Mundo espiritual

Heridas

POV Yessica

Se acerca a Scott y le da un puñetazo en la mejilla haciendo que caiga al suelo y veo que Scott aprieta los puños como si se estuviera conteniendo, lo golpea otra vez y otra vez.

—Oh no—pienso viendo que él no se detiene ni si quiera le deja que se levante del suelo.

—¡Ja! ¡ja!, esto es emocionante—comenta Richard sonriendo.

Miro alrededor y nadie hace nada, ni tampoco llaman a la policía por lo que, yo decido por intervenir pidiéndole a Dios que me respalde—¡ya basta! —grito y me pongo frente a Scott cubriendo mi cabeza con las bolsas de la compra por si continúa, pero no lo hizo.

—Recibirás lo demás después Malón—dice Richard parándose y yéndose junto con sus acompañantes llevándose a Kevin con él.

—Gracias a Dios—suspiro.

Observo a Scott que está todavía en el suelo y no se ha parado—ven, te ayudaré a ponerte de pie—le digo y pongo su brazo tras mi hombro y lo ayudo a levantarse.

—Estoy bien, no es tan grave—logra articular Scott.

—Bueno, por lo menos déjame conducir.

Me entrega las llaves del jeep y conduzco hasta la casa con Scott dirigiéndome ya que no se la dirección.

—Bien, ya llegamos—salgo del auto, así como Scott y entramos a la casa.

Entonces, veo más detalladamente sus golpes, la nariz está sangrando y probablemente está rota además de un corte en la mejilla derecha.

—¿Tienes un botiquín de primeros auxilios? —le pregunto.

—Sí, está en el baño, en el estante.

Lo busco y cuando regreso lo encuentro sentado en el mueble de la sala con los ojos cerrados.

Me pongo de cuclillas frente a él y abro el botiquín, sacando un poco de algodón con bacterodine para aplicárselo en el corte que está en la mejilla.

Luego tomo más algodón para remover la sangre seca que tiene en la nariz tratando de ser cuidadosa para que no le moleste—de verdad siento mucho todo esto, no debí dejarte ir, yo... — abre los ojos de repente y me silencia uniendo sus labios con los míos poniendo su mano en mi cuello haciendo que me acerque más a él.

—Schuss, no digas nada. Estoy bien de verdad—dice rompiendo el beso para después sostener mi rostro entre sus manos y yo bajo la mirada sonrojada pero el acaricia mis mejillas sabiendo muy bien porque se pusieron rojas.

—De-de acuerdo—logro decir.

Me pongo de pie y me siento en uno de los sillones frente a él—¿por qué no te defendiste? —le cuestiono.

—Pues recordé un versículo de la biblia que dice: al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite la capa, ni aún la túnica le niegues. (Lucas 6:29).

—Tú... realmente nunca dejas de sorprenderme—digo sonriendo y me tomo la libertad de darle un beso en la mejilla para posteriormente subir en seguida al dormitorio.
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Estoy sentada en el cuarto de la habitación que Scott me ha prestado diría yo, mirando por la ventana el hermoso lago que está cerca de la casa—está sin duda es una buena vista—pienso.

—Yessica—dice el castaño entrando al cuarto con un pequeño plato en la mano—te traje unos bocadillos, espero te gusten las fresas y la piña—expresa poniéndolo encima de la cama.

Lo miro y puedo decir que de los golpes que le propinaron en la cara solo queda un moretón.

—¿Pudiste terminar los papeles que te di?

—Sí—respondo y se lo paso.

Scott decidió quedarse en casa por un tiempo, hasta que los golpes de la cara estén mejor y me dijo que podía permanecer en la casa también y trabajar aquí sin problema.

—Muy bien, Charlot vendrá de visita hoy. Tendré que pasar por ella en el aeropuerto, puedes acompañarme si quieres o esperarme aquí pues, tardaré como un par de horas en llegar porque está un poco lejos—articula.

—Prefiero esperar aquí.

—Okey, me voy entonces—se acerca y deposita un beso en mi frente y luego se marcha.

Le escribo a Elena para saber que ha pasado con lo que me había dicho de que sentía espíritus o algo así.

Elena en línea hace 2 horas
Yessica: Elena, ¿cómo estás?

Espero 5 minutos para ver si contesta y sí lo hace.

Elena en línea ahora
Elena: hola Yessica, estoy bien y espero que tú también lo estés.

Yessica: me alegro y si estoy bien.

Elena: ¿me acompañarías a ir de visita a la casa de un familiar?, ¿estás ocupada?

Yessica: no lo estoy así que, ¿por qué no? Si voy.

Elena: ¡gracias!, te enviaré la dirección.

Yessica: okey.

Me levanto de la silla y voy por mi bolso junto con algo de dinero para pagar un taxi, bajo a la sala y lo llamo esperando hasta que llegue.
 



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En el texto hay: espiritus, terror, demonios

Editado: 18.06.2021

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