Cuando el Reino Dragón Rojo fue creado, el mundo era multicolor, cada especie había logrado el equilibrio, pero la profecía anunciaba que eso sería hasta que despertara el poder de la codicia, y que al mismo tiempo en el corazón del reino se encontraba una extraña y mítica flor que tenía la capacidad de transformarse en una mujer dragón, y que para salvar el reino el príncipe heredero debía encontrarla, y casarse con ella. Los sabios aseguraban que se acercaba la muerte del primer dragón inmortal, el Rey Lóng Feng, quien había logrado el equilibrio desde la creación del Dios de los cielos, y estaba en peligro la existencia de los 4 Reinos: Agua, Aire, Tierra y Fuego, cada uno estaba conectado al corazón de Shan Huo, y en la única que existían los 4 elementos que alimentaban los reinos. La destrucción del cosmos estaba cerca, y su única esperanza era que la Princesa Huá fuese encontrada por el Príncipe Yang, quien había sido educado, y entrenado por los mejores eruditos y guerreros durante su tiempo. Se le enseñó artes marciales, los principios del cosmos, y en especial a cultivar el amor incondicional hacia la naturaleza, aprendió a hablarle, y escucharla, su conexión con cada elemento era único, él había sido elegido para salvar el mundo, y para encontrarse con la flor cósmica debía ser puro de alma, mostrarse ante ella con sencillez, sin arrogancia. Durante su travesía en cada uno de los reinos de los 4 elementos, aprendió del Rey Halcón su capacidad de ver más allá, y dirigirse con confianza, a pesar de los fuertes vientos que azotaran los cielos. Con la Reina Serpiente Shé comprendió que cada criatura viviente tiene un propósito, y que no todos son inmortales, por lo que algunos mueren para que otros sobrevivan. Shui la Madre Dragón, le había advertido que la sabiduría con que tomara decisiones, sería lo único que lo salvaría, y que por muy dolorosa que resultara, si esta era la indicada saldría siempre un arcoiris que lo llevaría de regreso a su mundo 6 donde reinaría. Estos pensamientos era parte de Yang, por tanto, tenía que seguir adelante, pues el universo dependía de él. La luna de sangre iluminó el cielo anunciando la profecía, y toda la Montaña Huo, supo que Yang estaba cerca de su destino, aunque éste le pertenecía solo a él, sus sabia acciones salvarían su alma. Su padre el Rey Lóng Feng había hecho un buen trabajo, pero era el momento de partir y proteger el universo.