POV Yessica
Comienzo a pensar en que nada me sale bien, siempre tiene que salirme algo mal, ¿no puedo yo realmente concentrarme para poder hacer las cosas?
¿En qué estaba pensando al creer que puedo ser útil al menos en algo tan sencillo como servir mesas? Fui al baño y me arrodillé para orar entonces comencé a decirle al Señor —ayúdame porque ya no puedo más, no sé qué hacer, todo me sale mal —dije y mis sollozos aumentaban más—. Ya no quiero estar sola —grité— estoy cansada de todo esto, quiero tener a alguien conmigo, tal vez un esposo, sí, eso ¡quiero un esposo!
Me levanté y fui a la habitación para acostarme en la cama, estaba muy agotada. Pero recuerdo que llevo como un mes sin hablar con Elena y le había prometido no durar tanto tiempo sin comunicarnos pues ella es un poco dramática y después pensara que me secuestraron o algo así.
Saco el celular de mi bolso y en tanto busco su número pienso que no debería sentirme así ya que tengo a Elena y a mi madre, pero ambas están muy lejos de mí.
Cuando encuentro el número le marco y espero a que conteste —Hola Yessica, ¿qué tal todo? —dice Elena al contestar.
—Estoy un poco cansada, pero todo bien —digo fingiendo que no pasa nada como siempre.
—Bueno, me imagino que lo estas ya que estabas trabajando en el bar —expresó Elena.
—Sí, ahora que lo recuerdo ¿qué ha pasado con Matthew? —articulé, acordándome del chico mormón que es misionero y al que a mi mejor amiga le gusta.
—Pues, no hay mucho avance porque como bien sabes él es misionero no puede permitirse distracciones, pero creo que tal vez no le desagrado —respondió con emoción en su voz.
—Claro —contesto sin darle mucha importancia al asunto porque no creo que eso avance.
—Yessica, me creerías si te digo que siento una presencia extraña como, no sé, dé un espíritu ya llevo dos días sin dormir bien —exclamó de forma misteriosa.
—Hmm, mi abuela me había hablado sobre algunas cosas sobre esto, espera creo que tengo un libro te enviaré unas fotos —digo en tanto busco el libro en unos de los cajones de mi habitación.
—Ok, envíamelos y otra cosa tu madre me escribió diciéndome que necesita hablar contigo y al parecer estas tan ocupada que no tienes tiempo para ver las redes sociales —expuso Elena.
—Hablaré con ella después de terminar de conversar contigo —respondí pensando en que sucederá para que le escriba a Elena.
—Ya lo encontré, te leeré un poco lo demás puedes leerlo tú misma —le comenté.
—Está bien, también puedo descargarlo así no me tienes que enviar las fotos —articuló.
—Perfecto, guerra espiritual de un tal Eckhardt —expreso de acuerdo con ella.
—OK, lo buscaré y gracias esto me servirá mucho —contestó.
—Creo que sí, ¿podemos seguir hablando mañana? Te escribiré y así me cuentas más detalladamente eso de los espíritus porque ahora mismo mi cerebro no razona muy bien y perdóname—. Exclamo con la esperanza de que logre entenderme un poco.
—No hay problema, ya te digo mañana descansa —respondió mi mejor amiga llena de comprensión.
—Hasta mañana —digo despidiéndome.
» Le cuelgo y voy directo al número de mi madre, pero me quedo con el dedo alzado encima del número pensando en si es buena idea ya que estoy cansada y no quiero escuchar sus regaños.
» —Mejor revisaré los mensajes —decidí entrando a Messenger y dándole al chat de mi madre donde se ve que sí me ha escrito.
Carol en línea hace 1 hora
Carol: Yessica, ¿cómo estas cariño? Espero que bien quería decirte que he dejado el trabajo que tenía en la casa de los Sánchez no por mi propia voluntad porque sabes que me gusta trabajar si no, porque estoy enferma cariño, tengo un tumor de células gigantes en el hueso o algo así dijo el doctor no entendí muy bien. Ahora estoy en casa y me gustaría que estuvieras conmigo en la próxima visita que tengo que hacer con el doctor solo es para que me acompañes en el tratamiento porque sé que estas ocupada. Espero que puedas hablarme antes.
» —No puede ser —exclamo asombrada.