Mundo mágico. Regalando sueños

27. LA HADITA BRILLITA

 

Un día el hadita brillita estaba caminando por el bosque, de pronto una gota de agua calló desde el cielo. Ella miró hacia arriba porque pensó que era su mamá quien quería bañarla. Pero no vio a nadie, cuando se fijó bien, se dio cuenta de que había sido una nube unicornio traviesa quien la había mojado

—Pero nube que haces ahí arriba amiga.

—Sabes lo que yo estoy haciendo. Estoy recogiendo.

—¿Cómo que estás recogiendo agua? —. Preguntó Brillita.

—Porque el agua se evapora en el mar y sube hasta mí —. Contestó la nube unicornio.

—No te creo dijo la hadita, brillita.

—Ven conmigo a ver a mis otras amigas nubes, y verás que es verdad —. Dijo unicornio.

—Disculpa nube unicornio, yo no lo sabía. Gracias por decirme, se lo contaré a mamá, pero por favor no me mojes.

—Fue sin querer, se me escapó una gota de agua —. Se disculpa la nube.

—¿Y ahora que vas a hacer con esa agua?

—Pues voy a regar todo.—¿Cómo todo?

—Produciré una gran lluvia.

—¿Oh, así que tú vuelves el agua del mar evaporada en gotas de agua líquida?

—Sí, yo hago eso —. Contestó la nube unicornio.

—Entonces si entendí bien, tú haces que venga la lluvia, el agua cae y va al los ríos, lagos y el mar. Luego el sol la evapora y sube hasta el cielo así. Tú la recoges y la vuelves líquida.

—Exacto hadita, Brillita.

—Oye que trabajo tan interesante tú tienes, entonces ahora va a empezar todo. Tú haces que llueva, el sol la evapora, sube la coges y llueve de nuevo.

—Así mismo, lo has entendido muy bien.

—Bueno yo me voy porque no me quiero mojar, así que espera que llegue a mi casa para llover.

 La hadita Brillita regresó a su casa, cuando paró de llover, salió a ver si hablaba con su amiga la nube unicornio, pero no estaba. Y ella se entristeció.  Hasta que pasaron los días y otra gota la mojó. Al mirar hacia arriba, estaba su amiga la nube unicornio.

—Hola nube unicornio—. La saludó la hadita Brillita feliz —¿Dónde estabas?

—Fui a otro lugar a mojar la tierra, nosotros las nubes nos desplazamos a donde nos lleve el aire, y así podemos mojar por todas partes.

 Oh que interesante. 

 Desde ese día la hadita Brillita siempre que veía llover, miraba al cielo para ver si era su amiga la nube unicornio, la encargada de que lloviera. Ambas se hicieron grandes amigas. Recuerden amiguitos, no deben votar el agua, haya que cuidarla para que el planeta continúe teniendo mucha.

 Y colorín colorado el cuento se ha acabado y el tuyo no ha acabado.

 

 Cuento de Emili Ilias

Les quiere su escritora 

Bris




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