Mujer de nadie

Capítulo 6- Victima de su mentira.

Olivia miraba a aquel hombre que le había jurado amor, estaba tan tranquilo frente a ella, observándola sin mostrar preocupación, un indicio que le dijera que existía arrepentimiento, pero al parecer solo podía ver el descaro en su actitud.

—Rafael, o ¿cómo debería llamarte? — rompió el silencio con un hilo de voz quebrada, se sentía dolida, dañada, su pecho ardía, estaba tratando de controlar sus lágrimas de coraje.

—Ay Olivia — suspiró con fastidio cruzado de brazos y recargándose a la pared —No pensé que vendrías y harías un escándalo, habíamos quedado en algo tú y yo.

—¿Qué dices?, ¿qué querías que hiciera? Si veo en las noticias que Rafael Ugarte ha tenido un accidente y ese hombre se dice ser mi esposo, además no sabía nada de ti, un mes, ni una sola llamada, y ahora te paras frente a mí, como si esto fuera mi culpa. Me has mentido… ¿Quién eres realmente? — soltó alterada.

—Rogelio Ugarte, Rafael es mi hermano… — dijo con total calma.

—¡¿Por qué me diste otro nombre?! Te gusta mentirles a las personas. Yo que te hice para que me mintieras así — talló su cara con fuerza desesperada por la tranquilidad de Rogelio.

—No hagas un escándalo, acá estas como la esposa de Rafael, así que compórtate, yo solo soy tu cuñado, no quiero que nadie se entere de esto.

—¡Eres sínico!

—No tengo tiempo para estos numeritos Olivia, ahora me vas a escuchar, mi abuela se ha ido a la cafetería, así que seré rápido, antes de que Rafael despierte por completo tú no estarás acá ya, te irás a tus tierras y después iré a verte.

—Estás loco, yo no quiero volverte a verte — dijo intentando ponerse de pie.

—No nos metas en problemas Olivia, has las cosas tranquilas y sin mucho ruido.

—¿Quieres que desaparezca?, y que tu familia me tache como una loca ahora sí, no sabes todo lo que pase, por creer que eras tú el que estaba en esa cama. Ahora me dices así, con tanta quietud que solo debo desaparecer.

—No tienes otra opción…

—Decirles la verdad es una buena opción, decirles como te casaste conmigo diciendo que eras tu hermano, no creo que lo tomen nada bien — amenazó.

—Tú no vas a hacer nada — pronuncio acercándose hasta ella y tomándola de los brazos con fuerza —Nadie te creerá, aunque lo digas, solo te tacharan de enloquecida y créeme que yo lo negaré. No eres nadie aquí Olivia, solo has lo que te digo.

—Eres un…

—Ni siquiera tienes una idea, no me hagas tener que demostrarte quien soy realmente.

—¿Por qué te casaste conmigo? — preguntó al borde de las lágrimas.

Olivia estaba sin palabras, juraría que era una pesadilla, ese hombre era otro totalmente, ni una pizca de ese amor, ni una mirada dulce, un consuelo en sus palabras, no había sino solo una mirada fría, esos ojos oscuros llenos de algo que no tiene explicación, el parecido físicamente es casi idéntico, hay facciones distintas, el color de los ojos en uno de ellos y el color del cabello, pero como dos hombres pueden compartir tanto, tenía tantas preguntas la primera era saber ¿por qué había hecho eso?, ¿por qué casarse con ella y fingir ser Rafael? Olivia desconocía muchas cosas, pero la principal era un plan tan retorcido que ni ella podría dar crédito, Rogelio ha vivido a la sombra de Rafael, relegado por sus padres, Rafael siempre mostró ser el mejor en todo, las palabras de su padre siempre están presentes, como un yugo en su cuello, Rogelio se alejó de todos y estaba tan decidido a nunca volver, pero una cláusula en el testamento de su padre arruinaba sus planes.

—¿Dónde está esa mujer? — la voz de Malena fue cruda, áspera y grosera cuando abrió la puerta de par en par, Rogelio se separó de golpe de Olivia —¿Qué haces aquí Rogelio?

—Lo mismo que tú… — contestó con descaro, Olivia lo miró con odio.

—Quita esa cara niña… — sentencio Malena —Seré muy clara contigo, no sé que vio mi hijo Rafael en ti, no sé cómo pudo casarse contigo, pero ahora no harás nada que avergüence a esta familia, te comportaras y harás todo lo que yo te diga, mientras mi hijo este en este hospital, tú estarás a su lado, no lejos, nunca solo, no me importa lo que tengas que hacer, Rafael es prioridad.

—¿Qué está diciendo? — Olivia estaba anonadada de escuchar aquella mujer que la había amenazado antes.

—Eres sorda, lo que escuchaste, eres la esposa de Rafael, compórtate como eso… — dijo abruptamente y se fue, Olivia no entendía que estaba pasando.

—No digas nada, solo obedece a mi madre, esto puede terminar muy pronto si pones de tu parte, ni se te ocurra mencionar algo sobre mí.  

Rogelio la dejó sola y comenzó a llorar sin saber que hacer, mirándose sola y sobre todo engañada, no entendía lo que Malena había dicho, estaba tan mal que solo se rompió en llanto.

Rogelio intentó alcanzar a su madre, esperaba entender que había pasado, llegó directo al hospital y se encontró con su abuela, ella había sido tan insistente en que esperada junto a ella, cuando vio a Olivia pensó lo peor, por suerte se desmayó al verlo y pudo hablar con ella antes, la actitud de Malena había cambiado, tenía que sacar a Olivia de ahí si no quería que se enterara de lo que había hecho, no estaba dispuesto a quedar expuesto ni por error.




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