Mundo espiritual

Persecución

POV Elena

Busco donde esconderme, pero sólo hay una habitación y miro que en una esquina de la casa hay como una pequeña puerta en el piso.

Entonces, voy rápidamente a abrirla y veo una escalera que da hacía abajo—no queda de otra—me animo pues está un poco oscuro y a mí no me gusta la oscuridad.

Entro, cierro tras de mí y bajo de forma meticulosa tratando de que no se oiga ningún ruido mientras bajo las escaleras.

Pero en un descuido piso en falso y me doy de bruces chocando contra algo o más bien alguien.

—Auch, eso dolió—escucho una voz masculina debajo de mí ya que, caí encima de la espalda de esta persona y al percatarme me levanto de inmediato no muy segura de que debo hacer ahora.

Lo veo ponerse de pie y veo por el reflejo de la luz de la luna que entra por una ventana su semblante, asombrandome con gran asombro porque la persona frente a mi es Rackham.

—¿Qué haces aquí? —decimos al unísono.

—¿Qué fue ese sonido? —escucho las voces de arriba de la casa y me pongo nerviosa.

—Toma, ponte mi chaqueta porque tu olor es muy notorio—expresa poniendo en mis hombros su abrigo—no sé qué haces en este lugar, pero sólo te diré que no perteneces aquí.

—Ya puedo imaginarme por qué—pienso.

—Sal por esta ventana y corre lo más rápido que puedas hacia la derecha que te llevará directamente hasta la autopista—articula dirigiéndose hacia la ventana corredera—Cuando salgas tienes que hacerlo agachada hasta que pases la casa porque el Espíritu santo en ti, es luz que ilumina, por lo tanto, si no quieres que te persigan has lo que te estoy diciendo—dice y yo asiento con la cabeza.

—Hay personas abajo—exclama uno de los que están arriba—voy a bajar a averiguar quién es porque me da una sensación...—añade y yo ajusto bien la chaqueta para salir, pero la puerta se abre de un momento a otro y baja un hombre muy deprisa entonces, me pongo detrás de Rackham.

—Es inevitable que me descubran ahora—pienso angustiada.

—Pídele a tu Dios que te ayude—oigo que susurra Rackham y por supuesto que le pido al Señor que me ayude a salir de este lugar.

—Señor Rackham, es usted—expresa acercándose a nosotros.

Rackham da pasos hacia atrás retrocediendo y entiendo lo que piensa hacer.

—Voy a abrir la ventana, cuando diga corres, corres—susurra y yo respiro profundo para calmar mis nervios.

—Señor, sería buena idea que viniera con nosotros para que nos ayude a prepararnos para la medianoche—articula el hombre.

—Desde luego que sí, subiré en unos minutos—expresa el pelinegro y con un brazo abre la ventana—. Hoy hace calor, ¿no?

—Sí, un poco—comenta el hombre, pero ¿por qué será que no se va?

Y Rackham se mueve poniéndose frente a la ventana de espalda conmigo detrás de él—corre—y yo salgo disparada, pero tropiezo no muy lejos de la casa debido a los tacones lo que me ha quitado tiempo al caer de rodillas llenándose enseguida de sangre por lo que, me quito los tacones y los agarro con las dos manos.

—¿A dónde crees que vas chica? —vociferan detrás de mí y yo vuelvo a correr con todas mis fuerzas

Volteo para mirar atrás y veo que él se está acercando a mí—mayor el que está en mí, que el que está en él—me digo a mi misma para darme fuerzas para seguir corriendo—. Y me cubro con la sangre preciosa de Cristo.

—Ya te tengo.

Me tumba y caigo de espalda con él a mi lado y yo empiezo a decirle a Dios que me ayude, entonces, un calor me invade por dentro—ahora vendrás conmigo—dice jalándome por el brazo—¡ah! —grita retrocediendo horrorizado.

Aprovecho la situación para levantarme y seguir corriendo dejando mis tacones tirados en el suelo—sé que me ayudaste Espíritu santo, porque tú eres el fuego que me enciende. Qué bueno que moras en mí—susurro.

Después de pasar varios árboles llego a la autopista y precisamente pasaba un taxi—¡gloria a Dios!¡taxi, taxi! —se detiene y me subo rápidamente.

------------------------------------------------------------------------------------------------------

Estoy bebiéndome una taza de té sentada en mi sillón, recordando lo acontecido anoche y dándome cuenta que el Señor fue mi ayudador, no me dejó desamparada, sin su ayuda.

También, me acuerdo de que a la Señora Milware le han hecho un altar y decido buscar un poco sobre el tema en internet.

Cojo mi laptop poniéndola encima de mis piernas y escribo en google, altar y me sale que básicamente es una mesa o un mesón utilizado para otorgar ofrendas, sacrificios, entre otras muestras de agradecimiento o de adulación a una santidad, mostrándole de una manera respeto y admiración.

Además, está el altar de muertos que son una mezcla de tradiciones prehispánicas y católicas que se funden para celebrar la muerte.

—Es como si estuvieran adorando a la muerte sin darse cuenta—pienso al leer esto último.

Sigo investigando y veo una página que me llamó la atención que dice: otra religión hace la utilización de altares, esa es la santería y el espiritismo los cuales describen a los altares como portales que le permiten al médium prestar su cuerpo a los espíritus o a los santos, estos no solo sirven de transportador, sino que también cumple funciones de protección en contra de brujerías o trabajos aplicados al dueño del altar.

Dichos trabajos pueden ser brujerías en contra de una persona, encendiendo velas a su nombre para provocarle algún mal ya sea la muerte, bloqueo espiritual, problema en las finanzas, etc.

Asimismo, explica más abajo que si alguien cree que le hicieron brujería pueda ver si tiene los siguientes síntomas:

1-Parálisis de sueño.
2-Opresión.
3- Inseguridad( perder confianza).
4-Sentir agujas en tu cuerpo.
5- Sueños diabólicos( véase capítulo 6,7 como ejemplo).
6-Sentir asfixia y no poder dormir en la noche.
7-Frío en manos y pies( espíritu de muerte).
8-Constantemente todo sale mal( bloqueo).



#1192 en Paranormal
#21845 en Novela romántica

En el texto hay: espiritus, terror, demonios

Editado: 18.06.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.