POV Yessica
Al ver ese mensaje escrito por mi madre pienso en que ya es suficiente, debería de volver cuanto antes y hacer lo que pueda allá. Por lo tanto, tomo una siesta para recuperar mis energías.
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Después de dormir por varias horas, lavar la ropa y prepararme algo de comer comienzo a desarrollar mi carta de renuncia para entregarlo hoy mismo.
La releo varias veces y lo doy por terminado. Miro la hora en mi celular y veo que ya son las 9 pm, pero como hoy es jueves recuerdo que tengo turno de noche entonces tomo mi bolso, las llaves de la casa, el celular y me dirijo a la puerta presurosa.
En el camino me detengo en un semáforo —chica, tienes uno de tus cordones desatados—dice un hombre a mi lado.
—Gracias.
Doblo el cuerpo hacia abajo y me ato los cordones y al terminar siento la sensación de que me observan así que volteo el rostro y lo que veo me sorprende.
—¿Qué hace ese egocéntrico aquí? —susurro.
El semáforo cambia a verde, volteo otra vez y el tipo comienza a caminar hacia mí.
—Lo que me faltaba —digo indignada.
Avanzo lo más rápido que puedo incluso chocando con las personas que se cruzan, cambio el camino y pienso —es mejor ir por diferentes calles hasta que lo pierda —entonces volteo el rostro para ver si lo perdí y efectivamente así fue.
Saco el celular del bolso para ver la hora y ¡rayos! voy tarde por ese....
—Respira Yessica, no te exaltes —ajusto mi bolso, tomo aire y salgo corriendo con toda la energía que tengo para llegar al bar.
Consigo estar en el bar con tardanza de 10 minutos —estaré en problemas otra vez—articulo al entrar y doy con Jeff de frente el cual parece que tenía una llamada y al verme colgó.
—Llegas tarde Yessica, ya es suficiente de advertencias, esta despedida.
—Ya iba a renunciar pero ¡gloria a Dios! Más rápido me voy de este lugar —exclamo.
Jeff se va a su cuarto privado ignorando mi comentario y yo aunque feliz y un poco dolida salgo del lugar para irme a casa.
—¡Yessica!
Vociferan detrás de mi y al girarme, Alex se acerca para abrazarme.
—Me harás mucha falta principalmente hoy que estarán los chicos mirando los juegos y ya sabes como es —dice con cara de disgusto—. Te extrañare —expresa.
—Bueno, podrás con ellos —le ánimo.
—Eso espero, ¿estarás bien?
—Claro que sí, tengo que irme adiós.
Después de despedirme de Alex, fui a mi apartamento para preparar mis maletas y verificar los boletos de avión comprando la fecha más cercana y económica que pudiera encontrar.
También ordené un poco todo el desorden que había en la casa y luego escucho el celular, lo reviso y encuentro un mensaje de Alex.
—Yessica, ¿estas despierta?
—Sí, ¿sucede algo?
—Necesito tu ayuda, ¿puedes tomar un taxi y venir aquí? Es urgente.
—No entiendo, ¿por qué dices que vaya?
—Porque él chico rudo, Scott, no se irá hasta que vengas y está armando un gran escándalo al saber que te despidieron.
—Ya no es mi problema.
—Por favor Yessica, esta muy borracho y no puedo con esto sola.
—¿Qué pasa con Jeff? —cuestiono.
—Salió unos minutos después de irte del bar y no ha regresado.
—Que problema —respondo llena de disgusto—. Esta bien, iré —accedo.
Tomo mis llaves, salgo y un taxi pasa precisamente por mi lado —¡taxi! ¡taxi! —grito, se detiene y me subo, luego le doy la dirección del bar.
Al llegar entro y vislumbro a el tal Scott sentado en una de las mesas que están junto a la ventana con su cabeza recostada y varias cervezas en ella.
—Hey Yessica, por aquí —dice Alex al verme.
—Entonces está dormido —artículo.
—Sí, se durmió, pero no lo he despertado para que no siga haciendo alboroto.
—Muy bien, dame un vaso con agua —le digo.
—Aquí tienes.
Lo recibo, voy hasta la mesa donde él está y arrojo todo el contenido del vaso en su rostro lo que provoca que se levante alarmado.
—¡¿Que rayos?! —exclama con sorpresa y enfoca su mirada en el vaso en mi mano y luego levanta sus ojos hacía mi rostro.
Y no sé porque al observarlo fijamente me dio la sensación de que estaba afligido y ¿avergonzado?
—Vamos, salgamos afuera —le ordeno girándome para ir a la salida.