POV Yessica
Me subo en la parte de atrás en silencio y veo por el retrovisor que Scott parece irritado.
—Tú debes ser Yessica —expresa la chica pelirroja sentada junto a Scott volteando su rostro hacía mí.
—Así es, mucho gusto —articulo mientras ella solo me observa, fijándose en mi atuendo.
—Pensaba que eras más...—comenta la pelirroja— Llegamos —la interrumpe Scott.
Nos salimos del auto y al entrar ella cruza su brazo con el de él, pasando los bancos del medio como era costumbre para sentarse en los primeros, a su derecha y yo a su izquierda.
Cuando termina el culto, Scott se adelanta para traer el jeep en la entrada donde estamos de pie esperándolo.
—Yessica, eres tú, ¿cómo has estado? —dice el doctor el cual, conocí hace años.
—Eh, hola —logro decir.
—No has vuelto desde aquella vez, es necesario que hagas chequeos con regularidad, para que después en el futuro no tengas inconvenientes para tener hijos —articula el doctor y yo incómoda pienso en como hago para que se marche.
—Chicas suban —escucho a Scott decir y me subo rápidamente al vehículo en la parte de atrás.
Veo entonces, a la pelirroja intercambiando algunas palabras con él y luego sube en absoluto silencio lo que me pone nerviosa —¿qué le habrá dicho? —me pregunto mientras Scott seguía conduciendo ajeno a todo esto.
—Yessica, tengo que pasar por un lugar antes de llevarte a casa, espero que no te moleste —dice Scott mirándome por el retrovisor.
—No hay problema —contesto.
Estaciona frente a lo que parece ser un gimnasio, salimos del auto y entramos al lugar.
—Hola Malón y hola señoritas —expresa un tipo rubio con sudor marcado notoriamente en su poloche.
—Hola —articulo.
—Hola Fred —exclama la pelirroja.
—Y bien, ¿me trajiste lo acordado? —cuestiona el rubio y Scott asiente con la cabeza en respuesta.
—Bien, vamos.
—Yessica, espera aquí, no tardaré —dice Scott— Charlot, cuida de ella —añade yendo tras el rubio.
Nos quedamos de pie en la zona de recepción del lugar en completo silencio cuando Charlot decide romperlo.
—No sé qué quieras con mi hermano, pero si es dinero lo que buscas no dejaré que lo obtengas a través de él, usándolo como cajero bancario —yo solo parpadeo en confusión.
—Pero que rayos—pienso frunciendo el ceño—. De ninguna manera yo he...
—No es necesario que digas nada al respecto querida, ya te he investigado, sé que tu padre es un alcohólico que se la pasa malgastando el dinero y si fuera poco, fue a la cárcel también por una violación, con tu madre trabajando de limpia pisos y enferma, no te queda de otra que buscar dinero fácil ¿verdad? —me interrumpe Charlot—. Toda esta información la busqué desde que me comentó que iba a los cultos contigo, puesto que, le has hecho un gran lavado de cerebro a mi hermano para poder seducirlo.
—Te equivocas yo...—detengo mis palabras al ver que Scott se aproxima.
—Ya podemos irnos —dice mirándonos a ambas notando la tensión—. ¿Sucede algo?
—No es nada Scott, ya vámonos de aquí —articula Charlot tomándolo otra vez por el brazo hasta el auto y yo siguiéndolos por detrás.
Dejamos a Charlot primero en la plaza de la zona por donde vivo y después me lleva a mi casa.
—Yess, me disculpo si mi hermana te hizo pasar un mal rato —expresa después de que salgo del vehículo acercándose a la ventana del copiloto.
—Está bien.
—¿Te gustaría ir conmigo por una taza de café mañana? —me pregunta y yo lo miro fijamente pensando si estaría bien salir con él, queriendo tener cuidado de enamorarme de un inconverso, pues aún no estoy segura si él realmente cree en Dios y nada bueno saldrá sino, pues, no quiero agregar más sufrimientos a mi vida.
—Sí pasas por mí—le contesto tratando de no darle mucha importancia.
—Muy bien, adiós preciosa —exclama sonriendo y yo me despido con las manos de forma neutral porque no estoy segura de sí está bien esto que estoy sintiendo por este chico.
Entro a mi casa y veo que todo está tranquilo—al parecer Richard no está aquí —razono caminando hacia mi habitación.
Veo en mi cama a mamá y a Kevin acostados durmiendo y sin esperarlo tropiezo con la esquina de la cama dándome en el pie —auch, eso dolió —no pude evitar decir y despierto a mi madre.
—Lo siento, no era mi intención despertarte —articulo viendo como mi madre se levanta con cuidado para no despertar a Kevin.
—No pasa nada. Sabes que tengo que ir a realizar mi chequeo hoy Yessica pero lo cancele porque me sentía muy mal —susurra acercándose hacía mí.
—Richard...—susurro de vuelta.
—Está acostado en mi habitación —dice haciéndome señas para que salgamos del cuarto y yo asiento con la cabeza.
—Él vino con un amigo, diciendo que ya las deudas habían sido pagadas —exclama.
—Pero para eso conseguí trabajo, además de que tuviéramos que comer —refuto.
—Sí, ya se eso cariño, pero él dijo que era demasiado y con la paga de ese trabajo tardarías como un año porque él añadió más a esas deudas. Por consiguiente, te vendió a un tipo moreno a cambio de pagar sus deudas y ganar algo más para que trabajarás en un club nocturno como...—dice empezando a llorar — tienes que irte rápido de aquí, toma tus cosas y vete.
—¿Y qué pasa con ustedes? —digo sin poder creerlo aún.
—No te preocupes por nosotros, coge tu equipaje y vete antes que se despierte—asevera y me doy cuenta de que esto va en serio.
Vuelvo a mi habitación, busco mis maletas y saco todas las ropas del closet y las meto a la maleta como pueda sin ni siquiera doblarlas. Entro el celular en mi chaqueta, tomo el bolso y la pequeña cantidad de dinero que tenía guardada y salgo de la habitación con maleta en mano.
—¿Adónde crees que vas? —expresa con enojo palpable Richard en cuanto me ve salir con la maleta.
—Yo...—rayos estoy pérdida.
—Ya tiene su equipaje hecho Antonio, así que, ya puedes llevártela —el tipo se acerca y toma mi maleta junto con la cartera y me carga como si fuera un saco lleno de papás.