Muerte Por Compromiso (itiaxkrest Yaoi Lemon) Itiest

Capitulo 1 (Muerte Por Compromiso)

En una oscura habitación, donde el olor al alcohol y el sexo se podía sentir en el ambiente.

Dos hombres protagonizaban aquel encuentro carnal.

Donde uno de cabellos negros, hasta los hombros terminaba de correrse en el interior de su amante de una apariencia más juvenil, pero no por eso se deja engañar.

Los fuertes gemidos no se detenían.

El sudor que se combinaba en ambos, las marcas, chupetones y mordidas quedaron en la piel de quien su entrada aún se contraía, dejando escapar aquel semen depositado.

Aun después de aquello, se besaron como una muestra de afecto que aquello no solo era sexo banal, si no que el amor está presente.

El cansancio domino de a poco en el cuerpo más pequeño, acurrucándose en el pecho del contrarió.

-Itiá…- Llamo suave.

-¿Qué sucede Krest?- Lo miro con aquellos ojos oscuros que brillaban de éxtasis.

-Vámonos… Por favor- Se aferró al pecho desnudo, cerrando sus ojos –Aun tengo algo de tiempo… No quiero casarme con Zaphiri- Derramo algunas lágrimas, por el destino que se le impuso desde su adolescencia.

-Krest… Yo… ¿A dónde iríamos? No tengo nada… Que ofrecerte…- Desvío su vista, pero al notar las cálidas lagrimas que caían del rostro contrario, las limpio con devoción absoluta.

Krest pertenecía a una familia adinerada, que cedió la mano de su joven hijo en matrimonio a alguien perteneciente de una gran mafia que reina en la ciudad, sería mejor si las cosas seguían ese curso.

Sin embargo se había enamorado de uno de los empleados de confianza de su familia, aunque fuera mayor por casi diez años, eso no le importaba en lo más mínimo.

-No me importa dónde ir, con que sea contigo, seré feliz- Le rogaba que considerara aquella oferta, podrían irse lejos de aquella ciudad empezar de nuevo.

Pero lamentablemente Itiá no podía acceder a ese plan, ya había sido amenazado con anterioridad por el prometido de este.

Que si se atrevía a pensar en irse con él, los encontraría y la muerte de Krest sería el pago.

Las unas dos opciones eran, dejar que ese joven de presencia fría contrajera matrimonio con Zaphiri, viviera lleno de lujos, sin amor…

O… Escapar poder ocultarse toda la vida, pero… Con el temor de que en cualquier momento la vida de su amado de cabellos castaños se perdiera.

Debía negarse, aunque tampoco deseaba que se casara con ese sujeto que supuestamente lo amaba.

Estando acorralado, solo creía que hacia lo correcto, en su mente así era.

-Lo siento Krest, pero…- Apretó sus labios, no quería seguir esa conversación –No quiero que te cases con Zaphiri, mas no soy absolutamente digno de ti-

Sonrió con amargura, aceptado entonces que esa sería su última noche juntos.

-Entiendo- Le doy un beso en esos labios toscos, antes de cerrar sus ojos –Te amo Itiá, eso nadie lo puede cambiar-

Esas dulces palabras, lograron lastimar el corazón de aquel hombre, derramo sus lágrimas en silencio, cuidando el sueño de su amado.

Pues era la última vez que se podrían ver, antes de aquella sentencia de por vida.

El día de aquella unión llego.

Entro para unir su vida con al de Zaphiri, elegante, frio y sereno.

Aunque por dentro deseara escapara, gritar y maldecir, no lo haría.

Luciendo un traje blanco, el otro de color negro.

Como sonrió al verlo y sostener su mano, besándola.

-Acepto-

-Acepto…-

Dichos sus votos fue como todo había acabado.

Para Krest no era el inicio de una nueva etapa en su vida, si no… El fin de la misma.

Todos sus familiares felices y tranquilos, porque ahora tendrían más privilegios aunque fuera mal ávidos.

Krest no lo noto.

Más detrás de aquellas puertas, un alboroto se escuchó, algunos guardias que protegían el recinto tuvieron que detener a cierto hombre de cabellos negros que trataba de impedir aquella boda.

Pero no pudo, no lo logro.

Trato hasta que recibió un fuerte golpe en la cabeza, provocando que cayera inconsciente.

No supo en sí, cuanto tiempo paso, si fueron horas o días.

Aquél lugar donde se encuentra ahora, es tan oscuro, con un olor a humedad.

Abrió sus ojos, notando que su cuerpo entero se sentía tan pesado, obviamente los golpes que recibió le cobran factura, pero estando atrapado allí.

Trato de levantarse pero no podía.

-Al fin despiertas, maldito- Reconocería esa áspera voz donde fuera, aquel quien lo amenazó para alejarse de ese joven, que ahora le pertenecía por completo.

-Zaphiri- Pronunció su nombre como su le diera asco, frunció el ceño para confrontarlo pues solo eso le queda.

-Te dije que te alejaras de él, y trataste de impedir nuestra boda- Sonrió, mofándose del infeliz hombre.

-Tenía que hacerlo… Amo a Krest, solo lo harás sufrir, a tu lado… ¡¡¡ERES UN DESGRACIADO!!!- Apretó sus labios, mirándolo detenidamente.

Hasta que pudo notar una delgada figura, que estaba a unos centímetros detrás del hombre con quien se está enfrentando.

-¿Krest?- Lo llamo, conocía su cuerpo donde fuera.

Lo que sus ojos contemplaron, fue algo que lo devasto.

Aquella ilusión en sus hermosos ojos verdes desapareció, en su lugar ya no poseían vida.

Su rostro lucia tan severo, observándolo con cuidado cada detalle del espectáculo.

Extendió su mano, para sujetar a su ahora esposo.

-Mi amado Krest, ¿Te gusta el show?- Sonrió con sorna, esperando que el otro depositará su frágil mano.

-Si… Es muy agradable- Contesto en automático, dejándose guiar por aquel sujeto.

Estaba derrotado, a quien ama esta en los brazos de otro, ya nadie los podría separar solo la muerte.

Diviso esos anillos en sus dedos, brillando como si de una cruel burla se diera.

En su mente, sería mejor que ene se momento lo molieran a golpes, hasta desaparecer.

-Oh vamos, no te pongas así- Sujeto la cintura de Krest, para besarlo apasionadamente delante de Itiá –El mejor término ganando-




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