Muerte Platina

Capítulo 23. El gran demonio de la ciudad en ruinas

En cuanto a mi abri la puerta y camine hacia la salida, seguida de dos filas de almas, seria mas facil huir con estas almas si estuvieran en su otra forma o tuviera las habilidades de Victor para hipnotizarlas, pero  para devolverlas a su forma de bola, tendría que inyectar mi energía una a una, eso seria dificil en esta situación, retrocedí en mis pasos para llegar a la puerta principal, baje las escaleras y pase los pasillos como mi memoria me lo indicaba, cuando llegue a la planta baja, me sentí aliviada, cada poco tiempo contaba cabezas, dos filas de ocho, perfecto, las almas aún no habían salido de su estado de confusión, eso ayudaba mucho ya que no era el miedo la emoción que inunda a estas almas, prefería que siguiera de esta manera hasta que llegáramos al punto de encuentro con las otras dos parcas.

Abrí la puerta de la fábrica y mire hacia afuera, había demonios a lo lejos esto, esto las iba a asustar.

-Lo que sea que vean, no pueden gritar o parar.

Lisa se tapó la boca, el resto la siguió, incluyendo a Gabriel, mi chico obediente siguió al resto, abrí la puerta por completo y respire hondo, los demonios parecía estar concentrados en otras cosas, quizás en buscar y cazar un par de parcas alborotadas que había en la zona. Les hice señas para que mantuvieran la boca cerrada, en cuanto alzaron la cabeza y vieron a los horribles demonios, las sentí estremecerse, se habían quedado de piedra, los demonios en una ciudad en ruinas definitivamente era una imagen que nadie creyó podria ver algun dia, pero era una imagen aterradora, debía aceptarlo.

Sentí el nerviosismo de las almas,  les hice señas para que caminaran y empezaron a moverse lentamente, mi plan era que corrieran, pero solo caminaban rápido, quizás por el miedo a llamar la atención de los demonio, por lo que no tenia de otra que correr de la cabeza de la fila a la cola, en caso de que algún demonio nos atacará, asi tambien podria cuidar que ninguna se me quedará por el camino a admirar el paisaje, eso seria un total desastre, sería como un pastor que pierde una oveja y tiene que luchar con animales salvajes para rescatarla y traerla de vuelta  a su rebaño.

También revise la actividad de los demonios a medida que nos alejabamos, me sentía feliz de no tener que pelear más con esas cosas en esta ocasión, o no al menos mientras llevo a las almas a mi cargo, quería saber si Victor y Dereck estaban bien, pero no tenia de otra más que creer que ellos lo estarían, ellos llevan mucho tiempo en esto, además uno parece ser muy poderoso y el otro un estratega profesional, en comparación conmigo, ellos tenían una gran ventaja, me hice la nota mental de jamás provocarlos hasta el punto en el que incluso me ataquen, no duraria, es mejor llevarse por la paz con ese par de parcas.

En esta parte del camino las ruinas acumuladas eran un poco molestas de caminar, eran más filosas y los montones de pedazos de construcción estaban en montañas un poco altas, no eran inescalables, pero si tomaba más esfuerzo subir y bajar de estas montañas de escombros.

Sentí un escalofrío, esos que ya eran típicos en mí cuando tenía un mal presentimiento, me puse alerta y coloque mi espada en posición de defensa, naturalmente nos detuvimos y me puse al  frente del grupo esperando que algo me atacara, sentí que todos se tensaban tal vez al verme alerta, mire a todos lados hasta que vi que algo nos estaba acechando, me puse aún más alerta y revise si habia algo mas aparte de lo que nos acechaba, por suerte aquello era lo único. 

Una persona se acercaba a nosotros, un hombre joven, era bastante apuesto, cabello rubio, piel bronceada, cuerpo bastante cuidado, alto y que caminaba con elegancia, tambien vestia una sudadera gris, a conjunto con su pantalo deportivo y sobre ello tenia puesto un abrigo de color marron que se veia fuera del lugar con la demas ropa, en cuanto a sus zapatos, el simplemnete estaba descalzo. Senti que todo se detenia al ver sus ojos, a primera impresion parecian, azules como el cielo azul en verano, eso podria engañar a las almas y mundanos, pero no lo haria conmigo,  angeles o parcas, sus ojos a medida que caminaba elegantemente cambiaban de color, alternadose entre el rojo y el azul como una pantalla dañada que  cambia de colores como si parpadeara.

Este tipo representan malas noticias para nosotros, el era un demonio, uno poderoso, aparte de sus ojos este no parecía tener nada diferente a los humanos comunes, nos sonrió, no veía nada en su boca, o en general no veía nada en estado de putrefacción, tampoco parecía tener nada  relacionado con los animales que parecían demonios. Era la primera vez que veía uno de estos demonios, por lo que sentí que mi enfermedad solo empeoro, me dolía más la cabeza de solo ver que él nos había encontrado, también me pregunte que paso con Victor, esperaba que él estuviera bien.

-Vamos a hablar civilizadamente, deberías devolver lo que robaste de la fábrica.

-¿Robar?¿No es eso demasiado descarado?

El demonio se encogió de hombros, lo último que tenía era intenciones de hablar con este tipo, pero la verdad era que estaba nerviosa, no sabía cómo podría enfrentarlo, por lo que al menos debía hacer tiempo.

-Apuesto que te preguntas por tu amiguito parca.

Ahora fue mi turno de encogerme de hombros, si estaba preocupada por Victor, pero no era correcto aceptarlo delante de él, lo podría usar en mi contra.

-Arrogante, por eso el alma de los salvadores es tan amarga, los de personalidad humilde saben mejor, aunque ustedes son mas de mi agrado.




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