Después de que ambos entraron en confianza y tomaron dos o tres pavas de mate Juan le pidió a Nauj que le explique exactamente qué era de lo que quería hablar con él, ya que si mal no recordaba le había dicho cuando lo vio por primera vez esa mañana, que debía hablar con él en un tono bastante serio.
—Es verdad Juan, tenemos que hablar y también voy a necesitar tu ayuda en esta realidad, como ya sabés vengo del multiverso seis. Allá estamos bastante más avanzados tecnológicamente de lo que vi en este mundo, pero ese avance nos complicó por otro lado. Tenemos continuamente fluctuaciones energéticas en todas partes de la ciudad, esas fluctuaciones pueden llegar a generar algo que se llama un “agujero de gusano”. Aunque parezca mentira si llegas a toparte con uno de estos agujeros, como me topé yo accidentalmente, podes llegar a ser enviado instantáneamente a cualquier otra dimensión o realidad paralela, o incluso podrían enviarte al pasado de ese multiverso también. Por lo menos en teoría.
—Pará, pará, pero cómo puede ser que esos “agujeros de gusanos” estés desparramados por toda la ciudad así como así, no requieren un ambiente especial o algún elemento…—preguntó asombrado Juan.
—Si claro, algo así, principalmente para formarse necesitan algo que se llama “materia exótica”, la cual en nuestro multiverso esta desparramada por todos lados lamentablemente. Esto es gracias al accidente que hubo en septiembre del ´83 en la Central Atómica Constituyentes. Allí estaban intentando contener o controlar esta bendita materia exótica, la cual habían logrado obtenerla en el acelerador de partículas TANDAR (que está ahí mismo) y hubo una “sobrecarga” de energía dentro del acelerador que terminó explotando en pleno proceso de obtención de materia. Esta explosión hizo que se formara un pequeño hongo nuclear ahí frente a la Av. Gral. Paz, sobre el mismo Centro Atómico y así se desparramó por toda la ciudad la materia exótica que expulsó. También murió un empleado de la central por irradiación a los dos días del accidente y otros trece fueron afectados por la radiación pero en menor medida, éstos sobrevivieron de hecho. Por supuesto hubo grandes emanaciones radioactivas también que una de las cosas que hicieron, fue cambiar el clima de Buenos Aires casi inmediatamente. Hoy en día se puede vivir pero hay continuas tormentas eléctricas, que favorecen estas fluctuaciones de energía y en ciertas condiciones favorables hace que finalmente se forme un agujero de gusano o una “rajadura” en el espacio tiempo de mi mundo. También tenemos lluvias ácidas y muchas mal formaciones congénitas por irradiación ambiental. Depende la zona, hay más o menos peligro…—Nauj se quedó pensativo al terminar la frase y esta vez preguntó él— Pero, discúlpame. ¿Acá no hubo tal accidente?
—Estoy tratando de asimilar todo lo que estás diciendo Nauj, la verdad que me está costando bastante pero a ver, déjame pensar, pasa que yo era muy chico en esa época.
—Si claro, yo también si tenemos la misma edad, pero bueno fue una situación catastrófica que se siguió recordando año a año. —Afirmó Nauj.
—Sí, sí, algo de eso hubo acá también pero la verdad es que si no recuerdo mal, lo vi en la secundaria cuando cursaba “energías alternativas”, ese accidente existió pero fue en el Centro Atómico de Ezeiza, no en el Constituyentes, y se trató básicamente de un escape de radiación por inexperiencia o falla del operador de turno, persona que murió irradiado también como contás vos y, no sé cuántos la verdad, varios más fueron afectados…aunque tampoco murieron.
—Bueno, esas pequeñas diferencias de las que te hablé que existen entre multiversos, esta vez les jugó a favor, su historia hubiera sido otra de haberse repetido el mismo tipo de accidente en esta realidad…
Nauj vio la cara de perdido que tenía Juan y pensó que quizás estaba dándole demasiado pronto mucha información junta y que éste debía procesar un poco más las cosas para poder entenderlo. Quizás era lo mejor ir al grano y explicarle ahora por qué necesitaba de su ayuda y cuál era el gran peligro que corrían ambos desde el mismo momento en que él pasó de su realidad paralela a ésta realidad y más aún desde el momento en que se cruzaron.
—Juan no quiero llenarte de información de golpe, antes que nada quiero explicarte, para no marearte más, por qué es imperioso que yo vuelva sí o sí a mi multiverso, antes de que sea muy tarde ya…—la cara de Nauj cambió rotundamente, su preocupación evidentemente era legítima y grave.
—¿Tarde para qué? —casi en un susurro preguntó Juan con la misma intranquilidad.
—Otra cosa difícil de explicar, pero bueno escuchá, por ejemplo en un mismo multiverso, no pueden estar juntas dos “mismas” personas. Si permanecen mucho tiempo juntas dichas personas en un mismo multiverso, una de hechas desparecerá indefectiblemente.