Historias de fantasía para mi amiguita.
Ana García.
Había una vez una niña que se llamaba Ana. Ella vivía en su casa con papá y su querida familia. Un día Anita iba a ir a pasear al parque con papá, pero quería llevar todos sus juguetes; Anita tiene muchos, pero muchos juguetes.
—Anita debes escoger solo un juguete para que te acompañe —dijo muy serio papá.
—¿Solo uno, papi? —preguntó Anita mirando todos sus juguetes, ¿a cuál debería llevar?
Era una tarea muy difícil, porque ella tenía muchos juguetes. Y papá le dijo que no los podía llevar todos al parque, que escogiera uno solo.
Primero, Anita escogió el unicornio arcoíris, ese que tiene el cuerno dorado y la cola de colores con muchas estrellas. Después, escogió su caballo marrón, ese que se parece al que tiene el abuelo de verdad.
—Anita, ¿ya escogiste tu juguete?—preguntó papá.
—Espérate papi, lo estoy escogiendo.
Le contestó Anita parada en el medio de su habitación intentando decidir cuál juguete debería llevar. Eso no era una tarea fácil como pensaba papá. Ya lo dijimos, Anita tenía muchos juguetes y los amaba a todos.
—Tienes en tus manos el caballo, vámonos—dijo papá.
Anita lo miró indecisa y soltó el caballo, quería llevar todas las muñecas, pero eran realmente muchas.
—Anita, te dije uno solo—recordó papá, cuando la vio con los brazos llenos de sus muñecas.
Entonces Anita pensó que mejor llevaba al burro, un regalo que le hiciera su tía en el aeropuerto el día que se fue. Quizás podría llevarlo junto con el oso. Pero papá había dicho que solo podía llevar uno. Entonces Anita decidió no llevar ninguno, porque no le parecía justo dejar a los demás y se fue al parque con papá.
Allí se divirtió mucho, se balanceó en el columpio, dio muchas vueltas en la ruleta, y sobre todo, ¡le encantó lanzarse por la canal! Papá reía feliz y la acompañaba a todas partes, la ayudaba a subir y velaba porque no se diera un golpe.
Al final se dio cuenta de que la había pasado muy bien con papá en el parque. No le había hecho falta sus juguetes para eso. Al regresar a la casa, Anita vio que todos sus muñecos estaban donde los había dejado, se puso muy feliz.
Desde aquel día, Anita sabe, que no tiene que cargar con todos sus juguetes cuando va a pasear, o cuando va a cualquier lugar. Pues la estarán esperando en la casa, para jugar con ella al regresar.
Y colorín colorado este cuento se ha acabado,
y el tuyo amiguito no ha empezado
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Querida Anita, mi nombre es Brismaida Morfiti. ¿Largo verdad? Por eso me gusta que me digan Bris.
Espero que te pongas bien muy pronto, te regalaré cada día una pequeña historia y espero te gusten.
Tienes mi permiso para compartirla con todos tus amiguitos. Si quieres que te escriba de algo en específico me lo pides ¿sí?.
Tu querida amiga Yeniffer me habló con mucho cariño de ti.
Esta es una hadita del bosque.
Te quiero mucho. Recupérate pronto
Tu amiga
Bris
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Editado: 03.06.2023