Muerte Platina

Capítulo 0.

Si alguien me preguntara si  he sido afortunada en mi vida, diría que tuve mala suerte durante gran parte de esta, cuando inicie mi vida social en una escuela, no entendí lo que pasaba pero no me importaba y a diferencia de muchos de los pequeños niños no llore cuando mis padres me dejaron en la entrada, solo entre como si supiera lo que hacía, durante esos años era enfermiza por lo que la mayoría de mis recuerdos son en hospitales o centros médicos.

Nada valioso para mí niñez, a causa de eso crecí siendo solitaria hasta los 10 años donde conocí a mi primera amiga, lástima que la chica solo quería una secuaz de fechorías que inculpar mientras ella fingía inocencia, a los 14 volví a conocer amigos después de haber sido manipulada una vez tras otra, creí que todo estaría bien, pero no fue así, a Los 15 años tuve mi primer amor, un chico que había crecido junto a mi durante los últimos diez años, pero con el que  hablaba solo un poco, pero al final después de entablar una relación él negó siquiera ser cercano a mi alegando que no era lo suficientemente bonita, alta o  delgada para él, no muchos días después sin decir nada empezó a salir con otra chica, una según sus expectativas, en ese mismo año tuve a mi segundo novio, pero también me dejó sin explicación por otra, no mucho tiempo después la chica me intentó arrollar con su auto por ser la exnovia.

Desde ahí perdí totalmente la confianza en encontrar una pareja, estaría mejor por mi cuenta, pero como si mi suerte no fuera ya mala, a los 16 en mi último año de Instituto conocí el bullying intenso y de nuevo los que eran mis amigos me abandonaron, en fin de alguna manera que ni yo entiendo salí de ese maldito infierno para por fin encaminarme a una vida estable. A los 17 ingresé a una universidad, donde conocí lo que era la amistad pura y verdadera, desde el primer momento que puse un pie en el aula de clase, estábamos destinados a no volver a separarnos jamás, desde el primer momento nos juntamos como si fuéramos imanes y en ese sagrado momento nuestras vidas dieron un vuelco para empezar a mejorar.

Cuando cumplí 23 años, hace tan solo 1 mes,  ya éramos  inseparables, nos dolía estar lejos él unos del otro, pero no teníamos problemas con tomar cada uno su camino, siempre y cuando no nos dejáramos de lado, después de todo si ellos eran felices yo era feliz. Habíamos dicho y hecho muchas locuras juntos, también lloramos y reímos e incluso teníamos la confianza  para dormir todos en una sola cama, ellos habían sanado mis heridas, así que siempre trataba de consolarlos si alguno estaba triste o herido. Cuando por fin todos tuvimos una vida estable, decidimos llevar a cabo el plan que habíamos pospuesto por mucho tiempo, salir los cuatro de viaje a la playa, ahora  podíamos pagarlo y también teníamos el tiempo suficiente para estar juntos. 

 

Grite cuando deje caer una de las mochilas que llevaba en las manos en mi pie derecho y está casi cae sobre el perro de uno de mis mejores amigos, como respuesta recibí un gruñido del Chiguagua luego como si nada este levanto una de sus patas traseras  a la maleta caída, solté la otra maleta al piso y corrí antes de que el perro lograra su cometido, ese maldito perro odia a todo el mundo, excepto a la abuela de mi amigo. Sin importar el dolor en mi pie, agarré las dos maletas y las metí en el auto antes de que algo malo les llegara a pasar, era lo último en guardarse, repase de nuevo la lista para saber que llevábamos lo necesario para el viaje y cerré el maletero. 

Mientras me aseguraba que nada nos faltaba para el viaje y confirmaba por quinta vez las reservaciones del hotel en las fechas designadas, mis amigos revisaban que el auto estuviera en perfectas condiciones, después de todo solo uno de nosotros contaba con buena suerte, por lo que el resto debíamos recurrir a planes de respaldo que nos ayudarán a sobrellevar la mala suerte, pero eso al final nos llevó a ser perfeccionistas y adquirir habilidades que funcionaron muy bien una vez que nos graduamos  de la universidad de negocios, hasta el punto en el que los cuatro pudimos alcanzar una vida estable tal solo 1 año y medio después, nuestros padres estaban orgullosos y nosotros no podríamos ser más felices.

Actualmente eran las 5 de la mañana, pero no podíamos estar más despiertos, mi amigo se despidió de su familia y todos subimos al auto, el viaje a la playa a la que íbamos duraba 1 día , claro que ir a un lugar tan lejos en auto no había sido mi idea, por lo que nos turnábamos para  conducir, el auto era de mi amiga, la otra chica del grupo, que ahora estaba de copiloto, sonrió mientras ponía música para el viaje, el cual duró una eternidad Cuando finalmente llegamos al hotel era mediodía del siguiente día, esto debido a todas la veces que paramos en el camino, aun así después de registrarnos en el hotel nos dirigimos al restaurante para el almuerzo, y luego de eso nos fuimos a la playa para relajarnos por el largo viaje. 

- ¡Esto es increíble! - Chilló Lily mientras corría hacia el mar y gritaba de la emoción, 

Por mi parte miré  al chico de ojos cafés a mi derecha Adam y asentí, él tomó mi mano, luego mire a la izquierda  y sin preguntar tome la mano de Gabriel y comenzamos a correr detrás de la chica de cabello rubio que estaba llegando a la orilla, cuando llegamos al mar nos soltamos y nos lanzamos encima casi ahogándola, la gente que estaba en la playa nos miraba raro, lo sabía pero no me importaba su opinión en lo más mínimo

-¡Me van a matar!- Grite cuando me alzaron de las extremidades, me balancearon y me tiraron al agua. 

Cuando nos cansamos de jugar en el agua, simplemente nos recostamos en la playa y en el momento en el que los chicos se quedaron dormidos, Lily y yo nos miramos y sin decir nada, empezamos a cubrirlos de arena, pues sabíamos que los chicos no se iban a despertar ni aunque el fin del mundo llegará  en este preciso instante,  yo me encargue de Adam y ella de  Gabriel, los enterramos perfectamente en arena con la figura de dos mujeres gordas desnudas, después de terminar con nuestras obras de arte tomamos las cosas de todos incluyendo las de ellos  y nos devolvimos al hotel, este solo estaba a cinco minutos por lo que no tendrían ningún problema en lo más mínimo para regresar, nos iban a quemar vivas.




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