 

—No, la verdad que todo está junto, pero da igual, estamos muertos, y no hay nada que podamos hacer.

Seguimos caminando, sentir bajo mis pies los restos de alguien, no es cómod para mí. Decido tocar el cráneo y partes de un cadáver, es tan aterrador, es una sensación extraña.

—No, no lo toques—anuncia Anik preocupado. No puedes tocar un cadáver con las manos.

—¿Por qué?—interrogo confundida.

—Porque al ir al siguiente lugar, tal vez el espíritu te persiga y te quiera dañar, trataré de que no pueda hacerte daño, lo tocaste, y esto trae consecuencias.

—No lo entiendo,  ¿puedo pisar algunos restos de los cadáveres, pero no puedo tocarlos con las manos?

—Exacto, es porque con tus pies no tienes contacto físico, es decir, tus zapatos te protegen, pero en las manos no tienes nada, no tienes guantes o algo que te proteja.

—Creo que lo comprendo.

Seguimos caminando, todo está repleto de cadáveres, hay montones de cada cuerpo, las velas alumbran poco, pero se puede ver con claridad. 

No hay mucho que pueda ver, o decir, ya que sólo son cadáveres, cadáveres de personas inocentes que murieron por culpa de los profesores.

—Ahora ya conoces el lugar de los cadáveres, no es mucho por ver.

De pronto, una fuerte sacudida, hace caer las torres de cadáveres, y me hacen caer.

—¡Anik!—exclamo.

Caigo a lo profundo del lugar, no puedo moverme, me lo impide todo lo que está a mi alrededor. Por un momento me falta el aire, no puedo hablar, no puedo moverme, no puedo hacer nada, lo único que me queda es, esperar a Anik, y que pueda ayudarme.

Al estar debajo de todo, siento que pierdo todo, no puedo aguantar más, es mucho peso sobre mí, y poco a poco voy perdiendo el conocimiento, hasta que todo queda en blanco.

Hayley, despierta. 

Estoy un poco perdida, inconsciente, no sé dónde me encuentro.

Despierta, todo estará bien. Sólo necesitas despertar.

Abro los ojos rápidamente, y observo todo a mi  alrededor, me pongo de pie, noto que estoy en una habitación blanca, en la cuál sólo hay una cama, un chico, y yo. Llevo un vestido blanco, es liso, pero es muy bonito, tengo el pelo suelto, y una corona de flores sobre mi cabeza, a lo cuál parezco una princesa de un cuento de hadas. El chico lleva un pantalón y un suéter blanco, noto que está descalzo, al igual que yo.

Ven, ven conmigo, yo te guiaré al lugar, allí encontrarás paz y todo estará bien.

—¿A dónde? ¿Qué lugar?

Tomo su mano, y dejo guiarme por él.

Es el lugar a dónde van las personas cómo tú, es el cielo, el reino de la paz..

—¿Por qué? Pero yo aún no he muerto. Debe tratarse de un error.

—Claro que has muerto, quedaste atrapada en el lugar de los cadáveres, y no pudiste sobrevivir. El peso de tantos cadáveres te asfixió y moriste.

—Pero, pero, eso no puede ser posible. Yo no pude haber muerto. Esto es un error. 

—Lo es, es posible.

No, no, no. Esto no puede ser real, no pude haber muerto,... yo, yo tengo que ayudar a descubrir los demás lugares, y encontrar a los directivos, hacer justicia por Anik, Alixe, y todos los que murieron.

Lo siento, pero no creo que se pueda hacer algo. Es lo que tenía que suceder.

—No, no me digas que no se puede hacer nada, algo se tiene que hacer, debe haber una manera.

—De acuerdo, hay una forma, te llevaré con nuestro Señor. Tú le ofrecerás algo, para que él pueda concederte lo que desees.

—Gracias.

Durante el trayecto, observo que hay muchas chicas y chicos, todos vestidos de blanco, todos parecen mostrarse felices en éste lugar, un lugar tan tranquilo y sin maldad alguna. 

—¿Qué son todas estas personas?—pregunto.

—Ellos, ellos ahora son unos ángeles, murieron en diferente circunstancia, pero fueron buenos de corazón, y es por eso que están en el reino de la paz, aquí no hay maldad, o cualquier tipo de rechazo o discriminación.

—Lo comprendo, la verdad que todos se ven muy lindos con sus trajes y vestidos.

Seguimos caminando, hasta que llegamos a un Rey, un Señor muy mayor, con el pelo canoso, y unas cuantas arrugas en el rostro, un traje blanco y elegante, y está sentado en una gran silla, con dos guardias.

—Jek, que te trae por aquí—pronuncia el Señor.

—Mi Señor, aquí le traigo a una señorita, quién dice que quiere volver a la vida, y terminar con un deber que es muy importante.

El Señor me observa con detalle, y yo sólo puedo mirarlo, para que pueda ver qué no tengo miedo.

—¡Hayley! ¿Qué es lo que deseas?

—Deseo volver a la vida, y terminar con lo que estaba haciendo.

—De acuerdo. ¿Qué me ofreces a cambio?

—Yo... Yo, no lo sé. Permíteme regresar, y te daré las almas de los directivos, ellos merecen morir ya.

—Eso no será posible, ellos irán al infierno por lo que hicieron. Pero puedes hacer que las almas de los chicos inocentes, puedan estar aquí, ellos son víctimas, y aquí podrán descansar en paz.

—De acuerdo, lo haré.

Despierto agitadamente, perdida, confundida.

—¡Hayley!, ¿Estás bien?

—¡Anik!, Si, estoy bien. Tuve un sueño muy extraño, es difícil de explicar.

—Pensé que te perdía. No te preocupes, ya habrá tiempo para que me cuentes tu sueño, por ahora, ¿Estás lista para ir al otro lugar? Será difícil, y espero que no pase nada malo.



#3763 en Thriller
#1446 en Suspenso
#2055 en Misterio

En el texto hay: muerte, terror

Editado: 13.04.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.