Mundo espiritual

Día normal

Al salir de la habitación voy a la cocina donde está mi madre preparando la cena.

—¿En qué puedo ayudarte? —Le digo a mi madre mientras me coloco a su lado.

—Puedes sacar huevos de la despensa para prepararlos revueltos —respondió mi madre.

—Está bien —articulé—. Preparamos la cena entre las dos y ya que todo está listo llamamos a mi hermana y a  papá para cenar.

»Servimos la comida y nos sentamos en la mesa en tanto vemos tv y después de terminar me levanto llevo mi plato a la cocina y luego me voy a la habitación.

Me siento y me cambio la ropa por mi bata preferida de flores rojas con amarillo sí, muy anticuado, pero me gusta.

También me cepillo los dientes, lavo mi cara y por ultimo oro ahí mismo en el baño. Salgo voy a buscar mi celular para verificar las tareas que tengo y veo que tengo una de desarrollo de emprendedores así que me pongo a hacerla.

Observo la hora en el celular y ya son las 11 pm.

—¿Ya estas listas? —Exclamó mi hermana al entrar a la habitación del cual las dos compartimos pues en la misma hay dos camas.

—Sí, ya estoy lista —contesté.

—Bien, porque ya me quiero dormir y como sabes no me puedo dormir con el bombillo encendido —expresó mi hermana.

—Sí, me acosté apaga el bombillo —asevero.

»Beki apagó la luz y yo me subo la sabana hasta la cabeza dejando un poco de espacio para respirar recordando lo que pasó en la noche anterior.

»—No sucederá lo mismo —me animo mentalmente—. Tengo que dormirme —me quedo dormida teniendo en el pensamiento que no pasará otra vez.

»Despierto otra vez de repente y miro todo oscuro en la habitación, pero no pasa nada. Espero haber si va a suceder lo mismo y creo que pasaron varios minutos porque suena el reloj de la pared, hasta que decido coger el celular.

»Busco rápidamente la aplicación de la biblia, me dirijo a salmos 91 y lo leo hasta quedarme dormida.

»Comienzo a despabilarme cuando ya la claridad me da a la cara y levantándome de la cama realizo mi rutina diaria de cepillarme, ducharme, vestirme, orar y bajar a desayunar.

—Pareces un zombi —exclamó Beki.

—Sí, así me siento —logré articular mientras me sentaba en la mesa.

—Buenos días chicas —dice mi madre al poner el desayuno frente a nosotras.

—Buenos días —expresé.

—Vaya, ¿te sientes bien? —Exclamó mi madre.

—Estoy bien —dije.

—Tu celular está sonando y ya tengo que ir al trabajo —espetó Beki.

—Es Yessica —observé—. Tengo que atender esta llamada porque ya sabes mamá ella no siempre tiene tiempo y por ello casi no hablo con ella, mi mejor amiga.

—Sí, ve —afirmó mi madre.
 



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En el texto hay: espiritus, terror, demonios

Editado: 18.06.2021

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