Un mundo caído, una sociedad enferma,
donde el desinterés es más común que la empatía.
Falta de valores y falta de humanidad,
una mirada fría y una sonrisa fingida.
El dolor de otra gente es común,
parece que nos hemos acostumbrado a ignorar.
Vivimos en un mundo lleno de hipocresía,
donde el juzgar es pan de cada día.
No saben nada de mí,
y aun así se creen jueces de lo que escribo.
No comprenden el acoso,
ni la crueldad del bullying,
no comprenden el dolor que siento.
Sobrevivo en un mundo caído,
puedo sentirme perdido y solo,
con un peso que ha crecido,
y aun así muero en el dolor.
Una sociedad podrida y enferma,
donde el interés propio es lo que impera.
Somos juzgados sin piedad,
en un mundo en donde la empatía ya no tiene lugar.
Moriré en un mundo enfermo y caído,
donde la crueldad se esconde detrás de sonrisas fingidas.
Pero hasta el final lucharé,
porque en mi corazón la esperanza todavía arde.
© HAYST