Mundo espiritual

Sorpresa

POV Yessica

Cuando ya es de mañana, salgo de la casa vestida con una camisa blanca manga larga, pantalones de tela negra, tacones del mismo color, el cabello suelto y un pequeño bolso marrón.

Subo al auto que mi tío le presta a mi madre ocasionalmente y conduzco rumbo a la dirección que me informo. Estaciono frente al imponente hotel, tomo mis cosas y salgo del auto. Cuando llego, pregunto a la recepcionista el lugar de la entrevista y ella tiene la amabilidad de indicarme el camino.

Llego a una puerta con un letrero que dice "Departamento de Recursos humanos". Toco la puerta y escucho un pase, entonces entro.

—Buenos días Yessica —dice la chica frente a mí.

—Buenos días —respondo sentándome de inmediato.

—Bien, comencemos la entrevista —afirma la pelinegro y yo respiro profundo pidiéndole al Señor dominio propio para controlar mis nervios.

—¿Por qué te gustaría trabajar aquí?

—Es un lugar elegante y me gusta los hoteles —articulo tratando de decir algo coherente.

—Por lo que veo en tu currículum ya habías trabajado antes —me observa de arriba abajo— en un bar —concluye.

—Así es.

—Bien, empezarás mañana —expresa entregando en mis manos unas hojas donde presenta la información de mi puesto, lo que haré y cuanto ganaré.

—El horario es de 8 am y 5 pm —me advierte—. ¿Tienes algo que decir? —argumenta.

—No, nada —digo después de echar un rápido vistazo al salario.

—El gerente llegará de su visita familiar el jueves —o sea mañana— por lo que, no podré presentárselo hoy.

—Pero si podrás ver tu oficina de modo que, te sugiero que me sigas —entonces me pongo de pie y la acompaño.

Entramos a un pequeño despacho de color azul cielo, con una pared delantera transparente donde se puede observar otro similar solo que, este es más grande con una pantalla para videoconferencias supongo.

—Ah, esa es la oficina del gerente general y está al lado tuyo para más facilidad —dice con una sonrisa en su rostro y yo devuelvo el gesto pensando en mi interior que ¡estaré prácticamente vigilada por el mismo jefe!

—Mira esta foto —me muestra tomando un retrato de una foto que está en el escritorio—. Es de la antigua secretaria, siempre tomamos fotos cuando llevamos donaciones al orfanato Santa Lucía como requisito, ya que, el gerente nunca va y quiere fotos como prueba —veo el retrato y se puede ver varios niños junto a los empleados con sus uniformes.

—Muy bien, debo regresar a mi oficina —dice— eso es todo, te esperamos mañana. Que tengas buen día —expresa saliendo del lugar.

Bueno, ya tengo trabajo, ¡esto es genial! Me marcho del hotel y regreso a casa para encontrarme con la casa vacía —¿a dónde abran ido? —pienso.

Dejo las llaves del auto en la mesa de la sala y voy a mi habitación a cambiarme de ropa. Mientras estoy en ello escucho que la puerta se abre.

—Richard, parece que tu hija regresó —articula una voz varonil.

—Sí, ¡Yessica! —vocifera Richard.

—¿Qué sucederá ahora? —susurro.

Voy a su encuentro y lo veo sentado en el sofá de la sala junto con un hombre de aproximadamente 40 años de tez morena, bebiendo una cerveza.

—Este es mi amigo, Antonio —lo presenta y este me observa relamiéndose los labios a la vez.

—Hola —digo sin muchas ganas.

—Como verás Antonio, Yessica ha crecido, puedes pensar en lo que te he dicho —exclama y yo solo pienso en ¿qué deben estar tramando estos dos?

—¡Yessica, haz vuelto! —dice alegre Kevin que llega junto con mi madre, salvándome de esta extraña situación.

—Ya estás aquí. ¿Cómo te fue en la entrevista? —pregunta mi madre trayendo consigo una bolsa llena de alimentos, dirigiéndose a la cocina y yo la sigo para salir de la presencia de estos hombres.

—Todo bien, me han contratado —expreso feliz ayudando a guardar las compras.

—Qué bueno hija, mañana me gustaría que fuéramos de visita al doctor.

—Claro, madre.

Después de eso estuve con ella preparando algo de comer y así pasando tiempo unidas llegó la noche y con ello recuerdos de un tiempo infernal llevado a cabo en mis sueños.

Comienzo del flashback

Estamos mamá, yo y Kevin sentados en el comedor cenando tranquilamente cuando entonces llega Richard borracho y toma asiento junto a mí.

—¿Acaso no has hecho cena para mí? —cuestiona Richard al ver que no está su plato en la mesa.

—Sí, por supuesto —dice mi madre levantándose para servirle la cena.

Le coloca el plato de pasta frente a él —¿Qué es esto? —comenta examinando la pasta con el tenedor—. Está todo pegado y la salsa ni se nota. Podría tirarlo a la pared y quedarse pegado ahí.

Yo miro a mi madre y pude ver cómo le dolieron esas palabras porque trató de hacerlo, lo mejor que podía, ya que, no había muchas cosas que comer y solo pudimos hacernos con esto.

—¿No dirás nada? —asevera.

Como mi madre no dijo nada ni nosotros tampoco, Richard se levantó, tomó el plato y lo estrelló en el piso.

Al instante se levanta mamá a recoger el desastre —por lo menos hizo que te levantaras de ahí —dice—ahora vete y prepara algo mejor que esa porquería de comida.

Ella lo mira con lágrimas en los ojos —¡ja,ja! Tu ¿porque lloras? —con ojos inquisitivos añade— Alguien tiene que decírtelo cariño, no sea que después los niños se mueran por intoxicación.

Termina de recogerlo y se marcha a la cocina y Richard va detrás de ella. Yo me pongo de pie —Kevin, coge tu plato para que termines de comer en la habitación —lo llevo conmigo a mi cuarto hasta que ya todo se halla calmado para después trasladarlo donde mamá.

Entonces vuelvo a mi habitación para dormir y cuando ya estoy acostada siento que la cama se hunde a mi lado. Después noto que el pantalón está descendiendo abro mis ojos y él está ahí.

—¿Pero ¿qué estás —no termino de decir las palabras porque me tapa la boca con sus manos —uhmmm —trato de hablar y quitarlo también de encima.



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En el texto hay: espiritus, terror, demonios

Editado: 18.06.2021

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