Muerte Platina

Capítulo 11. Melodía

Ta ra ta ra pa ram, esa maldita música de nuevo se escuchó en mis oídos, ya no era suave y dulce, era melodiosa y mística. Abrí los ojos con mucho esfuerzo, la primera impresión no fue muy buena, mi vista estaba borrosa y me dolía la cabeza, por  instinto me toque la parte de atrás, pero como era de esperar no hay heridas, solo sangre seca y un montón de pasto y hojas pegadas  a mi cabello, para nada una buena imagen de mi ahora mismo.

Entre cerré los ojos y enfoque lo mejor que pude hasta que mi visión se aclaró, seguía en el bosque, pero algo era extraño, este lugar tenía algo que no me era normal dentro de lo que conocía antes y después de morir, estaba acostada con varios árboles rodeándome en círculo, la luz del día entraba por entre las hojas de las frondosas ramas, hojas tan verdes  y brillantes como una esmeralda, como si fueran sembrados en un manantial llenos de vida e incluso a mis ojos la manera  en la que se mecían de un lado a otro, parecía ir al ritmo de la melodía que escuchaba.

Me levanté y revise que tuviera mi mochila, estaba conmigo, perfecto, sacudí un poco la tierra de mi cuerpo y me dispuse a caminar siguiendo el ritmo de la música, pasé junto a los árboles y camine sobre la hierba bajo mis pies que también parecía danzar con la melodía, llegué una especie de lago en medio del bosque y cuando me acerque más  lo ví, algo que jamás creí que vería, hadas.

Las hadas estaban bailando en todas las direcciones, brincando y danzando, una solas, otras con pareja y otras en grupos, era como una verdadera fiesta para ellas, eran más grandes que una persona común, pero eran realmente hermosas, sus rasgos claros  pero poco definidos eran realmente bellos, no podía distinguir su género, a diferencia de los cuentos de hadas no tenían orejas puntiagudas,en vez de eso algunos tenían rasgos animales como cuernos de alce, algunas tenía la piel de con leves rasgos como si fueran escamas de serpiente,incluso los ojos de algunas parecían pupilas que se llenaban y se encogian como los gatos. 

Solo unas pocas no me habían visto, o fingen no verme, ya que estoy segura que las otras en algún punto mientras las observaba voltearon a verme sutilmente, otras incluso sonrieron. Esto era sin dudas una escena que hipnotizaba a cualquiera. un bosque hermoso y brillante, lleno de vida como jamas tuve la oportunidad de ver en mi vida, criaturas preciosas que parecen salidas de un cuento de hadas, con hermosos rasgos, cabello de todos los colores que un humano pueda imaganar; verde, rosado, plateado, negro, pieles y rasgos hermosos como los de un animal sin dejar su apariencia de sutilmente parecida a la de un humano.

Seguí caminado con delicadeza entre las hadas danzantes, hasta que vi un especialmente preciosa con ojos dorados , cabellos dorados como el sol,  piel blanca como la nieve y hermosa como la seda, ojos dorados y brillantes como los de un felino  y cada vez que caminaba dejaba un sutil rastro de plumas blancas como la de un ave, pero no tenía alas, era su ropa la que estaba hecha de estas plumas, está también pareció verme, por lo que en medio de su danza se acercó a mí y empezó a bailar a mi alrededor, luego intentó tomarme de la mano para que bailara con ella, estuve a punto de seguirle el juego, pero otra mano mano alcanzó la mía  y me tiro hacia el, despertandome de mi ensoñación.

-Prometo venir a bailar contigo al bosque de las hadas en otra ocasión, si jugamos ahora pasaremos días o incluso años  encerrados en el bucle de tiempo. 

Sacudí la cabeza, no sabía de dónde había salido pero Victor fue el que me despertó, había escuchado mitos de esto cuando era una niña, de personas atraídas por la melodía de las hadas, que volvían cuando habían pasado muchos años y al tocar tierra normal se desvanecen en el viento , ya que su época en la tierra mundana había pasado hace muchos años. 

-¿Has quedado atrapado con ellos?- Tenía que distraer mi mente de esa maldita melodía.

-Si, unos años después de convertirme en parca, para cuando volví en sí, habían pasado casi 50 años mundanos, el ángel de la muerte estaba furioso, pero nunca me impuso castigo, dijo que las parcas que recién despiertan son presa fácil de los círculos de hadas, además en comparación con otros, no permanecí mucho con ellos.

Victor hablaba como si recordara algo extremadamente gracioso, era algo realmente divertido apara él,pues sus ojos negros como la boca de un lobo brillaban con diversion,  pero algo en sus palabras no cuadraba del todo, ¿A que se refería con cuando recién despiertan?

-¿Dónde están  Lucas y Monica?- Esa era la pregunta más importante ahora.

-En alguna parte del bosque, supongo, pero mi querida amiga creo que tenemos un problema más grave ahora.

La mirada de víctor se dirigió hacia atras de mi , solo entonces me di cuenta de algo nuevo, la melodía había cesado, gire la cabeza y lo que vi me asustó un poco, las hermosas hadas que hasta hace unos momentos estaban bailando, nos estaban mirando fijamente mientras nos mostraban sus colmillos  y sus garras como haría un animal salvaje. 

-No te dije que no volvieras a pisar tierra de hadas.

Las hadas abrieron un camino de honor  alrededor de nosotros y solo entonces pude ver la dueña de la hermosa voz, era la hada que se había acercado a bailar conmigo hace unos momentos.

-¿Qué hace el rey de las hadas en un bosque tan lejano de su trono?

Resulta que no era un ella sino un él , me sorprendió, pero la verdad era que eso era imposible de distinguir 

-Victor, he vivido desde la creación de la magia, enserio crees que no sabría cuando alguien como tú entra en mis tierras. 

-¿Qué le hiciste al rey de las hadas?- Le susurre a Victor lo más bajo posible, aunque creo que de igual manera me escuchó el rey de las hadas. 

Lo que sea que le haya hecho, explica la cálida bienvenida  con la que nos recibieron en la tierra de las Hadas, pero como era típico  Victor solo se encogió de hombros , mientras parecía recordar algo que le divertía.




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