Mujer de nadie

Capítulo 3- Destino

Olivia miró con los ojos muy abierto a aquella adorable mujer, limpio su rostro con mucha insistencia, acomodó su ropa, era un desastre frente la abuela de Rafael.

—Sí, soy su esposa — dudó en pronunciarlo en voz alta, se ha llevado una santa maltratada hace un momento, la abuela de Rafael se miraba que era una mujer de carácter, Julieta frunció el ceño y como pudo se sentó a su lado, dejando su bastón cerca de ella.

—Seré clara señorita, yo no me ando con juegos, ¿eres realmente su esposa?, ¿tienes pruebas? —la observó con seriedad y un poco de molestia.

—Solo mi palabra por el momento, necesitaría pedir el acta de matrimonio de la iglesia, mi papá puede constatarlo y mi hermana, nos casamos en secreto, traía conmigo mi celular, tenía unas fotografías, pero me asaltaron, fue un día muy pesado para poder llegar aquí — dijo en un hilo de voz.

—Bueno, esperaremos esa acta, y a que Rafael despierte — golpeo con su bastón tres veces el suelo.

—¿Usted me cree? — preguntó con ilusión.

—Ay cariño, no me asustan los matrimonios en secreto, en mi época se robaban a las mujeres, ya deshonrada solo queda el matrimonio para tapar el que dirán, era una forma de que ella se pudieran casar con el hombre que amaban. Te daré el beneficio de la duda… — contestó poniéndose de pie —Por la cara que tienes, supongo que te has encontrado con su madre y mi nieta…

—La madre de Rafael, me ha asegurado que si pongo un pie de nuevo ahí dentro me meterá a la cárcel o al manicomio — soltó desilusionada.

—Esa mujer no hará nada, ahora acompáñame por un café, creo que necesito saber un poco de ti…

—Si, claro, con gusto señora.

 

Catalina no dejaba de caminar de un lado a otro en la sala de espera, Sebastián intentaba mantenerse despierto, pero estaba muy cansando por quedarse de guardia.

—Catalina puedes de una vez quedarte quieta, siéntate — exigió Malena

—No sé cómo puedes estar tan tranquila, una mujer vino a hacer un escándalo y tú solo lo dejas pasar tan fácil.

—Esa mujer no es esposa de tu hermano, así que deja de pensar en eso.

—¿Y si lo es?, no me veas así, también creo que es una mentira, pero Rafael es muy callado con sus cosas — dijo sentándose a su lado.

—Por dios Catalina, escúchate, piensas que después de haber estado con una mujer como Leonora, se fijaría en algo como eso, ay hija, ya deja de pensar tonterías.

—No son tonterías mamá, las posibilidades a veces pueden ser más de lo que podemos ver.

—Mejor hablemos de otras cosas, me ha llamado Pilar, Braulio sufrió un accidente.

—Braulio, ¿Braulio Campos? — preguntó incrédula Catalina

—Sí, el mismo, lo han atropellado, está internado, dice ella que está fuera de peligro, pero su pierna no, podrían cortarle la pierna.

—Oh no, esperemos que no sea así —comentó con tristeza Catalina.

—Hacían tan bonita pareja, no entiendo por qué no fuiste su novia — exclamó cruzándose de brazos.

—Mamá, está aquí mi hijo, puedes omitir esos comentarios.

—Si no te hubieras embarazado tan rápido de Víctor…

—Mamá, Víctor es el padre de mis hijos, por favor ten un poco de respeto por ellos — dijo molesta poniéndose de pie y alejándose, Sebastián estaba dormido, así que no escuchó aquella conversación tan mal intencionada de Malena.

Siempre era así, su madre le echaba en cara que estaba casada con un bueno para nada, un hombre incapaz de cumplir con el papel que le corresponde, Víctor no quería a su madre, con mucha razón, pero, aunque Catalina quisiera defenderlo, había algo que siempre la dejaba sintiéndose sola.

—Catalina — escuchó su hombre y se encontró con Cesar, el mejor amigo de Rafael, Cesar era cuatro años menor que Rafael, lo que eran casi diez entre ellos dos, pero era un buen hombre. Rafael y él se hicieron bueno amigos cuando llegó a la empresa como auxiliar de contador, tan rápido fue su asenso que ahora es su mano derecha.

—Cesar, perdón no te había visto — dijo saludándolo, él como siempre le dedicaba un beso en la mejilla.

—Descuida Catalina, ¿Cómo está, Rafael?

—Igual, hasta el momento no tenemos noticias —. Se quedó mirándolo por un momento —Cesar, ya que tú y mi hermano son tan bueno amigos, me puedes decir una cosa…

—¿Qué pasa?

—¿Mi hermano se casó en secreto?…

Cesar se quedó asombrado de aquella pregunta, miró a Catalina que esperaba una respuesta de su parte, él sabía que Rafael era soltero, pero ahora que ella lo preguntaba sentía dudas, su amigo siempre había sido muy callado sobre sus relaciones.

—¿Por qué me haces esa pregunta?, ¿sucedió algo?

—Sí, una mujer ha venido al hospital, y a llanto ha asegurado que es esposa de Rafael, fue una situación muy incómoda, ni mi madre, ni yo sabemos nada, pensamos que es una loca oportunista, traté que la noticia no saliera en la noticieros, pero no pude evitar en algunos, por lo menos solo salió su nombre y la nota.




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