La aventura inicia

Al haber pasado ya bastante tiempo, ya que ni ellos estaban seguros si se trataban de unos días o más tiempo, sólo el ver lo que a la distancia era una ciudad con varias personas, se podían imaginar que todo había valido la pena y que al fin podrían vivir con un poco más de tranquilidad y obtener un poco de información de todo lo que sucedía en este lugar. Pero, para evitar el terminar haciendo cosas que estuvieran fuera de lugar, decidieron que se detendrían por un momento lejos de la ciudad para que, de esta manera poder comprender como son los habitantes de este lugar.

Mientras se pasaban viendo como entraban las personas a la ciudad y la manera en que vestían y se comportaban, era mucho más de lo que ellos habían imaginado. Al parecer las personas de este lugar viajan caminando o en algunos carruajes para poder transportarse, la tecnología parecía ser muy baja en este lugar pero parecía que guardaba algo más dentro de ella, al ser que podían sobrevivir en un entorno realmente peligroso y sobretodo misterioso y prueba de ello era cuando se enfrentaron al lago aquel en el cual casi pierden la vida y no logran contarlo. Pero, en este momento ya sólo les quedaba ver un poco la manera en que era su moneda de intercambio y la forma en que se vestían parecía ser siempre un poco ligera de tal manera que les permitía poder mantenerse en extensos viajes.

Siendo que lo más cercano que ellos tenían para para poder mezclarse eran unas playeras y blusas, al igual que pantalones de lona, tuvieron que cambiarse. El problema para hacer este cambio se debía a que eran hombres y mujeres. Pero, como Wer recordó algunas de las funciones del panel que les ayudaría a tener una mayor comodidad, hizo que la parte de atrás fuera un cuarto en el cual podían cambiarse con mayor comodidad y manteniendo la privacidad entre todos. Por supuesto que antes de cambiarse, tomaron una ducha, que era una función que venía entre las funciones del panel, para luego cambiarse ya más refrescados.

Una vez que ya estaban completamente cambiados y para seguir avanzando hacia aquel pueblo, hicieron que el panel se hiciera como un collar, el cual lo llevaba consigo Wer. Una vez todos listos, empezaron a caminar sin dejar a nadie atrás.

Al estar frente a la puerta de la puerta, lo primero que se esperaban era el no poder comprender el idioma que hablaran las personas pero, gracias a un pequeño dispositivo que traían dentro del panel, lograron entender todo lo que estaban diciendo las personas sin ni un problema. Por supuesto que nadie se dio cuenta de ello ya que el panel lo activo de forma automática en el momento en que salieron de esta, siendo esto una contramedida que traía incorporado consigo para evitar la falta de información que les terminase provocando problemas después.

Siendo que Wer debía de estar atento a todo lo que sucedía, en este momento comprendía que no era buena idea dejar que alguno de los demás tratase de hablar sin siquiera tener en mente lo que estaban buscando con precisión, pues algo le decía que todavía mucho más allá de lo que son que podría provocar malentendidos durante el ingreso a la ciudad.

Así que, acercándose a uno de los guardias que custodiaban la entrada Wer dijo – perdone señor, tan sólo que queremos ingresar a la ciudad, por lo que deseamos saber cuáles son las condiciones para para poder hacerlo – el guardia se rió de Wer al escuchar como hablaba y luego dijo – hey, no crees que hablas demasiado formal para tratar de ingresar a la ciudad así nada más. Además ¿Cómo puedes asegurar que no traes nada escondido que termine perjudicándonos – Wer, sacando de una bolsa que llevaba amarrado a su costado, trato de buscar algo en este mientras decía – lo que pasa es que nosotros somos de un lugar muy lejano a este y no conocemos con exactitud la forma en que ustedes realicen el intercambio pero... puedo demostrar que lo que digo es verdad – en eso saco una ficha que llevaba consigo durante todo este viaje y le pareció una buena idea el poder mostrarlo. El guardia al ver esta ficha, le pidió que se lo prestara por un momento a lo cual Wer accedió. El guardia llevando la ficha en una cabina que estaba en a la par de la entrada, tardo un poco en salir con la respuesta. Esta demora le hizo sentir un poco de preocupación a Wer y le hizo pensar – quizás no hay sido buena idea el darle esa ficha al guardia y me hubiera sido más fácil el contar con algo más de información para poder ingresar de una mejor forma a la ciudad. Pero, bueno, lo hecho, hecho está –.

Después de un rato, el guardia al fin salió y dijo – de acuerdo, hemos verificado su identificación y si podemos confirmar que viene de un lugar lejano y poco conocido. Pero, como no sabemos más sobre ustedes, será mejor que no traten de hacer nada al ingresar a la ciudad y paguen la tarifa por ingresar – Wer – por supuesto, dígame cual es la tarifa y en qué moneda es que necesitan para hacerlo – el guardia se rió y luego dijo – veo que hablas un poco raro. Pero puedo suponer que estarán hablando de la forma en que van a pagar – Wer – Así es – el guardia – bueno, aquí sólo aceptamos estas gemas como forma de pago y monedas de oro y plata. Cada uno de ellos tiene su diferente valor. Pero, para poder ingresar todos ustedes, será necesario contar con dos cristales púrpura – Wer, sacando de su bolsa dos cristales púrpura, los cuales habían encontrado mientras bajaban de la montaña, pago el peaje para poder ingresar a la ciudad y, mientras recibía una identificación provisional en la cual les permitía mantenerse en este lugar durante un determinado tiempo, ingresaron con sus compañeros a la ciudad.

La forma en que todos estaban tan sorprendidos de ver una vida tan tranquila y en donde la tecnología aún no había avanzado puesto que se podría ver con mucha claridad que los conceptos como es la electricidad, el gas, gasolina, entre muchos otros eran solamente un sueño o una fantasía.

Las armas que cargaban era en sí espadas, cuchillos y otras armas de metal del cual se podía ver una ligera deficiencia en comparación del acabado de la modernidad con sus técnicas más detalladas y que dejaban un mejor acabado y dureza de los materiales, pero no se podía decir que estuvieran demasiado mal las armas, puesto que sus métodos que usaran en la ciudad no eran tan inferiores para decir que son completamente inútiles o demasiado atrasados.