Multiversos

Viaje al cerro

Juan, luego de buscar los ahorros que tenían en la casa, le comentó a Nauj que igualmente debían pasar por un cajero automático para buscar más dinero, ya que él solo llegaba con suerte a la mitad de lo que necesitaban (Nauj no podía colaborar en este caso, teniendo en cuenta que venía de un universo paralelo, su dinero no eras viable en este mundo), además necesitarían aprovisionarse para el camino, cargar combustible y cubrir otros gastos chicos que le insumiría el viaje. Mientras él organizaba todo, le pidió Nauj que preparara el bolso matero con el mate, la yerba y el termo, durante el camino sería fácil conseguir agua caliente, contando que en cada estación de servicio del país siempre hay una máquina expendedora de agua caliente, no iba a ser un problema tomar mate durante el viaje. También le recomendó que buscara en la alacena algunos paquetes de galletitas como para saciar el hambre en la primer parte del viaje. Una vez terminaron de alistar todo salieron y mientras Nauj cerraba la casa, Juan ya estaba arrancando el auto presto para la salida.

Ya sobre la ruta 9 (RN9) camino a la hermosa Provincia de Córdoba (pasando primero por Rosario, Santa Fe), con el tanque lleno de combustible y con lo necesario para el viaje, comenzaron a charlar. Juan sobre todo, estaba muy intrigado respecto de ese mundo paralelo de donde provenía Nauj, así que comenzó a interrogarlo sutilmente.

—La verdad que todavía me cuesta creer lo que nos está pasando. Hasta esta mañana yo era una persona normal, “única” y sin grandes sobresaltos en el diario vivir. —Juan no sabía por dónde empezar a preguntar, iba armando el concepto a medida que hablaba— Ahora estamos viajando al centro de Córdoba, a un Cerro que, no sé en tu mundo como será, pero que acá es la meca de la movida ovni, extraterrestres y demás yerbas; aunque ahora que lo pienso es el lugar perfecto para empezar si uno busca un “agujero de gusano” ¿no?, ja, ja...

—Sí, ahora que lo decís, claramente es el lugar para empezar nuestra búsqueda ¡Ja, ja! —Nauj acompañó la nerviosa risa de Juan, realmente era bastante graciosa la situación que los había asociado en este viaje— Mirá Juan, en mi universo las cosas son bastante parecidas a este de hecho, con excepción como ya te dije, de que estamos un poco más adelantados tecnológicamente. Aunque por ejemplo, el cerro Uritorco allá también es la “meca” de toda esa movida, pero la diferencia quizás, es que realmente la gente que va allí se reúne con los extraterrestres, ya no es un secreto que existen quiero decir. Es más, interactúan activamente con los humanos en muchos niveles. No es que caminan por las calles de la ciudad como nosotros, pero sí están muy asociados a las altas esferas sociales; están dentro de los gobiernos, dentro de las grandes empresas multinacionales, colaboran en misiones espaciales, obviamente ellos saben mucho más que nosotros sobre eso, y así se distribuyen entre los poderosos del planeta. Claro que…

—¡Pará un poco! ¿Vos me estás diciendo que los alienígenas existen en tu mundo, son de público conocimiento y caminan entre los humanos? —Juan interrumpió súbitamente el relato de Nauj, la cara de sorpresa y a la vez de estupefacción que tenía era de otro mundo también, no podía creer lo que estaba escuchando, y eso que recién empezaba.

—Perdoname Juan, soy un bruto, no debí ser tan directo, acá evidentemente están lejos de esa situación todavía, aunque creeme que también tienen sus propios extraterrestres ustedes eh. Que no los veas no significa que no estén. Lo que pasa es que nosotros estamos tan acostumbrados ya, que no nos sorprende, pero sí, bueno no es que caminan entre nosotros tampoco, como te dije solo están entre los poderosos y no se muestran casi nunca en público, solo en el Uritorco podes tener posibilidad de reunirte con ellos previo cumplir protocolos especiales que hasta están escritos en carteleras al pie del cerro; en cada país del planeta tienen sus puntos “x” de reunión con el humano común digamos, con la clase media que solo le interesan cuestiones más trascendentales o espirituales, son como pastores para ellos, e inclusive tienen armada una especie de “Biblia Alienígena” donde explican varias cuestiones universales y también dan sus propios “mandamientos” de tipo: “no robarás, no desearas la alienígena del prójimo, no arruinarás el medio ambiente, no usarás la antimateria en nombre del mal…” y cosas así. Mucha de esta gente lo toma como un recreo vacacional a veces, hacen tures vacacionales a estos puntos de reunión y pasan unos días entre las naves extraterrestres y sus ocupantes, viendo un poco como es la vida de un alien, bastante aburrida a todo esto. Pero bueno, así está el tema por mi mundo con la movida ovni como le decís vos. —Mientras explicaba esto, Nauj miraba de soslayo la cara de Juan que sin decir palabra, hablaba mucho más con sus expresiones, cada vez habría más los ojos, ya parecía el dos de oro (la carta española) y a su ceño ya no le quedaban arrugas por usar para fruncirlo más. Nauj intentaba ir despacio pero era difícil, para él era algo muy normal lo que relataba. Así y todo no estaba siendo muy  específico ni mucho menos, solo le explicaba lo principal de su universo bien superficialmente. Juan, mientras tanto, volvía a pensar si no hubiera sido buena idea haber salido corriendo esa mañana.




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